Qué ver en Manresa, el corazón de Catalunya

Hoy queremos que nos acompañéis a Manresa, una preciosa ciudad en el centro geográfico de Catalunya. Es uno de esos destinos perfectamente equilibrados entre su rico patrimonio, su vibrante vida cultural y su deliciosa propuesta gastronómica. Quizá no sea el sitio más conocido (a nivel turístico) de Catalunya, pero sus calles nos dejaron sin palabras y volvimos a casa con un grato recuerdo de nuestra visita a la ciudad. Seguid leyendo y os enseñaremos todo lo que ver en Manresa, un lugar que os sorprenderá de principio a fin.

Descubre la vibrante capital de El Bages

¿Qué tienen en común Barcelona, Lleida, Tarragona, Girona, Terrassa, Sabadell, Igualada o Vic? Pues que todas estas ciudades están a menos de una hora en coche de Manresa. Y es que la ubicación de esta última, además de sus excelentes comunicaciones, hacen que sea el lugar de referencia del centro de Catalunya.

Los vestigios neolíticos, íberos y romanos ya apuntan a la riqueza del entorno de Manresa. También diversos núcleos de población medievales, aunque no fue hasta mitad del siglo XIV cuando la urbe empezó a despegar. En concreto, fue en 1345, cuando se terminó la Sèquia (la obra de ingeniería que todavía sirve para abastecer a la ciudad) y su crecimiento se disparó.

Este auge ha quedado reflejado en el casco histórico manresano, siendo uno de los conjuntos medievales y renacentistas más bonitos de toda Catalunya. Interesantes edificios (de los que hablaremos a continuación) fueron el caldo de cultivo para todo tipo de sucesos históricos, como la estancia de San Ignacio de Loyola durante varios meses, la derrota de las tropas francesas durante la Guerra de Independencia o el nacimiento del catalanismo moderno con la presentación de las Bases de Manresa.

De todo lo anterior se deduce una ciudad llena de vida y de tradiciones, con interesantes eventos durante todo el año. Como ya hemos dicho, no es el sitio más famoso de Catalunya, pero en nuestra opinión se trata de un destino turístico de primer nivel.

Turismo en Manresa

Plaza Mayor

Tras dejar el coche en un parking de pago (aparcar gratis en Manresa no es precisamente fácil), fuimos hasta uno de sus espacios más icónicos: la Plaza Mayor. Es un punto estupendo para empezar la visita, ya que está en el centro de todo, tiene unos cuantos edificios interesantes y su ambiente es excepcional a cualquier hora del día.

Aunque la Plaza Mayor de Manresa ha ido cambiando a lo largo del siglos (las guerras, los incendios y las catástrofes naturales no tuvieron piedad con ella), lo cierto es que hoy es un espacio precioso. Su principal referencia es el Ayuntamiento de la localidad, pero las diferentes casas de colores que la rodean también son dignas de mención.

Por cierto, allí también encontraréis la Oficina de Turismo de Manresa, donde podréis conseguir planos y folletos para organizar mejor vuestra visita.

Calle del Balç (Carrer del Balç)

Justo detrás de la Plaza Mayor está uno de los atractivos turísticos más interesantes de la ciudad: la Calle del Balç (Carrer del Balç en catalán). Se trata de una calle medieval que ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado de conservación, siendo uno de los mejores ejemplos de toda Europa de cómo era la vida urbana en esa época.

¿Por qué se ha conservado intacta durante tantos siglos? En origen era una de las calles más ajetreadas de la ciudad, por su cercanía con la Plaza Mayor (y, por ende, con el mercado). Fue pasando el tiempo y en el siglo XVI pasó a manos privadas. Sus dueños decidieron cubrirla y usarla como bodegas y almacenes, haciendo que mantuviese su morfología hasta convertirse en un excelente vestigio del medievo

La visita no es gratuita, sino que hay que pagar 5€ por persona. Se puede visitar todos los días del año de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00, excepto los domingos y los lunes que cierra por la tarde. Y, aunque no resulte nada habitual tener que comprar una entrada para visitar una calle, os aseguramos que es más que recomendable. Tanto el pequeño centro de interpretación anexo (con sus maquetas y paneles informativos) como la calle en sí misma constituyen uno de los espacios más auténticos de Manresa.

