Valbäckens Stugby representa a la perfección por qué nos gusta viajar por libre, preferiblemente en furgoneta. Acabábamos de visitar Nusnäs (pueblo famoso por los caballitos de madera) y nada más empezar a conducir apareció ante nosotros este extraño lugar, a medio camino entre el hotel y el parque temático. Acompañadnos y descubriréis uno de los sitios más peculiares de toda la provincia de Dalarna.
Magia y telarañas a partes iguales
La verdad es que paramos en Valbäckens Stugby sin saber lo que era, simplemente porque el letrero de la entrada nos pareció llamativo. El lugar parecía muy predispuesto a recibir visitantes, así que dejamos la furgoneta en el aparcamiento y nos dispusimos a cotillear.
Lo que encontramos allí fue un enorme complejo vacacional que claramente ya ha vivido sus mejores días. Hace las veces de hotel, cafetería, tienda de antigüedades y museo al aire libre, aunque sin duda hoy destaca por esas dos últimas actividades.
Sigue siendo un hotel, no decimos que no. De hecho, en internet hay reseñas de gente que se ha alojado allí en fechas recientes. Sin embargo, las pequeñas casitas de madera que funcionan como alojamiento no parecen en el mejor estado. Lo que estaba claro es que el restaurante estaba cerrado, de eso no tuvimos dudas.
¿Merece la pena ir allí? Pues sí, la verdad es que sí. Imaginad Valbäckens Stugby como un montón de casitas de madera de cuento, poniendo en valor la estética troll que tanto gusta en los países nórdicos. Incluye grandes edificios (en el principal parece vivir la familia que lo regenta), un par de puentes, cobertizos, casitas, establos… ¡De todo!
El mood del sitio es rarísimo. Está claro que se dedican al turismo (todo está abierto de par en par, venden algunos productos artesanales, son amables…), pero también es cierto que todo parece haberse quedado detenido en el tiempo. Las enormes telarañas que vimos por doquier daban buena cuenta de ello.
La rareza siempre es virtud
A nosotros nos encantó Valbäckens Stugby, porque se trata de un sitio que se sale de lo común. Y eso es algo que cada vez es más difícil de encontrar.
Si acudís como nosotros (más para curiosear que para alojaros), podréis disfrutar de un paraje natural único, edificios extrañísimos y adorables puentes en los que hacer fotos. Además, en su loppis (mercadillo de segunda mano) podéis comprar toda clase de cachivaches a precio irrisorio.
Después de visitar Nusnäs, un lugar absolutamente devorado por el turismo de masas, no se nos ocurre un sitio mejor para dar un paseo y despejarse un poco en medio de la naturaleza. Hacednos caso: por rara que parezca esta excursión, es una de las más auténticas que podéis hacer en Dalarna.