10 ideas y consejos para hacer un picnic en un campfire del norte de Europa

¿Estáis de viaje por el norte de Europa y queréis hacer una barbacoa al aire libre? Aquí os dejamos 10 ideas y consejos para hacer un picnic en un campfire. Repasamos conceptos básicos, os contamos un montón de cosas que nosotros hubiésemos querido saber antes de echarnos al monte y también os hacemos unas cuantas propuestas de menú.

La información es poder

Si habéis sentido la llamada de lo salvaje, seguramente el primer impulso sea comprar carnaca y buscar un claro en el bosque para hacer un fuego. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Antes de plantearos hacer un picnic, tenéis que buscar información: ¿Dónde hay un lugar habilitado para hacer fuego? ¿Tienen leña en el refugio? ¿Hay alguna restricción por temperaturas o por la época del año? La improvisación está genial, pero por encima de todo tiene que primar el cuidado al medio ambiente.

Lleva lo necesario para encender el fuego

Aunque lo normal en los campfires del norte de Europa es que haya leña y parrilla, no siempre es así. Por tanto, os recomendamos que vayáis bien preparados para encender el fuego. Por mucho que en la zona haya leña, sin cerillas o mechero no podréis hacer nada.

Ojito: en ausencia de leña, no todo vale. Está bien coger algunos palos y ramas secas del suelo, pero no os volváis locos y os pongáis a talar árboles.

Donde fueres haz lo que vieres

Cada país tiene sus costumbres. Si bien es cierto que en Finlandia los campfires están equipados a tope y siempre encuentras leña, en Noruega no es tan habitual que haya troncos para encender el fuego. Dicho de otro modo: observad las costumbres de cada sitio y ponedlas en práctica.

El agua que no falte

Un error de principiante: no vayáis a hacer una barbacoa sin llevar agua. Es cierto que en ocasiones hay pozos o fuentes, pero no siempre es así. Y sería una pena disfrutar de todos esos manjares a palo seco, como se suele decir.

Mejor cosas pequeñas

Nuestra principal recomendación en cuanto al menú es que cocinéis cosas pequeñas, ya que tardan mucho menos en prepararse. Obviamente a todos nos gustan los chuletones de a kilo, pero quizá tardes menos en hacer unas salchichas, unas alitas de pollo o unas costillas. Las carnes finas tipo panceta o verduras que se hacen rápido como los champiñones siempre son una opción ganadora.

¡Creatividad al poder!

En tema barbacoa hay que pensar siempre outside the box. Que sí, que la imagen típica de una barbacoa consiste en llevar carne a tope, pero hay muchas otras opciones. Por ejemplo, nosotros solemos hacer pizzas y os aseguramos que quedan estupendas, por no hablar de pescados o incluso paellas. En resumen: creatividad al poder.

No te olvides de los postres

Otro error de principiante es presentarse a hacer una hoguera y solo centrarse en los platos principales. ¡Nunca hay que olvidarse del postre! Aquí si que entra en juego una imagen típicas de las hogueras, ya que no hay nada más reconfortante que calentar unos marshmallows pinchados en un palo después de haberse pegado un buen atracón.

Compartir es vivir

Ya lo hemos mencionado antes, pero en la cultura nórdica el fuego se comparte. Si en España lo típico sería pelearse a codazos por coger el mejor fuego, en el norte de Europa lo normal es que si alguien está en el firepit antes que vosotros os haga sitio. Tomad ejemplo y hacedle hueco al que venga después de vosotros, os aseguramos que la experiencia siempre es de lo más agradable.

No dejes basura

Aplicable a las barbacoas y al campo en general: nunca dejéis basura. De hecho, planteadlo de un modo mucho más elaborado: siempre hay que dejar el sitio mejor de lo que os lo habéis encontrado. Si antes que vosotros alguien se había dejado una botella de plástico, no os cuesta nada echarla a vuestra bolsa de basura y dejar la zona limpia.

Asegúrate de que el fuego se queda apagado

Por último, mucho ojito con dejar el fuego vivo. Las brasas pueden seguir siendo peligrosas incluso después de que hayáis comido o cenado, por lo que es muy importante que os aseguréis de que el fuego queda apagado por completo. En muchos firepits es sencillo, ya que tienen una tapa que ahoga las llamas e impide su propagación, pero en ocasiones tendréis que echar agua.

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