Historia de la Volkswagen Transporter, la furgo más mítica

Hoy queremos rendirle un sentido homenaje a la Volkswagen Transporter, una furgoneta mítica que todo amante de la van life que se precie debe amar y respetar a partes iguales. Una joya con ruedas la mar de resistente y versátil, la cual durante años inspiró nuestros más inalcanzables deseos… ¡hasta que pudimos hacernos con una! Y con ella, llegaron viajes chulísimos que de otro modo no podríamos hacer.

Esperamos que os guste este pequeño repaso a su historia, ya que lo hemos hecho con todo el cariño. Eso sí, no esperéis demasiados datos técnicos, ya que no sabemos demasiado de mecánica y motores. A nosotros lo que nos gusta es recorrer el mundo y, pese a no saber cambiar ni una rueda, tenemos claro que no podíamos tener mejor compañero mejor que una Volkswagen Transporter.

De furgoneta de bajo coste al sueño de todo viajero

La Volkswagen Transporter llegó al mundo en el año 1950. Era un modelo ligero y de bajo coste que nació a medio camino entre el transporte de pasajeros y mercancías, el cual rápidamente cambió las carreteras tal y como se conocían. Y es que hablamos de una auténtica revolución: sencilla, fácil de utilizar, duradera… ¡y encima barata!

La concepción de esta furgoneta no podría tener una historia más interesante. Tras la caída del régimen nazi por su derrota en la II Guerra Mundial, la fábrica de Volkswagen pasó a ser gestionada por el gobierno británico. Fue entonces cuando recibieron la propuesta de Ben Pon, un empresario de Países Bajos que quería llevar el mítico Escarabajo a su país. Durante las negociaciones, se dio cuenta de que en la factoría de Volkswagen utilizaban unos vehículos especiales para transportar piezas de un lado para otro. A partir de ese trasto hizo una propuesta de diseño, que se fue perfilando hasta que surgió el prototipo del vehículo que protagoniza el artículo.

Entre esa chispa de genialidad y nuestros días se han vendido más de 13 millones de unidades, algo realmente increíble. Existen diferentes versiones, todas ellas líderes desde que salieran al mercado: las comerciales, las de pasajeros, las que directamente vienen camperizadas…

Hablando de camperizar, si habéis leído hasta aquí seguramente ya iréis entendiendo por qué esta furgo se ha convertido en el santo y seña de los vehículos para viajar. Su duración, versatilidad y sencillez, unidas a su bajo precio, hicieron que se convirtiese en una alternativa perfecta para recorrer el mundo. Hippies y no tan hippies hicieron de este vehículo casi su hogar (y, muchas veces, sin el «casi»), haciendo que poco a poco se asociara más a los viajes que a ninguna otra función.

Eso sí, como en toda historia que es verdad no falta un poquito de tristeza. En este caso, su éxito arrollador ha hecho que con el paso del tiempo haya mantenido muchas de sus virtudes, pero sin duda hay una que ya no conserva: el buen precio. Lo que en origen fue un vehículo de bajo coste hoy es una furgoneta premium, en el sentido más caro de la palabra. Por suerte, si se sabe buscar bien es posible encontrar furgos de segunda mano (o tercera, o cuarta…) a las que, con un poquito de cariño, todavía se les puede sacar todo el partido.

Evolución de la Volkswagen Transporter

T1, T2 y T3: con ellos empezó todo

Las primeras tres generaciones de Volkswagen Transporter son conocidas hoy en día como T1, T2 y T3, aunque lo cierto es que en su momento no eran denominadas así (se las conocía como Volkswagen Tipo 2).

Podríamos hablar largo y tendido de cada una de ellas, ya que poco a poco fueron evolucionando, pero lo cierto es que comparten una serie de características que hacen que puedan ser consideradas un todo. Sin ir más lejos, su legendario diseño, que hoy en día forma parte más de la cultura pop que del mundo del motor, es bastante similar entre ellas.

Otro elemento que tienen en común es el motor, pues en estas tres primeras generaciones de Transporter estaba en la parte trasera. Lo mismo la tracción, que también estaba en la parte de atrás.

