Qué ver en Torla – Ordesa (pueblo), la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Torla – Ordesa es una de las localidades más famosas del Pirineo aragonés, ya que es la entrada natural al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Cada año, miles de visitantes acuden hasta allí para aparcar, informarse sobre el parque nacional y hacer alguna ruta. Sin embargo, no son tantos los que suben a visitar el propio pueblo, algo que es una pena ya que se trata de un sitio muy interesante. Precisamente, en este post os enseñamos qué ver y qué hacer en la localidad, para que tengáis claro Torla – Ordesa es mucho más que un mero lugar de paso.

Un pueblo en las alturas

Con poco más de 200 habitantes y una altitud sobre el nivel del mar de más de 1000 metros, Torla – Ordesa se ha convertido en uno de los enclaves más visitados de los Pirineos. Al fin y al cabo, se trata de la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, especialmente durante los meses cálidos del año (cuando se interrumpe el tráfico rodado por el espacio protegido y necesariamente hay que utilizar un shuttle bus que sale desde el pueblo).

El municipio tiene motivos suficientes para brillar con luz propia. Puede que la visita a su casco histórico requiera subir un buen puñado de escaleras, ya que está a varios metros sobre la carretera, pero os aseguramos que merece la pena. El conjunto es una auténtica delicia, con un entramado de calles formado únicamente por casas de piedra, con tejados de madera y chimeneas para espantar a las brujas.

Turismo en Torla – Ordesa

Plaza de Aragón

Una vez llegamos al casco histórico (a donde subimos caminando desde el gran aparcamiento gratuito que hay junto al Centro de Visitantes), el punto de inicio de nuestra ruta fue la Plaza de Aragón. Es una buena manera de empezar a hincarle el diente al pueblo, ya que es preciosa y tiene un montón de edificios interesantes.

Entre ellos destaca la Oficina de Turismo, aunque lamentablemente nos atendieron fatal. A nosotros nos da igual, pues al fin y al cabo nada nos quita las ganas de viajar, pero es una pena encontrar a una persona siendo tan grosera y dando tan mala imagen de un municipio.

Ayuntamiento

No muy lejos de allí está el Ayuntamiento, un edificio monumental construido con materiales del entorno. Es una casa consistorial realmente bonita.

Lo mejor de Torla – Ordesa es, sin lugar a dudas, su conjunto. Tenéis que recorrerlo con calma y explorar hasta la última de sus calles, pues os aseguramos que los rincones con encanto son ilimitados.

Si estáis por el Ayuntamiento, aprovechad para tomar la Calle Francia, una de las más emblemáticas de la localidad. Por cierto, cotillead hasta el extremo, pues en muchas casitas veréis pequeños patios a los que se puede acceder, al estilo de los típicos closes y mews británicos (pero en miniatura).

Iglesia de San Salvador (Castillo)

El principal edificio religioso de Torla – Ordesa es la Iglesia de San Salvador, un pequeño templo de origen medieval. Sin embargo, está tan reconstruido que cuesta encontrar indicios de esa época. Se da la particularidad de que, debido a la posición fronteriza del pueblo, la iglesia tenía también la función de Castillo, defendiendo el territorio en caso de invasión.

Por cierto, justo delante de la iglesia está la Antigua Abadía, que actualmente hace las veces de Museo Etnológico de Torla – Ordesa.

Centro de Visitantes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Una vez exprimida la parte alta del pueblo, no olvidéis ir al Centro de Visitantes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En el centro, dedicado a la montaña, podéis aprender mucho sobre uno de los principales espacios naturales de la Península Ibérica, así como reservar actividades o comprar entradas para el autobús (en temporada alta) que lleva a lo alto del parque.

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