Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Christiansfeld es un lugar único en Dinamarca. Se trata de una pequeña ciudad fundada a finales del siglo XVIII por la Iglesia de Moravia, que quiso brindar al mundo una urbe planificada al extremo. Si estáis en búsqueda de lugares sorprendentes y que no tengan parangón, sin lugar a dudas deberíais continuar leyendo este post.
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El plan urbano más estricto del siglo XVIII en Europa
El nombre de Christiansfeld viene dado por el rey Cristian VII de Dinamarca, pues bajo su reinado se construyó esta ciudad. El propio monarca sufragó el 10% de las obras, decisión que fue reforzada con la exención del pago de impuestos durante 10 años.
La mayor parte de los edificios de Christiansfeld fueron erigidos entre 1773 y 1800. Tal cual se planificó se construyó, y tal cual terminaron las obras han llegado prácticamente a nuestros días. Precisamente por eso es Patrimonio de la Humanidad, porque no existe un ejemplo mejor de la arquitectura de la Iglesia de Moravia en toda Europa.
Fue designada flaekke, algo así como ciudad comercial. Este hecho contribuyó a su desarrollo durante la primera mitad del siglo XIX, aunque todo cambió tras 1864. En ese año Christiansfeld pasó a manos prusianas, como reparaciones tras la derrota danesa en la II Guerra de Schleswig. Quedó así hasta 1920, cuando Alemania tuvo que devolverla en el marco del Tratado de Versalles.
A comienzos del siglo XXI las autoridades danesas decidieron poner en marcha un ambicioso proyecto de restauración y puesta en valor. Así, en la actualidad es un destino turístico de primer nivel. Resulta perfecto si estáis haciendo una ruta por Dinamarca o si simplemente queréis atravesar el país en dirección a Suecia o Alemania, ya que está al ladito de la autovía.
La visita no podría ser más sencilla. Hay un enorme parking gratuito junto al casco histórico, fruto de los trabajos de restauración anteriormente mencionados. Además, con un par de horas es tiempo más que suficiente para recorrer sus principales calles y visitar sus edificios más destacados.
Turismo en Christiansfeld
Trazado urbano
La atmósfera en Christiansfeld es tirando a raruna. Es un lugar calculado al extremo, hasta el punto de que parece de cartón piedra. De hecho, nosotros hicimos la visita a última hora de la tarde y no nos encontramos a nadie en el camino, por lo que todo parecía aun más extraño.
Sin embargo, tenemos que reconocer que es un sitio que da lo que promete: nunca hemos visto una ciudad ni remotamente parecida. Nos vienen a la mente algunos ejemplos de planificación completa, como el Nuevo Baztán, pero sin duda Christiansfeld es otro nivel.
Todo gira alrededor de la Plaza de la Iglesia Central, a cuyo alrededor están las dos calles principales: Lindegade y Sostrehuset. Paralelas entre sí, van de este a oeste y en ellas se encuentran los edificios principales de la urbe.
La arquitectura de la ciudad es absolutamente homogénea, con construcciones de uno o dos pisos en los que los materiales principales son el ladrillo amarillo y la teja roja.
Edificios comunales
Se da la circunstancia de que muchos edificios de la ciudad conservan su uso original. La Iglesia de Moravia estableció un Salón Comunal, la Hermandad de Hombres (Forste Hus), la Hermandad de Mujeres (Sostre Hus), una Estación de Bomberos, una Vicaría, una Escuela…
El hecho de que la arquitectura sea tan uniforme implica que es difícil diferenciar estos edificios comunales. La mejor manera de sacarle todo el partido a la excursión es acudir a la Hermandad de Mujeres (al ladito de la Iglesia Central) en horario de mañana, ya que allí podréis contratar visitas guiadas a Christiansfeld. El mismo edifico es también el Museo Kolding, en el cual podréis aprender más sobre la vida en la urbe.
También hubo hueco en la planificación para zonas verdes, de lo cual da cuenta el pequeño Comeniushaven. Aunque parezca cerrado por fuera, la puerta siempre está abierta.
Cementerio (Gudsageren)
Uno de los espacios más llamativos de Christiansfeld es el Cementerio (Gudsageren). Es un lugar extraño como pocos, en el que las personas no están enterradas por familias sino por sexos: los hombres a un lado y las mujeres a otro. Además, cuenta con unas normas súper estrictas, que incluyen la medida exacta a la que debe ser cortado el césped o la prohibición de plantar cosas o colocar flores junto a las tumbas. Vamos, que podréis ver el camposanto tal cual lo pensó en su momento la Iglesia de Moravia.
Iglesia Luterana
En una posición tirando a marginal, ya en la zona nueva de Christiansfeld, se encuentra la Iglesia Luterana. Data del siglo XIX y es muy bonita, aunque no sabemos si por sí misma o por oposición al resto de la arquitectura de la ciudad.
Christinero
Por último, en las afueras de la ciudad está el Christinero. Llegar a él requiere una caminata (de hecho, nosotros estábamos vaguetes y fuimos en coche), pero os aseguramos que merece muchísimo la pena. Más que un parque, se trata de un bosque en miniatura, en el cual encontraréis también varias pequeñas lagunas y unos cuantos templetes.
Aunque estaba hasta los topes de mosquitos, la verdad es que dimos un paseo de lo más agradable. Nos pareció un sitio interesantísimo, el complemento perfecto para un lugar tan cuadriculado (dicho en el buen sentido) como Christiansfeld.