Ston, Mali Ston y Pratpano: slow life sol y playa en Croacia

Split, Zadar, Dubrovnik… son muchos los grandes hits de la costa de Croacia, tanto que a veces esos grandes árboles no dejan ver un bosque de posibilidades. En este post queremos enseñaros un rincón mágico, de esos que cuando se visitan siempre se piensa «buah, yo aquí podría estar dos semanas sin hacer nada». Nos referimos al trío de ases formado por Ston, Mali Ston y Pratpano.

Aunque técnicamente son tres localidades independientes, en la práctica forman parte del mismo conjunto. Por un lado, Ston y Mali Ston son dos pueblos unidos por unas sorprendentes e increíbles murallas medievales. Ambos tienen varios edificios de renombre para deleitar al viajero, pero sin duda lo interesante de ellos es el conjunto.

Mali Ston realmente tiene muy poquito que ver: una torre, un arsenal y una bonita plaza. Sin embargo, como conjunto es fascinante, mezclando lo mejor de las localidades de la costa croata con el encanto de los pueblecitos del interior.

Ston es la hermana mayor y tiene bastante más patrimonio, con varios edificios religiosos destacados como la Iglesia de San Nicolás. Ojo también al castillo, una fortaleza de época medieval que está en la zona baja. También tiene una oferta gastronómica más sólida, con un montón de restaurantes en los que degustar pescado y marisco fresco de la zona.

Mención aparte merecen las salinas de Ston, por las cuales os recomendamos pasar a echar un vistazo. Se trata de una de las industrias más interesantes de la zona, no solo por su importancia a nivel económico sino por la calidad del producto. Con que vayáis a la puerta ya podréis ver el típico carro lleno de sal, aunque hay visitas guiadas por su interior que merecen la pena.

Tal y como hemos dicho, ambas localidades están unidas por unas murallas. Es sin duda el protagonista del lugar. Hay mucho que decir sobre la Muralla de Ston, que no solo es la más grande de Europa sino la segunda del mundo (solo superada por la Gran Muralla China). Sus más de 7 kilómetros fueron levantados durante el siglo XIV, se pueden recorrer sus muros (pagando unos 5€ por persona) y desde lo alto hay muy buenas vistas.

Y como no solo de cultura vive el ser humano, la visita a ambas ciudades se puede complementar con Pratpano, un pequeño pueblo de costa que muchos viajeros visitan únicamente para tomar un ferry que conecte con alguna de las islas de la zona. Sin embargo, bien merece la pena hacer una parada, pues su playa es muy bonita. Es de las pocas de la zona que tienen arena en esta zona de Croacia, el agua está limpísima y no suele estar abarrotada, algo difícil de encontrar en el país.

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