El Camino Ignaciano es un Sendero de Gran Recorrido que emula los pasos de San Ignacio de Loyola en 1522, cuando transitó desde su localidad natal hasta la bonita ciudad de Manresa. Es una iniciativa relativamente reciente, pero que cada vez cuenta con más visitantes. En este artículo os contamos cómo son sus 27 etapas y qué esperar de ellas.
El GR-21: un itinerario turístico y cultural de primer nivel
650 kilómetros separan la localidad de Azpeitia de Manresa, donde respectivamente están la Casa Natal de Ignacio de Loyola y la cueva en la que formuló sus famosos Ejercicios Espirituales. Un larguísimo recorrido que el santo realizó en 1522 y que ha sido puesto en valor en pleno siglo XXI por la Compañía de Jesús y el empresario Lowney.
El Camino Ignaciano fue presentado en 2012 y reformulado una década después, en 2022, conmemorando el quinto centenario del viaje de San Ignacio. Para entonces, el proyecto estaba más que consolidado y podía presumir de tener miles de peregrinos año tras año.
El Camino de Santiago ha sido una clara inspiración. No en vano, se han replicado algunos de sus elementos más exitosos, como un símbolo claramente reconocible (sustituyendo la concha por el sol que ven los peregrinos en el horizonte, ya que la vía ignaciana se hace de oeste a este) o un pasaporte en el que ir poniendo sellos al atravesar localidades.
Atravesar la Península Ibérica de una manera diferente
La ruta atraviesa cinco comunidades autónomas: Euskadi, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña. Por el camino se visitan lugares del calibre de Vitoria, Calahorra, Zaragoza, Lleida o el Monasterio de Montserrat.
Actualmente, la iniciativa divide los 650 kilómetros en 27 etapas de una duración más o menos similar, de unos 25 kilómetros cada una. Quitando el verano, donde el calor hace que no lo recomendemos en absoluto, nos parece una ruta más que interesante para el resto de las estaciones del año.
Por el camino encontraréis, una vez más evocando al Camino de Santiago, todo tipo de establecimientos que os facilitarán vuestro tránsito: restaurantes, tiendas, albergues… Incluso hay una página web oficial, en la que encontraréis consejos para planificar la ruta o sobre el equipaje que deberíais llevar.
Nosotros no hemos realizado el Camino Ignaciano de principio a fin, sino que hemos ido conociendo diferentes etapas a lo largo de nuestros viajes. Y todo lo que podemos decir es que es una iniciativa que no deja de crecer. Si hace unos años ibas a algunos de sus lugares más destacados (incluyendo el propio Santuario de Loyola) y no se veía nada, en la actualidad los soles unen la ruta de punta a punta.
Da igual si os aproximáis al Camino Ignaciano por motivos religiosos, culturales o turísticos. En cualquier caso, es una buena manera de conocer el noreste de la Península Ibérica de una manera diferente y que sin duda llenará vuestra mochila de experiencias inolvidables.