Sollerön es la isla de mayor tamaño del lago Siljan, que a su vez es el séptimo lago más grande de Suecia. Es uno de los lugares más representativos de la provincia de Dalarna, aunque no tanto por su patrimonio (realmente es un sitio chiquitito) sino por su enorme carga simbólica. Nosotros estuvimos recorriendo la isla durante media jornada, tiempo más que suficiente para haber visto sus lugares más emblemáticos.
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La isla del sol
Pese a sus reducidas dimensiones, la isla de Sollerön es el hogar de casi mil personas. Es una especie de Suecia en miniatura: restos vikingos, una iglesia de madera, granjas señoriales, un cementerio enorme, museos que recogen toda esa herencia…
Para que os hagáis una idea de la profundidad cultural de la isla, Sollerön tiene hasta su propio dialecto: el soldmal, una lengua que solo hablan los oriundos del lugar.
Moverse por allí es más que sencillo, ya que es un sitio pequeño (6 kilómetros de punta a punta) y bien comunicado. De hecho, nos sorprendió la cantidad de carreteras que tiene: hasta el último rinconcito de la isla es accesible en pocos minutos.
Por cierto, la palabra Sollerön es un derivado de sol y ön, que significan en sueco «sol» e «isla de» respectivamente. Teniendo en cuenta la onomástica y la enorme cantidad de túmulos funerarios antiguos, parece que la isla fue un lugar de culto al sol.
Turismo en Sollerön
Museo de Historia
Sin lugar a dudas, la principal actividad que se puede hacer en la isla de Sollerön es visitar su Museo de Historia (Sollerö Hembygdsgard), ubicado en una antigua granja. La visita es gratuita, aunque conviene hacer donaciones: está mantenido y gestionado por una asociación local sin ánimo de lucro.
En la granja se pueden visitar varios edificios históricos. Además, hay objetos procedentes de toda la isla, que sirven para poner en valor la vida agrícola y ganadera de la misma.
Ruta por los cementerios vikingos
Desde el propio museo sale una ruta llamada Kulturstig (algo así como «sendero cultural»), que básicamente transita por los senderos de los alrededores. Gracias a ella podréis acercaros a un par de pequeños cementerios vikingos, que al parecer son de lo mejorcito de la zona.
No vamos a decir que la ruta no nos gustase, porque la verdad es que fue un paseo de lo más agradables, pero los enterramientos quedan algo lejos y tampoco es que sean los más espectaculares el mundo. Si no sois unos locos de la cultura vikinga, seguramente disfrutéis más por el paisaje que por los cementerios en sí.
Pueblos de la isla
En Sollerön hay varios núcleos de población. El más grande, ubicado en el centro, es Häradsarvet. En él podéis visitar una bonita iglesia de madera, la cual está a los pies de la carretera. Además, podéis visitar pueblos en la costa. No están enfocados al turismo, pero mínimo merece la pena conducir un poco por ellos y ver los edificios rojos, de estilo tradicional sueco.
Excursiones por los alrededores
Por cierto, Sollerön es una visita que combina a las mil maravillas con otras de los alrededores. A un cuartito de hora en coche tenéis la ciudad de Mora, famosa en el mundo entero por su popular carrera de esquí de fondo.
Además, a media hora os espera Nusnäs, el lugar en el que surgieron los famosos caballos de madera que tanto se asocian a la cultura sueca. Podéis visitar un par de factorías y comprobar de primera mano cómo es el proceso de fabricación.