Que no os engañen las cuestas, la aparente dificultad para aparcar o que muchas veces sea más fácil encontrar información de la provincia que de la capital: Cuenca es una ciudad muy fácil de visitar, perfecta para un día completo y con muchísimas alternativas para todo tipo de viajeros. En este artículo os vamos a contar cómo es el mejor recorrido de un día por Cuenca, incluyendo sus monumentos más destacados, visitas a museos y con tiempo incluso para hacer alguna excursión.
Tabla de contenidos
Cómo llegar y dónde aparcar en Cuenca
Cuenca es una ciudad de fácil acceso desde cualquier punto de España y mediante diferentes medios de transporte. Por carretera no tiene pérdida, pues comunica con una autovía (la A-40) que a su vez conecta con la A3. Desde Madrid es una excursión muy típica, pues en menos de dos horas se llega allí.
También es fácil llegar por tren, ya que Cuenca tiene una parada de AVE. Suele haber ofertas tan jugosas como difíciles de conseguir, pero en cualquier caso la tarifa media ronda los 20 euros desde Madrid o desde Valencia.
Por último, el autobús es una buena opción, pues muchas líneas que conectan la capital con la Comunidad Valenciana pasan por aquí. Por 10 o 15 euros podéis conseguir un billete desde Madrid.
Si vais en coche propio, aparcar de primeras puede ser abrumador. Tenéis que tener en cuenta que existen tres opciones:
- Zona azul en la parte baja: la Calle de los Tintes es la mejor opción. ¿Inconvenientes? Hay que pagar, el tiempo en una zona azul está limitado y aparcaréis abajo del todo, por lo que las cuestas os dejarán exhaustos.
- Aparcamiento de pago en la parte alta: un poquito antes de la Catedral, a mano izquierda según se sube, veréis un parking de pago.
- Gratis en el Barrio del Castillo: sin duda, la mejor opción para aparcar en Cuenca. Tenéis que subir arriba del todo, pasar incluso la Catedral, y en lo alto de la ciudad hay un enorme aparcamiento gratuito. Os deja (literalmente) a un minuto andando de los primeros puntos de interés, así que es el más recomendable. Es importante decir que aquí está la mejor vista de la ciudad de Cuenca, merece la pena subir aunque solo sea por hacer la foto.
Qué ver en Cuenca en un día: recorrido con mapa
Enmarcada entre las hoces de dos ríos (el Júcar y el Huécar), Cuenca es una de las ciudades más visitadas de España. No en vano, la UNESCO le concedió el título de Patrimonio de la Humanidad a su impresionante casco histórico. Lejos de ser la típica capital de provincias llena de gente y cuya visita genera cierto agobio, Cuenca es un auténtico remanso de paz. Sus callejuelas, sus miradores a los ríos y sus infinitos museos hacen que un día (o varios) en la ciudad siempre sea una experiencia maravillosa.
Parte alta
Ya que nosotros aparcamos en la parte alta, empezamos el recorrido por allí. La primera visita interesante es a los restos del Castillo y de la muralla de Cuenca, unas ruinas arqueológicas que hoy son conocidas por el nombre de uno de sus elementos más destacados: el Arco de Bezudo.
El primer tramo de la visita consiste básicamente en bajar desde esas ruinas hacia la Plaza Mayor, con desvíos permanentes a ambos lados. Por un lado, hay muchos edificios de interés que merece la pena visitar, como el Edificio de la Inquisición (que actualmente es el Archivo Histórico Provincial), el Convento de las Carmelitas Descalzas o la Iglesia de San Pedro. Dicho sea de paso, en Cuenca hay decenas de iglesias en muy poco espacio, así que es muy habitual ver a curas y monjas de un sitio para otro. En esta bajada encontraréis algunos museos, como el Centro de Arte Casa Zavala.
La lista es interminable, pero no queremos dejar de mencionar algunos edificios destacados. A nosotros nos sorprendieron gratamente la Iglesia de San Nicolás (pese a no poder visitarla, porque estaban saliendo de misa) o el Antiguo Colegio de San José, con su pintoresca fachada.
