Llevábamos ya tiempo queriendo realizar el Sendero de los Pozos del Aljibe, una ruta de senderismo ubicada en el corazón de los pueblos de arquitectura negra de Guadalajara. La expectativas eran altas, pero igualmente fueron superadas. Y es que este recorrido no solo nos permitió visitar dos pueblos preciosos y caminar junto a un infinito manto de jaras, sino que además nos acercó hasta una de las cascadas más bonitas que hemos visto en la España interior. Seguid leyendo, porque estáis ante un recorrido fantástico.
Dos pueblos unidos por una preciosa cascada
El PR-GU 09 es un Sendero de Pequeño Recorrido que une dos de los pueblos más emblemáticos de la arquitectura negra: El Espinar y Roblelacasa. Se puede empezar desde el aparcamiento gratuito que hay en cualquiera de ellos, ya que la ruta los une y después se adentra en un profundo bosque. En su corazón espera un salto de agua absolutamente alucinante.
Nosotros empezamos en El Espinar simplemente porque apareció antes en la carretera. Lo primero que hicimos fue recorrer este encantador pueblo, el cual se asienta en lo alto de una pequeña colina. Es perfecto para una primera toma de contacto con este tipo de arquitectura.
Una vez le echéis un ojo al pueblo, volved al aparcamiento. Allí mismo está el panel informativo con todos los datos sobre la ruta, así como las primera balizas de color blanco y amarillo. Seguirlas es súper sencillo durante todo el recorrido, algo que siempre es de agradecer.
Lo que se agradece un poquito menos es que en ocasiones la ruta puede verse interrumpida por las cacerías que se organizan en la zona, tal y como vimos en muchos carteles. No faltan los haters que dejan comentarios ofensivos cada vez que decimos esto en el blog, pero cualquier ocasión es buena para manifestar nuestro rechazo a la caza, la tauromaquia y cualquier otra forma de sadismo que implique el maltrato a animales.
Dicho esto… ¡comenzamos a caminar! El primer tramo resultó un poquito problemático, ya que nada más abandonar el pueblo llegamos a un prado repleto de vacas. Íbamos con nuestro perro, el cual se puso muy nervioso pese a ir atado. En la zona había muchas crías, por lo que sus madres también empezaron a inquietarse. En resumen, tuvimos que dar un pequeño rodeo para no meternos en problemas.
Pese a que el camino es muy obvio, ya que básicamente se trata de un senderito de tierra en medio de una infinidad de jaras, conviene que vayáis muy atentos a las balizas blancas y amarillas. Pensad que hay muchos cruces, por lo que si no vais atentos acabaréis yendo por donde no es.
También conviene que prestéis atención a los alrededores. La Sierra Norte de Guadalajara está especialmente bonita entre El Espinar y Roblelacasa, por lo que seguro que volvéis de la ruta con un buen puñado de fotos chulas.
El punto álgido del recorrido es los Pozos del Aljibe, el conjunto de saltos de agua que da nombre a la ruta. Tened cuidado, ya que la zona de observación es un poco peligrosa y el acceso al mirador ha de hacerse dando la vuelta por la zona alta.
En cualquier caso, estamos hablando de una de las cascadas más bonitas de Guadalajara, de Castilla – La Mancha e incluso de España entera. Es cierto que la vimos en su prime, ya que estábamos en las semanas centrales de otoño y justo había llovido en los días previos, pero aun así no esperábamos un caudal tan espectacular.
Tras ver la cascada, cruzamos un puente y comenzó una dura subida. A partir de aquí el recorrido se hace un poco más complicado, ya que hay algo de desnivel. Sin embargo, las vistas hacia el río Jarama hacen que cualquier esfuerzo esté más que justificado.
¿Cualquier esfuerzo? Bueno, cuando lleguéis a la altura del Puente Matallana (que quedará abajo, no se llega a cruzar) comienza una nueva subida. Esta se hace especialmente dura, así que armaos de paciencia y subid como buenamente podáis. Es un tramo en el que las jaras dejan paso a los robles, no tiene pérdida.
Justo antes de llegar a Roblelacasa, pasaréis por un falso llano en el que tomar aire. Allí veréis que hay un cartel avisando de la presencia de abejas, cuya miel después podréis comprar en el pueblo. Llevad efectivo, eso sí, ya que no encontramos a ningún paisano que aceptase bizum.
Roblelacasa es un pueblo estupendo, también deberíais aprovechar para recorrer todas y cada una de sus calles. Su Plaza Mayor y su Iglesia os recibirán con los brazos abiertos.
El último tramo sirve para unir esta localidad con la de El Espinar, donde empezó todo. Tendréis que cruzar el puente que salva el Arroyo del Soto, justo antes de una última subida (que también es durita, dicho sea de paso).
Así, tras un tiempo que oscilará entre las 3 y las 4 horas en función de lo pesados que seáis haciendo fotos, llegaréis de vuelta al aparcamiento del principio. Recordad que el recorrido es circular, así que podéis empezarlo en cualquiera de los dos pueblos y hacerlo en ambas direcciones.
Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos
📍 Punto de inicio: la ruta se puede comenzar tanto desde El Espinar como desde Roblelacasa. Ambos pueblos tienen sendos aparcamientos gratuitos justo en el centro.
📏 Distancia / desnivel: 9,60 kilómetros con un desnivel positivo de 370 metros.
💪 Dificultad: entre fácil y media. No es una ruta complicada, pero el desnivel está concentrado en tramos muy cortos, los cuales se hacen un poco duros. Si camináis habitualmente por la montaña la haréis sin problemas, pero sudaréis de lo lindo si no soléis ir al campo.
⏲️ Duración: nosotros estuvimos cuatro horas, aunque tenemos que reconocer que hicimos una larga pausa para comer y que se nos fue la mano haciendo fotos. ¿Qué podemos decir? Realizamos la ruta en otoño y todo estaba precioso.
