Anafiotika, un trocito de las islas griegas en Atenas

Aunque ya no es el secreto que acostumbraba a ser, lo cierto es que el barrio de Anafiotika es una de esas visitas que no todos los viajeros hacen al recorrer Atenas. Y deberían, la verdad, porque es uno de los lugares más increíbles de la capital de Grecia. Una zona que nada tiene que ver con el resto de la ciudad, que se caracteriza por sus pequeñas casas blancas y sobre todo por la tranquilidad imperante en cada uno de sus rincones. Si estáis preparando un viaje a Atenas y no habíais oído hablar de Anafiotika seguid leyendo, que nos lo vais a agradecer.

Un trocito de las Islas Cícladas en el centro de Atenas

Anafiotika es un barrio singular, un remanso de paz en medio de un lugar tan caótico como Atenas. Solo con la foto de arriba ya estaréis pensando… ¿acaso no es una isla griega más? ¿Cómo un sitio que parece sacado de las Islas Cícladas está a los pies del Partenón?

El barrio fue construido en el siglo XIX por albañiles que estaban construyendo el palacio del rey Otón. Venían de Anafi, una de las Islas Cícladas, así que se construyeron las casas tal y como las recordaban en su lugar de origen: pequeñas construcciones de un piso, en las que destaca el color blanco. Les dejaron la peor zona de la ciudad, así que construyeron como buenamente pudieron. Precisamente por eso, quedó un entramado de pequeñas calles: laberínticas y empinadas, pero llenas de encanto.

Durante un tiempo fue una zona bastante degradada, sin duda la más pobre de la ciudad. En 1922 fue el lugar en el que se establecieron los refugiados griegos de Asia Menor que huían de la guerra con Turquía. Más tarde, a mediados del siglo XX, buena parte del barrio fue destruido por las excavaciones arqueológicas del Partenón. Incluso estuvo a punto de desaparecer, ya que los griegos veían este lugar como algo fuera de contexto en su magnífica capital.

Por suerte, Anafiotika llegó a nuestros días. 45 casas y 2 iglesias: poca cosa en cuanto a número, pero suficiente para ofrecer al viajero uno de los rincones con más encanto de la capital.

Paseando por Anafiotika

Recorrer Anafiotika es, literalmente, pasear por un par de calles de Atenas. Al estar muy cerquita del Partenón, lo mejor es que os dejéis caer por este barrio antes o después de visitarlo.

En cualquier caso, aquí encontraréis un lugar único, de esos que salen siempre en los documentales. Sus pequeñas casas resisten el paso del tiempo como buenamente pueden. Si en lo alto está el Partenón con toda su majestuosidad, en esta ladera lo que hay es tranquilidad, humildad y flores.

No esperéis comprar un imán de nevera en Anafiotika, porque no es posible. En el barrio no hay ni un solo establecimiento comercial, algo que termina de darle encanto y ese aura de burbuja de tranquilidad en medio de una gran capital europea.

Hay dos iglesias: San Simeon, a un extremo del barrio; y San Jorge de la Roca, al otro. Dos pequeños templos perfectamente integrados en la arquitectura de Anafiotika y que merece la pena que visitéis.

Tened en cuenta que Anafitiotika no forma parte del circuito turístico habitual. Dicho de otro modo: no sufriréis el agobio de otras partes de la ciudad. Por tanto, visitad el lugar con respeto, tomad fotos y amadlo de por vida, pero sed muy cuidadosos. Si no cuidamos un rincón como este y perturbamos la vida de los que todavía viven aquí, dejará de ser el sitio con más encanto de Atenas.

Cómo llegar

Llegar a Anafiotika es muy sencillo, está literalmente a los pies del Partenón. Os dejamos un mapa para que localicéis mejor el barrio, pero no tiene pérdida.

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