Qué ver en Berat, el pueblo de las mil ventanas

Cuando preparábamos la visita a Albania, nos dio un poco la sensación de que había mucho que ver en el norte y en las playas del sur, pero que el centro se quedaba un poco cojo. ¡Qué tremendo error! Rascando un poco encontramos sitios como el protagonista de este post, Berat, un municipio conocido como el pueblo de las mil ventanas y que es patrimonio de la humanidad (junto con Gjirokaster) desde el año 2005.

Ruta de un día por Berat

Lo primero que hay que decir es que Berat está dividido en tres zonas: Mangalemi (que viene a ser el centro histórico que visitan los turistas), Gorica (al otro lado del río, un poco más auténtico y obviamente con buenas vistas hacia Mangalemi) y Kala (la parte alta, donde está el castillo). En muchos blogs hemos visto que los separan, pero nuestra experiencia nos hace pensar en ellos como un conjunto indivisible.

Lo primero que hicimos fue aparcar, para ello la mejor zona es la del Boulevardi Republika. Es zona azul, pero por suerte acaba a las 16:00, así que aparcamos gratis. Nada más bajarnos se nos acercó un paisano ofreciendo alojamiento, algo muy habitual ya que Berat apenas dispone de hoteles.

Básicamente lo que hicimos fue caminar por una acera de Mangalemi hasta un puente que había el fondo, cruzarlo, ir por la acera de Gorica hasta el primer puente y cruzarlo. Una especie de cuadrado, más que suficiente para disfrutar de todo lo que tiene que ofrecer este bonito lugar.

Más allá de los puentes, el patrimonio está fundamentalmente en Mangalemi. Allí hay edificio bastante interesantes como la Iglesia de San Miguel o la Mezquita de los Célibes, que junto con los restos del antiguo Palacio de Pasha son los puntos de interés más fotografiados.

En cualquier caso, lo interesante de Berat son los pequeños detalles. Se hace un poco raro pasear debajo de tantísimas ventanas, pero a la vez lo pasamos súper bien observándolas y haciendo fotos de un montón de rincones con encanto. Lo pasamos bastante mejor al otro lado del río, en el barrio de Gorica, pues había menos turistas, las vistas de las ventanas eran increíbles y se respiraba un ambiente más auténtico. Las simpáticas cabras de aquí debajo dan cuenta de ello.

Si miráis hacia arriba veréis una fortaleza. Se trata del Castillo de Berat, cuyos orígenes se pierden en el siglo IV a. C. Es un recinto enorme, con un montón de torres e iglesias, pero sobretodo con unas vistas espectaculares sobre la ciudad.

En resumen: ¡hay que ir a Berat! Si estáis de camino a las playas paradisíacas de la Riviera Albanesa, este alto en el camino os permitirá conocer un pueblo precioso y bastante distinto a lo que encontraréis en el resto del país.

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