Ruta de senderismo a la Cascada de Aitzondo, pasando por los Hornos de Irugurutzeta

El Parque Natural de las Peñas de Aya es uno de nuestros lugares favoritos para hacer senderismo en Gipuzkoa. Y entre todas las posibilidades que ofrece, hay una que nos gusta especialmente. Precisamente hoy os vamos a hablar de ella, de la ruta de senderismo a la Cascada de Aitzondo. Es un itinerario súper completo y que pasa también por los Hornos de Irugurutzeta, un complejo histórico perfecto para entender la realidad de esta zona de Euskadi. Os recomendamos seguir leyendo, porque estáis ante un itinerario maravilloso.

La ruta más completa del Parque Natural de las Peñas de Aya

Con la Cascada de Aitzondo como objetivo primario y los Hornos de Irugurutzeta como extra, la ruta que os proponemos tiene una distancia de seis kilómetros y medio. Podréis completarlos a través de un recorrido circular de algo más de dos horas, saliendo desde el aparcamiento que hay junto a la Sidrería Ola Sagardotegia.

El primer tramo es muy sencillo. Según se mira a la entrada a la sidrería, hay que ir por el camino que sale a mano izquierda y que va entre el establecimiento y el río. Iréis en paralelo al agua, junto a un montón de merenderos y acompañados de mucha gente (este tramo es súper transitado por la gente que vive por allí).

La señalización de esta primera parte no es la mejor, pero aquí estamos para ayudaros. En el primer cruce, el camino sigue llano a la izquierda y se hace cuesta a la derecha. ¡Hay que ir a la izquierda! Justo después, pasaréis por un puente súper bonito.

Casi sin daros cuenta llegaréis hasta el complejo histórico de Irugurutzeta, un antiguo coto minero que representa a las mil maravillas el boom que se vivió en este sector en Euskadi durante la segunda mitad del siglo XIX. Llegó a tener casi diez hornos de calcinación, siendo uno de los más importantes de toda la costa cantábrica.

Aunque tras la II Guerra Mundial dejó de estar en funcionamiento, hasta nosotros han llegado una serie de estructuras que todavía se encuentran en buen estado. A través de diferentes paneles informativos podréis aprender muchísimas cosas sobre minería, economía y grandes construcciones decimonónicas. Realmente muy interesante.

Aunque podéis curiosear por el coto minero hasta el fondo, la ruta sigue por el camino que va a mano izquierda justo antes de llegar a él (esta vez sí es por la cuesta). Es decir, tendréis que bordear el coto minero por arriba.

Nada más pasarlo, os espera una cuesta empinadísima. Son escasos 50 metros, pero son realmente duros. Solo por este ratito ya merece la pena decir eso de que hay que llevar calzado cómodo y una botellita de agua, porque sin ambas cosas lo pasaréis fatal.

Desde este punto, básicamente hay que ir siguiendo las balizas verdes y blancas. Tras superar el cuestón, iréis caminando en llano por la ladera de la montaña, en un paseo que se hace realmente agradable.

Casi sin daros cuenta llegaréis hasta un nuevo puente, que ya os pone en disposición de abordar la subida a la cascada. ¿Subida? Sí, se viene un nuevo tramo complicado. De hecho, iréis haciendo zig zag por la montaña, ayudados de unas cuerdas. No os penséis que la ruta tiene un desnivel infernal, pero es cierto que está muy concentrado en tramos muy breves.

Al final, llegaréis a unas ruinas. Tras atravesarlas, tendréis que cruzar el río, algo que no es sencillo en momentos en los que baja con mucha agua. De hecho, incluso hay que trepar un poco.

Sea como fuere, el premio justifica todo el esfuerzo. La Cascada de Aitzondo es alucinante, sin lugar a dudas es una de las más bonitas de la Península Ibérica. Y eso sin ser una de las más conocidas, lo cual hace que tenga un gran efecto sorpresa.

La Cascada de Aitzondo luce bien en cualquier día del año, pero os recomendamos especialmente la visita si ha estado lloviendo 4 o 5 días antes. Eso mismo nos dijeron los guías de las Minas de Arditurri y fue todo un acierto hacerles caso, ya que nos la encontramos en todo su esplendor.

La única pega que le ponemos a todo esto es que corría tanta agua y todo estaba tan resbaladizo que nuestro perro no pudo completar el último tramo (el que llega hasta la cascada). Sin embargo, el resto del recorrido le encantó.

Desde la cascada al inicio, la ruta se vuelve mucho más tranquila. La mayor parte de este último tramo es una pista de asfalto, cuesta abajo y bordeando caseríos tradicionales. No tiene pérdida.

Tras aproximadamente dos horas y media, llegaréis hasta el punto de origen. Un tiempo que sin duda habrá merecido la pena, ya que volveréis con la memoria llena de imágenes increíbles.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: la ruta empieza en el aparcamiento que hay junto a la Sidrería Ola Sagardotegia. No deberíais tener problema para dejar vuestro vehículo si vais temprano, pero os adelantamos que no es un parking especialmente grande.

📏 Distancia / desnivel: la ruta tiene una distancia de casi 6,5 kilómetros, con un desnivel positivo de 350 metros.

💪 Dificultad: media. Si vais habitualmente a caminar la haréis sin problemas, pero si no soléis moveros os costará un poquito. Quizá los mayores problemas que presenta son que el desnivel está muy concentrado y que la subida final a la cascada es un poco compleja.

⏲️ Duración: tardamos algo menos de dos horas y media en completarla. Fuimos sin prisa alguna, haciendo un montón de fotos y disfrutando de lo bonita que es esta ruta.

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