Con 400 metros de longitud, la Playa de Santiago de Deba es una de las playas más emblemáticas de la comarca del Bajo y del Alto Deba. En sus más de 80.000 metros cuadrados es frecuente ver a paisanos procedentes de los pueblos cercanos, como Ermua o Eibar, pero también a turistas venidos de todas partes del mundo. Al fin y al cabo, se trata de una de las playas más bonitas del Mar Cantábrico, y eso no es precisamente poca cosa.
Arena fina y olas perfectas para el surf
No solemos hacer artículos hablando únicamente de una playa, pero creednos cuando os decimos que ésta merece la pena. A lo largo y ancho de la misma encontraréis finísima arena de tonos dorados, unas aguas limpísimas, olas perfectas para surfear… ¿Qué más se puede pedir?
Ojito con el tema del surf, pues esta es una de las playas más frecuentadas del mundo para la práctica de este deporte. En sus aguas se forma la famosísima Sorgin-Zul, una ola derecha que habitualmente supera los 5 metros.
Al ser una playa muy frecuentada por locales y turistas, en ella se pueden encontrar todos los servicios: WC, cabinas para cambiarse, aparcamientos, etcétera. Además está en pleno casco histórico de Deba, por lo que en el paseo marítimo hay varios bares a pie de playa perfectos para tomar una cerveza y unos pintxos antes, durante o después del día en la arena.
Se da la circunstancia de que la Playa de Santiago no solo vive de arena y agua, sino también de la roca. Y es que, aunque no tan conocido como el tramo de Zumaia, en sus laterales también es posible contemplar al famoso flysch que, entre otras cosas, fue responsable de convertir la costa vasca en la Rocadragón de Juego de Tronos.
Una playa 24/7
La importancia de la playa de Deba en su propuesta turística no se toma a la ligera. De hecho, a finales del siglo XX se realizaron reformas para asegurar que la anchura del arenal no decreciese en momentos de marea alta. Vamos, que prácticamente a cualquier hora del día encontraréis muchísima arena, algo que no siempre ocurre en las playas cercanas.
El único pero que le ponemos a esta playa es que no es apta para perros. Si vais a primera o a última hora es habitual ver a gente paseando con sus amigos peludos, pero os podéis olvidar de las horas centrales. Una pena, aunque nada que no suela suceder en las playas de prácticamente toda la Península Ibérica.
Por cierto, no queremos acabar este post sin mencionar que Deba cuenta con otra excelente playa: la de Lapari. Ya habrá tiempo de escribir sobre ella en otra ocasión.