Basílica de la Seu

Y, hablando de autenticidad, la Basílica de la Seu de Manresa también es absolutamente imprescindible si se está en la ciudad. Fue construida en la segunda mitad del siglo XIV por el célebre arquitecto Berenguer de Montagut, responsable de otros edificios de renombre como la Catedral del Mar de Barcelona o la Catedral de Palma de Mallorca.

Es una de las iglesias góticas más grandes y mejor conservadas de la Península Ibérica. Destaca por sus increíbles fachadas, por sus bonitos vitrales o por los retablos góticos del interior. Una vez más, si queréis visitarla tendréis que rascaros el bolsillo: en este caso, 3€ por persona.

Cueva de San Ignacio (Cova de Sant Ignasi)

Donde no tendréis que pagar es en la Cueva de San Ignacio de Lozoya (Cova de Sant Ignasi), el lugar más espiritual de toda la ciudad de Manresa. De hecho, aquí se sitúa el origen físico e intelectual de la Compañía de Jesús, fundada por el militar y religioso español en 1540. De hecho, fue el espacio en el que San Ignacio escribió su mítico libro Ejercicios Espirituales.

No esperéis una cueva pequeñita, porque la pompa y el boato han sido llevados a la máxima expresión. La mejor muestra de ello es que la fachada que protege la cueva es visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad.

En primer lugar se visita una iglesia de estilo barroco, con una única nave y un buen puñado de capillas laterales bellamente ornamentadas. Nos sorprendió muchísimo el templo, no esperábamos que algo así pudiese estar escondido en Manresa.

Después se va a la antecueva, que viene a ser el vestíbulo que da acceso a la cueva propiamente dicha. Su decoración es brutal, solo por contemplarla ya merecería la pena venir hasta aquí.

Por último, la cueva. En la actualidad es algo así como la cripta de la iglesia y, aunque se puede visitar, en ella es habitual encontrar a gente haciendo ejercicios espirituales o simplemente meditando.

Se calcula que casi 50.000 personas acuden todos los años a visitar esta cueva. Lo normal sería que la cifra vaya en aumento, ya que la fama del Camino Ignaciano (un itinerario cultural que sigue los pasos de San Ignacio desde Azpeitia hasta Manresa) no deja de crecer.

Puente Viejo (Pont Vell)

Seguimos bajando, en este caso para llegar ya al nivel del río. Allí os espera el Puente Viejo o Pont Vell, uno de los elementos arquitectónicos más reconocidos de la ciudad. Su estrechísima silueta sobre el río Cardener ya es espectacular en sí misma, ya que parece inverosímil que lago tan finito se sostenga sobre el agua sin venirse abajo a cada momento.

Sin embargo, también merece la pena ir hasta allí por las bonitas vistas que ofrece de Manresa, con la Cueva de San Ignacio en primer plano y la Seu a mano izquierda.

Hay que decir que el puente fue reconstruido en 1939, durante los combates derivados de la II Guerra Mundial. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX se restauró y actualmente es uno de los puentes medievales más bonitos de toda España.

Capilla del Rapte

Volvimos al centro por la Carrer de Montserrat, para ir a parar directamente a la Capilla del Rapte, cuyo nombre completo vendría a ser Capilla del Rapto de San Ignacio. Se llama así porque el religioso perdió la consciencia y estuvo inmóvil durante ocho días (con sus ocho noches), en un suceso conocido como «Rapto de San Ignacio». La capilla se puede visitar por dentro en el marco de visitas guiadas o pidiendo las llaves en el Centro de Acogida de Peregrinos.

Justo al lado está el Museo Comarcal de Manresa.

Pozo de la Gallina (Pou de la Gallina)

Muy cerquita de la Plaza Mayor está el Pozo de la Gallina (Pou de la Gallina), otro lugar relacionado con la vida y obra de San Ignacio. Al parecer, a una joven manresana se le ahogó una gallina, rezó y apareció el religioso para devolverle la vida a base de oraciones. Para mantener el recuerdo de esta hazaña vivo, en el siglo XVIII se construyó una pequeña capilla.

