Qué ver en Cerler, el pueblo más alto del Pirineo aragonés

Aire puro, sosiego y tradición son algunas de las cosas que encontraréis en Cerler, un pueblo que se presenta al viajero como el más alto de los Pirineos de Huesca. Seguid leyendo y os enseñaremos todo lo que ver y hacer en un sitio lleno de encanto, el cual también es el punto de partida para una de las excursiones más famosas de las montañas aragonesas.

Visitando la cima urbana de los Pirineos de Huesca

1540 metros sobre el nivel del mar. Esa es la altitud de Cerler, la cual es más que suficiente para convertirse en la cima urbana del Pirineo oscense. Eso hace que esté ubicado en una ladera de alta montaña, por lo que cada centímetro ha sido ganado con esfuerzo y, por tanto, se cuida con mucho mimo.

Las gentes de Cerler se han dedicado tradicionalmente a la ganadería. Entre esa actividad económica y los rigores del clima de altura, el casco histórico tiene una estructura súper interesante, con calles anchas que permitan la circulación de los animales pero con casas muy cerradas en las que resguardarse del frío. Practicidad y sobriedad a partes iguales.

El pueblo tiene todo el encanto de los Pirineos: no solo es precioso desde el punto de vista arquitectónico, sino que además está perfectamente integrado en su entorno. Además, la cercanía con Benasque y con su estación de esquí hacen que sea un destino muy visitado durante todo el año.

Turismo en Cerler

Iglesia de San Lorenzo

El edificio más destacado de Cerler es la Iglesia de San Lorenzo, cuyo origen podría ser románico (aparece mencionada en documentos del siglo XI. Sin embargo, su aspecto actual se debe a una ambiciosa reforma del siglo XVII.

Como decimos, Cerler es una localidad pirenaica a más no poder. Por eso, el paseo por sus desordenadas calles os permitirá descubrir infinitos rincones con encanto.

Nosotros empezamos el paseo por Cerler después de hacer la Ruta de las Tres Cascadas, por lo que le hincamos el diente al casco urbano a través de la Calle La Fuente. No se nos ocurre una carta de presentación mejor, ya que es realmente bonita.

En la Oficina de Turismo del pueblo (que está en la zona baja) nos dieron también un mapita en el que están localizadas las casas tradicionales más importantes de Cerler. Por poneros algunos ejemplos notables, no os podéis perder la Casa Cornel, la Casa Santamaría o la Casa Antondós.

Casa del Ratoncito Pérez

Hablando de casas, aquí va una curiosidad que os resultará especialmente interesante si viajáis con niños pequeños. En Cerler se encuentra la Casa del Ratoncito Pérez, la cual incluye una puerta, un buzón para dientes y un pequeño jardín. ¡No olvidéis pasaros a saludar!

Lavadero

Justo en la entrada de Cerler, alimentado por aguas que vienen directamente de la montaña, hay un bonito Lavadero. Fue construido entre 1933 y 1934 y, durante varias décadas, fue clave en la vida cotidiana del pueblo. Con la llegada del agua corriente a las casas perdió su uso, pero por suerte lo han restaurado y se conserva en un estado maravilloso.

Mirador

Ya en la zona baja, justo al lado de la Oficina de Turismo, hay un bonito mirador que da directo hacia la montaña y su correspondiente estación de esquí.

Ruta de las Tres Cascadas

Por último, si estáis en Cerler sería más que recomendable que aprovecháis las posibilidades que tiene el entorno. Más allá de la visita a la cercana Benasque, nuestro consejo es que hagáis la Ruta de las Tres Cascadas, uno de los recorridos más famosos (y bonitos) del Pirineo aragonés.

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