Falu Gruva es uno de los lugares más espectaculares del centro de Suecia. Conocida en castellano como la Gran montaña de Cobre de Falun, se trata de una enorme explotación minera que estuvo en funcionamiento de manera continuada durante un milenio. Aunque en 1992 se interrumpió la extracción de cobre, menos de una década después fue declarada Patrimonio de la Humanidad y musealizada para el disfrute del viajero.
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La mina de cobre que se explotó durante 1000 años
Menos de tres horas en coche separan a Estocolmo de Falun, la localidad en la que se encuentra esta brutal mina de cobre. Hablamos de un lugar que estuvo en funcionamiento desde el siglo X hasta 1992: más de mil años en los que tuvo momentos de absoluto esplendor.
A modo de referencia, se calcula que en el siglo XVII se cubrían dos tercios de las necesidades de toda Europa solo en Falu Gruva. Esto pone de manifiesto la absoluta importancia geopolítica de esta explotación minera, pues situó a Suecia como una de las economías más poderosas del momento.
Os podéis imaginar que mil años dan para mucho. De hecho, los avances tecnológicos de la Gran Montaña de Cobre tuvieron un impacto extremo en el resto de las explotaciones mineras de Suecia y del mundo entero, ya que aquí se desarrollaron tecnologías que también fueron exportadas.
Falu Gruva fue también un ejemplo a nivel empresarial, ya que su estructura estaba adelantadísima a su tiempo. Ya en 1347 hay documentos que hablan de mineros libres, que se asociaban mediante participaciones. Dicho de otro modo: aquí hay una clara precursora de las sociedades anónimas modernas.
A finales del siglo XIX se vivió una pequeña fiebre del oro, ya que se descubrieron unas cuantas vetas de este material. En concreto, se llegaron a extraer hasta cinco toneladas. Sin embargo, poco a poco la mina dejó de ser rentable, viendo como a finales de 1992 era cerrada para siempre.
Como ya hemos dicho, la importancia cultural, económica y tecnológica de Falu Gruva durante mil años fue de primer nivel, por lo que en el año 2001 se puso en valor, coincidiendo con la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En la actualidad, la fundación Stora Kopparberget se encarga de explotarla y de mostrar al viajero un rincón clave en la historia de Suecia.
Ruta por Falu Gruva: nuestra experiencia
La visita a Falu Gruva puede durar tanto como queráis. Es un sitio enorme y lleno de posibilidades: museos, restaurantes, senderismo, visitas guiadas, talleres… Nosotros fuimos a última hora de la tarde, por lo que limitamos nuestra visita a hacer el Mine Walk: un recorrido de algo menos de dos kilómetros, que pasa por los edificios principales y bordea por completo la mina.
Lo primero que hay que decir es que aparcar no tiene ninguna complicación, ya que hay un gran parking justo a la entrada. Cuesta 30 SEK por día, excepto si vais a uno de los restaurantes o cafeterías de Falu Gruva (en ese caso será gratis). Tampoco tendrá coste si, como nosotros, vais a última hora.
Aunque acudir tarde tuvo la ventaja de no pagar aparcamiento, también supuso que nos encontrásemos el museo y el resto de edificios cerrados. Aun así, el recorrido valió la pena.
Lo primero que hicimos fue pasar junto a las construcciones más emblemáticas. El Gruvmuseet o Museo Minero está en el edificio principal, que a su vez es una réplica del antiguo edificio administrativo. El original fue demolido en 1966, por una ampliación de la mina.
Se pueden contemplar también las vías del tren, que se utilizaban para transportar los materiales extraídos y ponerlos en circulación. Por supuesto, también se han conservado vagones y vagonetas.
Tanta actividad minera tuvo también su impacto en el urbanismo. Hubo una ciudad planificada, de la cual todavía se pueden contemplar muchos edificios. Se da la circunstancia de que muchas de esas residencias son las viviendas pintadas más antiguas de Suecia, las cuales están pintadas con rojo de Falun: un pigmento que se empezó a elaborar allí mismo en el siglo XVI y que se hizo famoso en todo el país. De hecho, allí surgió una empresa en el siglo XIX, Falu Rodfarg Original, que a día de hoy sigue operativa.
Por cierto, la Gran Montaña de Cobre de Falun también es un lugar óptimo para practicar birding. Ahora que ya no hay explosiones para extraer cobre, se han establecido aquí amplias colonias de búhos reales.
El edificio más representativo de Falu Gruva es el Creutz’s Shaft Head. Construido en 1852 para proteger las bombas de agua y los equipos para elevar materiales de las inclemencias climatológicas, cerró a comienzos del siglo XX (ya que se construyó un nuevo edificio para el mismo fin, el Oscar Shaft Head). Sin embargo, su silueta es súper representativa y aparece en todas las guías.
Como hemos dicho al principio, en Falu Gruva también existe la posibilidad de realizar actividades. Una de las más divertidas consiste en visitar la casa de la familia Eriksson, en la cual os recibirán actores caracterizados como si siguieran viviendo en 1958. Nosotros llegamos tarde y ya no era posible hacer esa actividad, pero pudimos curiosear por la casa.
Más allá de edificios concretos, el paseo por los alrededores de la mina es fascinante. Dura aproximadamente una hora, durante la cual podréis contemplar el enorme agujero que dejaron mil años de explotación minera. Conviene que os asoméis a todos los miradores, ya que las panorámicas son fantásticas.
Y hablando de cosas fantásticas, justo en el lado opuesto del agujero (es decir, a mitad de ruta) se encuentra P-za, una pizzería súper recomendable. Nosotros cenamos allí y fue una experiencia alucinante, tanto por precio como por lo ricas que estaban sus pizzas. La única pega es el horario, pues cierra a las 20:00, pero nosotros disfrutamos allí de un rato la mar de agradable.
Con el estómago lleno terminamos la ruta, con la sensación de haber visitado uno de los lugares más espectaculares de Suecia.
Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos
📍 Punto de inicio: el recorrido por Falu Gruva empieza justo en el aparcamiento para visitantes que hay. Tiene un coste de 30 SEK por el día completo.
📏 Distancia / desnivel: 1,6 kilómetros de distancia, 20 metros de desnivel.
💪 Dificultad: ¡facilísima! De hecho, es más un agradable paseo que una ruta de senderismo.
⏲️ Duración: una hora es suficiente para hacer la ruta como tal. Eso sí, lo normal es tardar el doble o el triple, ya que es un lugar interesantísimo y lleno de posibilidades. Por cierto, os recomendamos realizarla a última hora de la tarde para disfrutar de los colores rojizos-anaranjados de la mina y los edificios en todo su esplendor.