Senderismo y mastines: cómo actuar si te encuentras con un perro pastor en el campo

Esquivar la polémica no se nos da precisamente bien. Por eso, hoy queremos hincarle el diente a uno de los temas más polarizadores del turismo rural: la convivencia entre senderismo y mastines. Si camináis habitualmente por el campo, seguro que en alguna ocasión os habéis visto frente a un perro gigante que estaba haciendo su trabajo (que generalmente consiste en guiar y proteger a un rebaño de posibles amenazas). Pues bien, en este artículo os vamos a contar cómo reaccionar ante una situación como esa, además de poner un poco de luz sobre un tema que siempre genera opiniones encontradas.

La convivencia en el campo, cosa de todos

La teoría es sencilla. Se supone que los mastines son perros seleccionados durante generaciones para la guarda del ganado. Su carácter es tranquilo con el rebaño al que protegen, pero se muestran especialmente eficaces (buen eufemismo) para repeler amenazas y neutralizar a todo aquello que pueda suponer un peligro.

Sin embargo, en la práctica hay muchos matices que convendrían ser aclarados. Por un lado, muchas veces se utiliza a mastines de una manera indiscriminada, tanto porque no se les presta atención como porque se les tiene sueltos por el campo sin control. Os ponemos un ejemplo que hemos vivido muchas veces: no es agradable estar paseando con nuestro perro por el campo y que de la nada aparezca un mastín gigante a hacernos pasar el peor rato de nuestra vida.

Ojo, que no queremos parecer los típicos señoritos de ciudad. Más bien todo lo contrario: amamos el campo y cualquier actividad que ayude a su supervivencia (excepto la caza y la tauromaquia, por cuestiones obvias) ha de ser respetada. Sin embargo, el tema mastines tiene muchos matices. Su función está clara, pero insistimos una vez más: si no se hace de una forma controlada, pueden venir los problemas.

Igual que nosotros (como senderistas) no nos salimos de los caminos, no nos acercamos al ganado o llevamos siempre atado a nuestro perro, los dueños de los mastines tienen que tener claro el peligro que pueden suponer. Por eso, es necesario que haya señalización, que los animales estén asegurados y que la actitud sea dialogante en caso de conflicto.

¿Qué hacer si te encuentras a un mastín haciendo senderismo?

Lo primero que hay que decir es que siempre es mejor prevenir que curar. Normalmente las zonas en las que hay mastines suelen estar claramente señalizadas, por lo que conviene que en ella extreméis las precauciones y sigáis tres normas básicas: no abandonéis los senderos marcados, cerrad los pasos de ganado cuando los atraveséis y llevad a vuestro perro siempre atado (en caso de que vayáis con uno).

Sin embargo, pongámonos en lo peor. Supongamos que vais caminando y de repente os topáis con un mastín frente a frente. Doblemos la apuesta: supongamos que no solo lo tenéis al lado, sino que se está acercando a vosotros y que encima está ladrando. ¿Qué hacer en ese caso?

El primer consejo es que mantengáis la calma. Si ante esa situación respondéis con movimientos bruscos, os ponéis a correr o hacéis ruidos, solo conseguiréis que el animal se ponga más nervioso y que la situación empeore.

La mejor opción es que os deis la vuelta y vayáis por otro camino. Con calma, dando un rodeo (por grande que sea). Los mastines defienden su territorio y volverán a saliros al paso en caso de que os crucéis de nuevo con ellos.

Tened en cuenta que el propósito de los mastines que se ven en el campo suele ser proteger a un rebaño. Por tanto, evitad acercaros a las ovejas / cabras / vacas y así el mastín no os percibirá como una amenaza.

En caso de ir con perro, la cosa se complica: el mastín puede verlo como un depredador o una amenaza. Llevadle atado y no permitáis que se os acerque. Misma cosa si vais con bicicleta: bajaos de la misma e id a pie, porque vuestro tamaño y velocidad puede resultar intimidatorio.

¿Nada de esto ha funcionado y estáis leyendo esto justo a punto de ser devorados por un mastín? Recordad que el 112 funciona estupendamente bien incluso en zonas con poca cobertura. Llamad, contad vuestra situación y encomendaos a los dioses antiguos para que la cosa no pase a mayores. ¡Buena suerte!

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