Panticosa es uno de los pueblos más destacados del Pirineo aragonés. Goza de fama por mérito propio, ya que en su término municipal es posible encontrar absolutamente de todo: un pueblo lleno de encanto, un balneario de aguas termales, una estación de esquí, uno de los mercados medievales más destacados del país… Por tener, tienen hasta su propio dialecto, el panticuto.

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El «todo incluido» de los Pirineos
La documentación más antigua en la que se menciona a Panticosa data del siglo XIII, aunque podría ser bastante más antigua. Al fin y al cabo en ese momento ya tenía cuatro barrios, tres de los cuales forman parte del casco urbano actual.
Durante siglos se ha mantenido como uno de los municipios más poblados del Pirineo, contando con casi mil habitantes a comienzos del siglo XX (misma población que mantuvo hasta un siglo después, cuando empezó un lento pero constante descenso).
A ello contribuye su excelente ubicación, pues el Valle de Tena es uno de los entornos más agradables de los Pirineos aragoneses. Gracias a su perfecta integración en el entorno y al excelente aprovechamiento de sus recursos naturales, con el balneario y la estación de esquí como elementos más destacados, lleva siendo un destino turístico muy concurrido desde que el mundo es mundo.
Aunque a día de hoy la mayor parte de sus visitantes acuden a hacer deportes de montaña o a relajarse en sus aguas termales, nosotros quisimos conocer bien todo lo que tenía que ofrecer su casco urbano. Precisamente por eso, pensamos que esta guía con todo lo que ver en Panticosa pueblo puede ser de mucha utilidad a otros viajeros.

Turismo en Panticosa
Iglesia de la Asunción
Nuestra primera parada fue en la Iglesia de la Asunción, un templo del siglo XVI con un marcado estilo gótico tardío. Desde el año 2002 cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural.

Tiene tres naves y una enorme torre de piedra, las cuales han llegado hasta nuestros días casi de milagro. Al fin y al cabo, no todos los edificios son capaces de sobrevivir a dos terribles incendios: uno en 1536, cuando se quemó prácticamente todo el pueblo; y otro en 1978, cuando se destruyó por completo el altar mayor.
En cualquier caso, a día de hoy está en un estado excelente, siendo una de las iglesias más bonitas de los Pirineos.

Calle San Miguel
La Iglesia de la Asunción se encuentra a los pies de la Calle San Miguel, la principal arteria del casco histórico de Panticosa. Se trata de una especie de calle mayor llena de todo tipo de tiendas, en la cual se instalan puestecitos varias veces por semana.
En la misma calle está la Oficina de Turismo, donde os podrán asesorar sobre todo lo que ver y hacer en Panticosa y alrededores.
Por cierto, justo detrás de la iglesia, también a los pies de la Calle San Miguel, está el Parque de la Iglesia. Allí tenéis la Fuente Iglesia y la Figura del Esquiador, dos de los recursos turísticos más fotografiados de la localidad.

Arquitectura popular
La Calle San Miguel puede ser un buen comienzo para recorrer el casco histórico de Panticosa. En sus calles encontraréis innumerables ejemplos de la arquitectura popular del Pirineo, con esas casas de piedra y pizarra tan características.

Ayuntamiento
Precisamente, de ese estilo bebe el Ayuntamiento de Panticosa, pues en la casa consistorial del pueblo se han puesto en valor los materiales de los que hablábamos: piedra para la fachada y pizarra para el tejado.

Fuentes
En Panticosa veréis diferentes fuentes, todas de muy alta factura. Además de la Fuente Iglesia, de la que os hemos hablado hace un momento, no deberíais dejar de ver Fuente Peroran ni Fuente la Cruz.

Mirador de Santa María
Tampoco deberíais perderos la subida al Mirador de Santa María. Está en el centro del pueblo, aunque tendréis que subir unas cuantas cuestas. Sin embargo, el esfuerzo será recompensado con una maravillosa vista del pueblo, del bosque cercano y de las montañas que lo protegen.

Tren turístico
Como decíamos en la introducción, estamos hablando de un pueblo con una larga tradición turística. El mejor ejemplo de ello es el Tren de Panticosa, un tren de alta montaña que comunica el casco urbano con el Valle de la Ripera. Allí espera al viajero una tupida red de rutas para hacer senderismo.

Deportes de montaña
Hablando de montaña y de hacer deporte, hay dos aspectos que no pueden ser pasados por alto. Por un lado está la Estación de Esquí de Aramón Panticosa, una de los mejores lugares para esquiar de la Península Ibérica. Por otro lado, para los más intrépidos están las Pasarelas de Panticosa, una serie de paredes colgantes por las que hacer senderismo por las alturas.
Nosotros fuimos en verano y con perro, así que no pudimos disfrutar de ambos puntos de interés, pero estamos seguros de que volveremos más pronto que tarde.
Baños de Panticosa (balneario) e Ibón de Baños
A donde si pudimos acercarnos fue a Baños de Panticosa, el excelente balneario que tiene la localidad. Se ubica a 1630 metros de altura y está separado del pueblo por una sinuosa y difícil carretera de unos 8 kilómetros de longitud. No diremos que fue un infierno llegar hasta allí, aunque fácil no fue.
Eso si, os aseguramos que el esfuerzo merece la pena. Primero, porque el balneario es una pasada, con un edificio del siglo XIX que evoca a una forma de hacer turismo que cada vez es menos común.

Por otro lado, por el valor natural del entorno. El balneario está en una praderita junto al Ibón de Baños, una espectacular balsa de agua a los pies de la montaña. Eso sí, no os dejéis llevar por su nombre, ya que no está permitido darse un chapuzón en él.

Ya que estáis por allí, os recomendamos caminar un poquito e ir hasta la Cascada de Argualas, una de las principales surtidoras del ibón.
