Que Malta es mucho más que sol y playa es algo que ya debería estar claro, al menos si os habéis leído todo lo que hemos publicado sobre el archipiélago hasta el momento. Sin embargo, aquí va una muestra más. Y es que el Santuario de Ta ‘Pinu, ubicado en el noroeste de la isla de Gozo, es otro excelentísimo ejemplo del increíble patrimonio maltés. En este artículo os contamos su historia, cómo es y cómo hacer la visita a una de las capitales de la fe en Malta.
De la demolición a la devoción
La Basílica de Ta ‘Pinu era un pequeño templo de origen medieval perdido en el interior de Gozo. Era un sitio cualquiera, hasta el punto de que poco a poco cayó en el olvido y se fue deteriorando. Ya en el siglo XVI se planteó su demolición, pero durante esos trabajos ocurrió un milagro: un obrero se rompió un brazo, lo cual fue tomado como un aviso de que la capilla no podía ser derruida. Fue así como se salvó.
El templo parece muy propenso a los milagros, ya que tres siglos después, en 1883, una devota escuchó la voz de la Virgen María. Rápidamente se corrió la voz y se multiplicaron los episodios en los que diversos fieles sentían en su interior la voz de la Virgen. Así, unas décadas más tarde, ya en el siglo XX, se decidió construir un templo de mayor entidad. Fue así como se puso en marcha el impresionante santuario que existe hoy en día.
La nueva obra se realizó en estilo neogótico, con una torre de más de 60 metros de altura y casi un centenar de vidrieras de colores. Su fama se extendió por todo el Mediterráneo, viviendo su apogeo en el año 1990, cuando una misa de Juan Pablo II situó a Ta ‘Pinu en el mapa mundial del cristianismo.
Fue así como un pequeño templo maltés pasó de la ruina a la fama con solo unos pocos milagros. Por cierto, el templo original todavía se conserva en el interior del Santuario, así que podréis ver dónde empezó todo.
El templo más impresionante de la isla de Gozo
La visita al Santuario de Ta ‘Pinu es cómoda y rápida. Está en medio de la nada, así que podéis dejar el coche en el aparcamiento gratuito que hay a escasos metros del templo. Por cierto, está lleno de carteles diciendo que los robos son frecuentes, así que no dejéis nada de valor a la vista.
Desde el propio aparcamiento hay una vista excelente del templo. Su ubicación hace que contemplarlo sea una auténtica maravilla, ya que no hay edificios cerca y puede brillar en todo su esplendor.
Los alrededores del edificio tienen su interés, con diferentes esculturas y mosaicos repartidos por doquier. En ellos hay diferentes escenas religiosas, además de poner en valor a las principales personalidades relacionadas con Ta ‘Pinu (como la devota que escuchó a la virgen por primera vez).
Solo por contemplar el templo desde fuera ya merece la pena ir hasta allí, pero el interior también es una pasada. Es realmente fácil la visita, ya que la entrada es gratuita y el horario de apertura es de 7:00 a 19:00. Vamos, que quien no entre será porque no quiera.
El interior es más sencillo de lo que cabría esperar, con prácticamente todas las paredes blancas y no demasiada decoración. Se agradece, no por estar más recargado un templo tiene que ser más bonito.
Lo que resulta realmente impresionante son los espacios repletos de exvotos. Fieles de todo el mundo se acercan a Ta ‘Pinu al calor de sus milagros, pues al Santuario se le atribuyen todo tipo de curaciones milagrosas o incluso bebés nacidos tras años de supuesta infertilidad. No es muy común y merece la pena acercarse a verlo, aunque siempre con respeto.
A nosotros nos parece una excursión imprescindible estando en Gozo. De hecho, es de lo mejorcito que vimos en toda Malta, así que no dudéis en ir si lo tenéis a mano.