Majaelrayo, con apenas medio centenar de habitantes, es una de las localidades más populares de la ruta de la arquitectura negra de Guadalajara. En sus calles podréis encontrar adorables casitas hechas casi de manera íntegra con pizarra, las cuales recogen la herencia de muchos siglos dedicándose a la agricultura y a la ganadería en un entorno con un clima tan complicado como la serranía guadalajareña.
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¿Y el Madrid qué?
Sinónimo de ruralidad y aislamiento, Majaelrayo es una localidad que se hizo muy famosa a finales de los años 90 gracias a un anuncio de televisión. En él, el ganadero local Jesús García Velasco, parecía creer que Franco seguía vivo y que el Madrid continuaba cosechando Copas de Europa con facilidad (recordemos que por aquel entonces estuvo hasta 30 años sin ganar el título). La original campaña de Mitsubishi lo situó en el mapa e hizo que todos los pueblos negros vivieran un marcado boom turístico:
Pero no olvidemos que Majaelrayo ya estaba ahí, así como siguió estando cuando pasó la moda. Representa la quietud y la sencillez de los pueblos de arquitectura negra, en los que destaca un conjunto estupendo en el que la pizarra es su principal seña de identidad. Es un material común en la zona y que permite realizar construcciones óptimas para luchar contra el duro clima de la Sierra Norte de Guadalajara, a la vez que se integra a las mil maravillas en unos montes en los que no faltan los robles ni los pinos.
Majaelrayo contaba con casi 600 habitantes a finales del siglo XIX gracias a la producción de carbón, pero la cifra se redujo dramáticamente durante la centuria siguiente. Hoy en día es un lugar prácticamente despoblado, pero cuya propuesta turística le hace único. De hecho, parece un sitio bastante más real que otras localidades de la zona, pues aquí sí veréis a gente que vive en el pueblo, os encontraréis con bares abiertos y sentiréis algo más de vida.
El recorrido es sencillo, pues se aparca con facilidad en muchos puntos de Majaelrayo y el pueblo apenas tiene 5 o 6 calles. Ojito si vais en fin de semana, ya que se suele llenar de madrugadores que intentan la subida al Ocejón (de la que luego os hablaremos) y ahí es posible que os cueste más encontrar un sitio para vuestro coche.
Turismo en Majaelrayo
Arquitectura popular
Majaelrayo es, como muchas otras localidades de la zona, un estupendo catálogo de todo lo que se puede hacer con pizarra. Casas, establos, almacenes: imaginad cualquier edificio de un pueblo, solo que más bonito de lo normal.
El paseo por Majaelrayo no tiene complicación. Sus calles hacen una especie de ocho, ofreciendo al viajero infinitos rincones con encanto y la posibilidad de conseguir un buen puñado de fotos que luego reciben muchos likes en Instagram.
Quizá sea menos espectacular que su vecino Campillo de Ranas, pero, tal y como hemos dicho, también resulta bastante más real. De hecho, os recomendamos ambas visitas para entender bien cómo es la vida en los pueblos negros.
Ayuntamiento
Pese a ser moderno, el Ayuntamiento de Majaelrayo es una auténtica pasada. Ha utilizado, como no podía ser de otra manera, la pizarra como principal material de construcción. El resultado es fantástico, con un edificio muy bien integrado en el resto del trazado urbano. Sin lugar a dudas es una de las casas consistoriales más bonitas en muchos kilómetros a la redonda.
Iglesia de San Juan Bautista
La Iglesia de San Juan Bautista rompe un poco la norma de la arquitectura negra, pues es más monumental de lo que se suele ver. Es un edificio que ha ido evolucionando con el paso del tiempo (la cubierta ha sido sustituida por teja de hormigón negro y junto a la espadaña se ha levantado un muro de ladrillo), pero aun así resulta realmente bonita.
Fuente del Caño
Una de las estructuras más antiguas de Majaelrayo es la Fuente del Caño, que data ni más ni menos del año 1792. Tal y como se lee en su inscripción, fue construida durante el reinado de Carlos IV. Tradicionalmente ha sido uno de los grandes puntos de reunión en el pueblo, habiendo inspirado incluso la composición de poemas: La palabra que me diste // en el caño de la fuente // como era palabra de agua // se la llevo la corriente.
Subida al Ocejón
Por último, Majaelrayo es uno de los grandes puntos de partida para hacer la subida al Pico Ocejón, una de las rutas más emblemáticas (y a la vez más exigentes) de la Sierra Norte de Guadalajara. Pensad que hablamos de un itinerario de unas 6 o 7 horas de duración, que se va hasta los 15 kilómetros aproximadamente y que tiene un desnivel positivo de más de 1000 metros. Vamos, que aunque resulte tentador tocar con los dedos ese fantástico pico, solo deberíais intentarlo si estáis en plena forma.