Capilla de San Ignacio Enfermo (Capilla de Ignasi Malalt)

Y, hablando de capillas, por allí anda también la Capilla de San Ignacio Enfermo (Capilla de Sant Ignasi Malalt). Pese a su tamaño, es uno de los recintos religiosos más queridos y utilizados por los manresanos. Está en un pequeño callejón a escasos dos minutos de la Plaza Mayor. Aunque el templo ha sufrido sucesos terribles (incendios por parte de las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión y saqueos en la Guerra Civil incluidos), tras varias restauraciones goza de un aspecto admirable.

Iglesia del Carmen

Manresa es una de esas ciudades en las que el mapa turístico está lleno de puntos de interés, pero que aun así se queda corto. Por ejemplo, en ningún sitio viene reseñada la Plaza del Carmen (Plaça Carme), pero es un sitio sensacional. Y lo es por varios motivos, como por ejemplo la monumental Iglesia del Carmen que le da nombre.

Además, es uno de los mejores miradores hacia el casco urbano manresano. Al estar elevada, ofrece una buena imagen de las calles y tejados adyacentes.

Mercado de abastos (Puigmercadal)

Misma cosa respecto al Puigmercadal, que es como se conoce al mercado central o mercado de abastos de Manresa. Es un lugar que no viene en el mapa turístico y que bien haríais en visitar: por sus olores, sus colores y porque podréis comprar productos típicos de la zona al mejor precio posible. Nosotros nos volvimos a casa con unos salchichones payeses exquisitos.

Por cierto, la propia Plaza del Mercado (Plaça del Mercat) también es un sitio que bien merece una visita.

Plaza Sant Domènec (Plaça Sant Domènec)

A pocos pasos de allí está la Plaza Sant Domènec (Plaça Sant Domènec), el epicentro de la Manresa contemporánea. Fue uno de los primeros espacios en surgir tras la desaparición de las murallas del siglo XIV, siendo algo así como un punto de encuentro entre el casco histórico y el nuevo desarrollo surgido al amparo de la industria.

Aunque la plaza como tal no se terminó de configurar hasta 1936, cuando desaparecieron algunos edificios como consecuencia de los combates de la Guerra Civil, a día de hoy es un recinto absolutamente icónico. En él (y en sus alrededores) podéis contemplar alguno de los edificios modernistas más interesantes de Manresa.

En este mismo lugar está Espacio 1522, un centro de interpretación que pone en valor la situación de Manresa en el año 1522. Dicho de otro modo: cuando San Ignacio de Loyola fue acogido por la urbe.

El Casino

Si desde allí tomáis el Passeig de Pere III, llegaréis hasta El Casino. Se trata de uno de los edificios modernistas más famosos de Manresa, gracias a su impresionante arquitectura. Durante los tres primeros cuartos del siglo XX fue un club social para la alta burguesía manresana, pero en 1970 fue cerrado y prácticamente abandonado. A final de siglo estaba en un estado ruinoso, pero tras una reforma (y su consiguiente transformación en biblioteca y centro cultural) ha recuperado el esplendor de antaño.

Museo de la Técnica

En los alrededores de Manresa (en concreto yendo de camino a Sampedor) está el Museo de la Técnica. En un antiguo depósito de agua os espera un museo la mar de sorprendente, en el que una información permanente muestra la importancia del aprovechamiento del agua a través de un punto de vista técnico e histórico.

Parc de la Sèquia

Un poquito más adelante está el sorprendente Parc de la Sèquia, el punto de inicio y final de la enorme acequia de casi 30 kilómetros de longitud que lleva agua desde Balserany hasta Manresa. Allí encontraréis una enorme laguna artificial, un centro de interpretación y paneles para hacer senderismo junto al agua.

Montserrat

Para terminar, imprescindible no aprovechar un post sobre Manresa para hablar de la cercana Montserrat. Allí encontraréis uno de los lugares espirituales más importantes de toda Catalunya, con su patrona (La Moreneta) perfectamente custodiada en un enorme recinto monástico. Impresiona a nivel arquitectónico, pero también os aseguramos que las escarpadas siluetas de sus montañas se os quedarán grabadas en la memoria.

A poco que juntéis Manresa, Montserrat y un par de cositas más, os quedará un espectacular fin de semana en El Bages.

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