Caminos a Guadalupe, las infinitas alternativas para peregrinar hasta la Morenita de las Villuercas

Todo comenzó con Gil Cordero, un pastor cacereño al que se le apareció por primera vez la Virgen de Guadalupe. A raíz de este suceso se estableció un modesto santuario para recibir peregrinos, que en el siglo XIV recibió el apoyo de Alfonso XI para establecer un monasterio a la altura de las circunstancia. Y así fue como empezó a tejerse una red que hoy en día ha cristalizado en Caminos a Guadalupe, el proyecto que pone en valor las rutas tradicionales de peregrinación hacia la Puebla de Guadalupe.

Varios caminos, un único destino

Detrás de este moderno proyecto está Itinere 1337, un proyecto de cooperación interterritorial compuesto por casi una veintena de asociaciones locales. Todos ellos se han puesto a trabajar para proteger, restaurar y dar a conocer las diferentes rutas hacia Guadalupe. Por si no lo sabíais, este Real Monasterio es el segundo punto de peregrinación que hay en la Península Ibérica, solo superado por el Camino de Santiago.

En teoría existen doce caminos oficiales:

  • Camino Real
  • Camino de los Montes de Toledo
  • Camino de la Jara
  • Camino de Cabañeros
  • Camino de Levante
  • Camino de los Mineros
  • Camino Mozárabe
  • Camino Romano
  • Camino Visigodo
  • Camino de los Descubridores
  • Camino de Monfragüe
  • Camino de los Jerónimos

Sin embargo, la filosofía es que allí donde hay un peregrino, hay un camino de peregrinación. Dicho de otro modo: existen muchas otras rutas. De hecho, cuando se presentó el jubileo de 2021, ya se hablaba de hasta 23 posibilidades diferentes.

Más allá de las diferentes webs oficiales, por doquier veréis señales indicando los caminos, así como unos signos muy característicos: unas planchas metálicas en las que hay un peregrino en medio. Toda Extremadura (y en especial el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara) está decorada por ellos.

Camino Real, camino con credencial

Entre todos los caminos, hay uno que brilla por encima del resto. Nos referimos al Camino Real de Guadalupe, que ha sido el más popular en los últimos dos siglos. Se puede empezar desde dos puntos: Madrid y Titulcia.

Es una ruta que ya era utilizada para comerciar en época romana y que siguió en funcionamiento bajo dominio árabe, potenciándose aun más tras la construcción del Real Monasterio. Eso se ha traducido en que muchos peregrinos illustres han pasado por él, como Cristóbal Colón o Santa Teresa de Jesús.

Sus doce etapas hacen algo más de 250 kilómetros. Para que el peregrino se lleve un bonito recuerdo de su experiencia se ha puesto en marcha un pasaporte o credencial con un funcionamiento similar al del Camino de Santiago. El peregrino tiene que ir poniendo sellos a su paso por diferentes puntos de interés y al llegar a Guadalupe podrá recibir la credencial guadalupense, que certifica haber realizado la peregrinación.

El Jubileo, el regalo de Juan Pablo II a Guadalupe

Aunque hablamos de unas rutas más que consolidadas a lo largo de los siglos, lo cierto es que en el siglo XXI ha experimentado un gran crecimiento. Al menos a nivel mediático, ya que una de las últimas cosas que hizo el papa Juan Pablo II antes de morir fue conceder la gracia del Año Jubilar Guadalupense.

Lo cierto es que la tradición arrancó mucho atrás, ya que el primer año jubilar ocurrió en 1536 bajo precepto del papa Paulo III. Desde ese momento se había celebrado alguna vez más, pero solo circunstancias muy excepcionales.

Así, el papa Juan Pablo II dejó establecido que será año jubilar guadalupense todos los años en los que el 6 de diciembre caiga en domingo. En esos años, los peregrinos tendrán que atravesar la Puerta Santa de la basílica y tocar las piedras que hay en la entrada.

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