Si algo aprendimos en nuestro viaje por las islas Lofoten es que hay que salirse de lo convencional. Con una ruta tan clara como la E10, las paradas están más o menos claras. Sin embargo, cada vez que nos fuimos a destinos menos conocidos descubrimos la cara más auténtica del archipiélago. La mejor muestra es la pequeña localidad de Tind, en el sur de la isla de Moskenesoya.
Un alto en el camino antes de llegar a Å
No tenemos mucho que contar sobre este sitio. Para que os hagáis una idea, el lugar no tiene ni su propio artículo en Wikipedia, por lo que no hemos podido encontrar demasiada información sobre él. Sin embargo, os aseguramos que es una parada la mar de interesante.
Tind está a apenas un kilómetro de Å, por lo que es una excelente parada justo antes de llegar (en caso de que estéis yendo desde el norte) o nada más hacer la visita al pueblo con el nombre más corto del mundo (si vuestra ruta va a en sentido opuesto).
A modo de referencia, para dejar el coche tenéis que ir a una especie de explanada que hay al lado de un cartel en el que pone Kulturminner. Dejando el coche allí, podréis bajar en dirección al agua para acercaros a curiosear en este pequeño pueblo pesquero.
Lo primero que hay que decir es que, más que pueblo pesquero, se trata de un pueblo gaviotero. En pocos sitios hemos visto tantas gaviotas en toda Noruega como en esta pequeña aldea.
Recorrer Tind lleva apenas unos pocos minutos, ya que la visita se reduce a dar un paseo por sus muelles. De hecho, ni siquiera podréis visitarlos al completo, ya que hay zonas en las que se indica que está en mal estado y que no se puede pasar.
Motivos para visitar Tind
¿Por qué ir entonces hasta Tind? ¿Merece la pena la visita? Pues sin lugar a dudas, la verdad. Vaya por delante que las Lofoten nos encantaron y que nos pareció un lugar absolutamente increíble. Sin embargo, en ocasiones ese es justo el problema: que no parece real. Sin embargo, en Tind encontraréis un pequeño pueblo que todavía no se ha centrado en las tiendas de souvenirs ni en los resorts vacacionales.
Tind es un pueblo real, de los que ponen en valor el viejo modo de vida en el que la pesca estaba en el centro de todo. Podréis ver auténticas casas de pescadores, auténticos muelles y auténticas embarcaciones. Sin trampa ni cartón: de hecho, nos cruzamos con un paisano que puso cara de sorpresa al vernos por allí.
Más allá de ser un sitio de verdad, además se da la circunstancia de que es realmente bonito. Allí hicimos fotos súper chulas, de esas que luego acumulan muchos likes en Instagram. Así que este es un sitio a considerar si lo vuestro es la fotografía.