Sin embargo, que tanto edificio importante no os haga perderos lo que realmente marca la diferencia: los miradores y callejones a ambos lados de la Calle de San Pedro. Aunque sea la calle principal, es la menos interesante. Mucha gente baja por ella (esquivando los coches, algo nada cómodo), pero lo guay está caminando por las paralelas.
Mirando hacia la derecha según se baja, hay muchos miradores a la hoz del Río Júcar que os dejarán sin palabras. De hecho, es lo mejor que podéis hacer: quedaros en silencio. Así escucharéis el bosque y el río, disfrutando de la naturaleza en medio de una gran ciudad.
En el otro lado (por la izquierda según se baja) hay también miradores, en este caso perfectos para tener una buena imagen de la parte monumental de la ciudad. No obstante, más que los miradores merece la pena pararse a investigar en callejones, pasadizos y demás pequeñas calles llenas de historias y leyendas. El empedrado de la calle se mezcla con el sonido de las fuentes que hay en los miradores, haciendo que sea un recorrido lleno de paz. Así, sin daros cuenta, llegaréis a la siguiente zona de la ciudad.
Catedral y alrededores
La parte más visitada de Cuenca es, sin duda, la Plaza Mayor. Quizá no sea una de las más famosas de España, pero se trata por méritos propios del epicentro de la ciudad. Sus edificios de colores, el ambiente de los bares y la presencia de la impresionante Catedral de Cuenca hacen que sea para obligada. Ya que hablamos de ella, merece la pena contar un poco más de la Catedral de Santa María y San Julían. Construida entre los siglos XII y XIII, su impresionante fachada gótica fue una de las primeras de España. Está llena de detalles, tanto en el interior como en el exterior, que reflejan el devenir histórico de la ciudad. Hay que pagar para verla por dentro, pero merece la pena.
En la misma Plaza Mayor hay un convento (el de San Pedro de las Justinianas), está el Ayuntamiento de Cuenca (un edificio con arcos que se atraviesa por debajo) y también está la Oficina de Turismo. Mención aparte requiere esta oficina, pues sin duda de las mejores que nos hemos encontrado en España: abre muchas horas al día, son súper amables y os darán encantados información de prácticamente toda la provincia.
Según se mira a la Catedral, conviene ir por la primera calle que hay a la derecha (la del Obispo Valero). Por un lado, llegaréis a una de los sitios más bonitos de la ciudad (la Plaza de Ronda), desde donde se pueden ver por detrás los «rascacielos» del Bario de San Martín (edificios medievales que tienen hasta diez alturas).
Por otro, por esta callecita se llega al auténtico emblema no solo de la ciudad, sino incluso de la provincia: las Casas Colgadas. Son edificios construidos sobre una cornisa que da a la hoz del río Júcar, cuyos balcones sobresalen dándoles esa característica silueta. Solo quedan tres casas así en Cuenca, aunque se puede visitar una por dentro ya que es el Museo de Arte Abstracto Español.
Eso si, conseguir la mejor foto de las Casas Colgadas (nunca Casas Colgantes, que es como la llaman algunos) requiere algo de valentía. Y es que para hacer la instantánea hay que cruzar al menos un tramo del espeluznante Puente de San Pablo, un puente que cruza la hoz del río Húecar y deja sin respiración hasta al más atrevido.
Llegados a ese punto, merece la pena cruzar por completo el puente e ir a ver el Antiguo Convento de San Pablo, hoy en día Parador de Turismo. La cafetería está abierta al público y se ubica en el claustro, por lo que merece la pena merendar allí para disfrutar de su impresionante arquitectura.