La T1 se produjo de 1950 a 1967, la T2 de 1967 a 1979 y la T3 desde 1979 hasta 1992. Hablamos de producción en líneas generales, ya que en algunas factorías fueron más allá: por ejemplo, en Brasil la T2 se estuvo fabricando hasta 2013. Entre las tres generaciones fueron capaces de vender casi seis millones de vehículos, toda una locura.

T4: el modelo legendario

Sin embargo, el auténtico protagonista de esta historia (y no solo porque sea el modelo que tenemos) es la T4. Un modelo mítico con fama de indestructible, del cual no es difícil encontrar ejemplares con medio millón de kilómetros o incluso más (por internet circulan incluso vídeos con un millón de kilómetros). Por cierto, fue fabricada entre 1990 y 2003.

Más allá de mover el motor y la tracción a la parte delantera, su diseño ha demostrado a lo largo de varias décadas haber sido una de las grandes obras de ingeniería del siglo XX. Tiene muchísimo espacio en su interior, los componentes son fáciles de reemplazar, su consumo es más que moderado… Podríamos llenar párrafos y párrafos con sus ventajas.

Conseguir una hoy en día no resulta fácil, ya que hay bastante boom y su precio no suele ser el más barato del mercado, pero echando un ojo en portales de segunda mano de vez en cuando aparecen gangas. Por ejemplo, nosotros se la compramos a un carpintero que solo la había usado para trabajar y unos poquitos viajes de verano: con todas las revisiones en orden, con poquitos kilómetros y en un estado excepcional.

Sin embargo, si consigues hacerte con una, resulta el modelo perfecto para introducirse en el mundillo camper. Prácticamente todo está dicho y hecho sobre este modelo, por lo que os resultará muy económico camperizarla, en todos los talleres son expertos en ella, los recambios suelen ser muy baratos… Todo son ventajas.

Versiones modernas

Tras la T4 llegaron los modelos T5 (entre 2003 y 2015) y T6 (a partir de 2015). Adaptados a los nuevos tiempos, ofrecen a sus usuarios muchísimo más confort, algo más de espacio de carga y su adaptación a la época digital.

Eso sí, puede que por el camino se haya quedado algo de fiabilidad (no encontraréis a ningún experto que os diga que estos dos modelos duran más que las antiguas Transporter) y sin duda su precio se ha ido de las manos. Hoy en día es un vehículo casi de lujo, llegando en sus versiones camperizadas más completas hasta casi 100.000€ si se compran en el concesionario. Por no hablar de la pérdida del toque vintage que las primeras T tienen.

Obviamente son vehículos de nueva generación, con un montón de ventajas y comodidades que los anteriores no tienen. Sin embargo, como ya hemos dicho, no están al alcance de todos los bolsillos. Lo que es innegable es que siguen liderando el mercado, pese a que cada vez tienen más y mejores competidores.

¿Es la Volkswagen Transporter la mejor furgoneta para camperizar?

Sí, sin duda. Su éxito va más allá de esto, ya que la Volkswagen Transporter es también un excelente vehículo profesional y de transporte de viajeros, pero está claro que es una excelente furgoneta para camperizar.

Son muchas horas y mucho dinero hasta que se consigue dejar una furgoneta al gusto de un loco de los viajes. Nos atreveríamos a decir que no hay dos iguales, al menos si están hechas por y para viajeros. Por eso, sería una pena pegarse todo ese currazo en un vehículo que no fuese fiable o que fuese a durar poco.

Además, su éxito hace que sea muy fácil encontrar foros especializados, tiendas de repuestos, expertos en camperización con propuestas ya listas… Vamos, que transitaréis por un camino que se ha recorrido durante generaciones y por el cual no será difícil moverse.

Y hasta aquí nuestro homenaje a la Volkswagen Transporter, con la cual esperamos veros de vez en cuando en la carretera. Nosotros al menos no dejamos de mover nuestra bonita T4 blanca por todo el mundo, disfrutando de experiencias únicas junto a nuestro perro. Es un vehículo con sus achaques, pues al fin y al cabo tiene ya más de 30 años, pero que siempre está a la altura de las circunstancias. Tal y como nos dijo una vez un camionero en la frontera entre Macedonia y Kosovo, chapurreando inglés como buenamente podía, estamos ante un vehículo que claramente es old, but good.

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