El ferry de Moskenes a Bodo: cómo llegar (y salir) por barco a las islas Lofoten

Si estáis buscando información sobre el ferry de Moskenes a Bodo (o el ferry de Bodo a Moskenes, en función de la dirección de vuestro viaje) habéis llegado al lugar indicado. En este artículo os vamos a contar todo sobre él (horarios, frecuencias, precios, etcétera) además de enseñaros cómo fue nuestra experiencia a bordo.

Cómo llegar en ferry a las islas Lofoten

Llegar a las islas Lofoten es relativamente sencillo durante todo el año. El acceso norte es por carretera, por lo que no requiere mucha explicación. En cambio, la única manera de llegar (o salir) por el sur del archipiélago es mediante ferry. En este caso, el punto de llegada/partida es el pueblo de Moskenes, mientras que el destino en tierra firme sería Bodo.

Teniendo en cuenta que la visita típica por las Lofoten consiste en recorrer el archipiélago de punta a punta, lo normal es que en algún momento os veáis en la necesidad de tomar este ferry. Por tanto, aquí van las claves del mismo:

• Funciona los 365 días del año.
• En invierno hay entre una y tres frecuencias diarias, duplicándose o incluso triplicándose durante los meses de verano.
• El trayecto dura aproximadamente cuatro horas, aunque hay algunas conexiones nocturnas que pueden durar casi el doble.
• El precio suele ser de unos 75€, incluyendo dos personas y un vehículo.
• Conviene reservar, especialmente durante la temporada alta. Es frecuente que los barcos vayan totalmente llenos.

Moskenes es un sitio muy pequeño, por lo que la zona de embarque / desembarque no tiene pérdida. De hecho, prácticamente todo el pueblo es ese área.

Por el contrario, Bodo es una gran urbe. Aun así, tampoco es complicado llegar hasta la zona del ferry, ya que la carretera 80 acaba justo allí.

Un dato interesante: desde Moskenes salen también los ferrys que comunican con Vaeroy y Rost, dos pequeñas islas del sur de las Lofoten que también son visitables.

Nuestra experiencia en el ferry de Moskenes a Bodo

Vamos a contaros ahora cómo fue nuestra experiencia. Nosotros tomamos el ferry de Moskenes a Bodo a mediados de agosto, tras varios días recorriendo las Lofoten. Por un momento nos planteamos deshacer el camino (ya que nos había gustado tanto el archipiélago que queríamos volver a algunos sitios), pero finalmente optamos por lo más lógico: salir por el extremo sur.

Llegamos a Moskenes pensando que en una hora salía un barco, pero lamentablemente los horarios no coincidían con los de internet y tuvimos que esperar el triple de tiempo. Tras exprimir al máximo cualquier posibilidad de ocio, fregar cacharros sucios de la furgo y dar un paseíto por el pueblo, llegó el momento de embarcar.

Conviene reservar, aunque la verdad es que nosotros no lo hicimos. También es recomendable llevar la app Epass24 instalada, puesto que así pueden cobrar directamente: tampoco la teníamos. Sin embargo, un chico de lo más amable se pasó y nos permitió hacer el pago: 754 NOK (unos 75€) por dos personas y la furgo.

Cuando ya subimos al barco, vimos carteles de no dogs por todas partes. Sin embargo, preguntamos a los trabajadores del ferry y nos dijeron que no había ningún problema. Montar con perro en los ferrys de Noruega es una experiencia con luces y sombras, tal y como os contamos.

Una vez a bordo, cuatro horitas por delante para surcar la mar. En el barco hay algunas distracciones, como tienda, mirador o restaurante. Este último abre a mitad de ruta y cierra bastante pronto, por lo que tenéis que estar muy atentos u os quedaréis sin comer o cenar. A modo de referencia, por unos 5€ podéis comprar una salchicha con patatas.

La ruta es cómoda a más no poder. No nos pareció cara para la cantidad de kiómetros que se ahorran, el trayecto es bonito (se pasa junto a varios pequeños islotes) y si miráis hacia atrás siempre tendréis la silueta draconiana de las Lofoten presente. ¡Muy recomendable!