La Plaza Mangana, el último lavado de cara de Cuenca
Con todo lo dicho hasta ahora concluyen el 90% de las visitas a Cuenca, pero nosotros queremos recomendaros un tramo más. Habría que volver a la Plaza Mayor y esta vez cruzar el Ayuntamiento. Solo este hecho ya os da acceso a algunos de los edificios más coloridos de la ciudad, esos que con un filtrito de Instagram serán la envidia de todos vuestros followers.
A mano derecha veréis unas escaleras que llevan a la Plaza de la Merced, donde se encuentran el Museo de las Ciencias de Castilla – La Mancha (muy recomendable si vais con niños, incluso hay un simulador de terremotos) y el conjunto formado por el Seminario de San Julián y la Iglesia de la Merced. Entre ambos edificios hay un pequeño hueco por el que se cuelan los rayos de sol a última hora de la tarde.
Si seguís avanzando llegaréis a la preciosa Plaza Mangana, donde se encuentra la Torre Mangana. Hasta bien entrado el siglo XXI, se trataba de una zona tirando a abandonada, con mucho edificio en mal estado y sin apenas interés. Pero unas obras que se prolongaron unos cuantos años la han convertido en una zona con todo el encanto. El atardecer desde aquí es impresionante, la torre luce súper bonita y por toda la plaza hay paneles informativos con un montón de datos interesantes sobre la vida en Cuenca en la Edad Media.
Mapa turístico de Cuenca
De todos modos, aquí os dejamos un mapa con los principales puntos de interés.
Dónde comer y compras
Todo el casco histórico está lleno de restaurantes. Los que están en la Plaza Mayor no están nada mal, pero en nuestra opinión solo sirven para tomar un aperitivo y disfrutar del ambiente. Realmente la mejor zona para comer está arriba del todo, en el Barrio del Castillo. Tenéis cerca de una decena de bares y restaurantes todos juntos, con precios muy competitivos y productos típicos de la zona. Si vais a hacer una excursión, en muchos de ellos podéis comprar enormes bocadillos para llevar.
En cuanto a compras, la verdad es que Cuenca no está nada mal. Tenéis mucha tienda con los típicos recuerdos made in China que ya no le interesan a nadie, pero también mucho sitio con encanto. En los alrededores de la Plaza Mayor es donde está casi todo, pero nuestra recomendación es que paséis el Ayuntamiento y bajéis un poquito por la Calle Alfonso VIII, pues muy cerquita de los arcos hay un par de tiendas de artesanía súper interesantes.
Las mejores excursiones desde Cuenca capital
Cuenca es una ciudad que puede ocupar un fin de semana entero, pero lo normal es visitarla en un día completo o incluso en medio. ¿Qué hacer con el resto del tiempo? Por suerte, la provincia tiene muchísimo que ofrecer. No solo es una de las más grandes de España, lo cual le otorga una gran diversidad, sino que también tiene esa capacidad de sorprender propia de los sitios poco conocidos. Aquí os dejamos tres ideas, pero si buscáis en el blog veréis que hay mucho que hacer:
- La Ciudad Encantada y el Ventano del Diablo: sin duda, el auténtico hit. Es más, para muchas personas la asociación entre Cuenca y la Ciudad Encantada es poco menos que un matrimonio indisoluble. En esta excursión veréis un paraje natural cuya principal característica son sus peculiares formaciones rocosas, que con algo de imaginación recuerdan a animales y seres mitológicos. De camino merece la pena parar en el Ventano del Diablo, un mirador impresionante.
- Las Torcas de Palancares y las Lagunas de Cañada del Hoyo: uno de los lugares más fotogénicos de la provincia de Cuenca. Enormes agujeros en la tierra que en algunos casos están llenos de agua y que ofrecen la posibilidad de conocer la Serranía de Cuenca.
- El Yacimiento de Segóbriga y el Monasterio de Uclés: también es una opción muy escogida por estar ya de camino a Madrid. Ruinas que recuerdan el esplendor romano en estas tierras y uno monasterio que le resultará familiar a casi todo el mundo, ya que es lugar de rodaje habitual en películas y series españolas. Por algo será, ¿no?