Ruta por el Arroyo de Montecarmelo (Madrid)

Los confinamientos de 2020 nos han servido para conocer mucho mejor nuestro entorno. Somos personas muy inquietas y eso de lamentarse no va con nosotros, así que en cuanto se ha podido salir a la calle hemos aprovechado para sacarle todo el jugo a Madrid. Y no precisamente yendo a los sitios más típicos, sino descubriendo los lugares que más cerquita nos quedaban. Un ejemplo es la ruta por el Arroyo de Montecarmelo que hoy queremos enseñaros: un recorrido de más de siete kilómetros que empieza y acaba en uno de los barrios más jóvenes de Madrid.

El Arroyo del Monte: la pequeña e intermitente lámina de agua de Montecarmelo

Aunque el tópico dicta que los que vivimos en Madrid lo hacemos entre asfalto y ruido, lo cierto es que en el extrarradio tenemos una vida bastante menos gris de lo que parece. Obviamente si queremos ir a un espacio natural de primer nivel tenemos que coger el coche, pero para una tarde de estirar las piernas tenemos alternativas que no están nada mal.

Si se entra en Google Maps y se busca Montecarmelo, se ve que justo encima del barrio, al otro lado de la M-40, hay una pequeña franja verde. Es la vegetación que deja el Arroyo del Monte, una pequeña formación de agua que forma parte del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Realmente el arroyo es intermitente, y solo tiene agua desde finales del otoño hasta principios de la primavera. Sin embargo, su vegetación palustre es permanente y caminando a su vera se puede hacer una rutita bastante mona para ir con el perro, en familia o simplemente para despejar un poco la mente.

Cómo es la ruta

Para empezar esta ruta, hay que ir al Parque de Santiago de Compostela. En él encontraréis algunos elementos que rinden homenaje a Galicia en general, como una cruz de piedra. Sin embargo, el más destacado está al cruzar el carril bici: se trata de un mojón que indica que por ahí pasa el Camino de Santiago madrileño (mucha gente no lo sabe, pero hay una variante del camino jacobeo que empieza en la capital de España).

Visto el mojón que marca los 665 kilómetros hacia Santiago, hay que girar a mano derecha y recorrer el Camino de la Cañada (una especie de pista de tierra que va paralela a un carril bici).

Como a 300 metros llegaréis a otro carril bici, que también hay que atravesar. Justo enfrente están las vías del tren y detrás de ellas la enorme carretera M-40. ¡Tranquilidad! Hay un túnel para pasar por debajo de ambas. El túnel, dicho sea de paso, es una galería de arte urbano en la que encontraréis graffitis muy logrados.

Nada más cruzar el túnel hay que ir a mano derecha, para recorrer el Camino Servicio del Canal de Isabel II. Es una pista de tierra que discurre en paralelo a la M40 y cuyo trazado tiene algunas curvitas. En esta zona encontraréis las únicas cuestas del recorrido.

En el primer cruce que veáis hay que girar a la izquierda. Cruzaréis el arroyo, pero en este momento hay que seguir de frente ya que no hay camino a la vera del arroyo. En este punto iréis entre medias de una zona de huertas que a día de hoy (y al menos en los últimos dos años) no están sembradas. En cualquier caso, se ven las huellas de lo que fueron esos campos de cultivo.

En el primer cruce que veáis hay que girar a la izquierda. Realmente es ir a la izquierda y hacia atrás, es prácticamente un giro de 180º. Desde aquí se ve prácticamente entero el barrio de Montecarmelo, además de los rascacielos del norte de Madrid.

Bajando por este camino llegaréis de nuevo al río, esta vez para poder caminar a su lado (o al lado de sus huellas, en caso de que sea una época sin agua). Cuando lleguéis a la zona en cuestión, hay que girar a la derecha antes de cruzar el río. Es decir, recorrer la margen por la que veníais.

El camino junto al arroyo es muy agradable: hay sombra, está lleno de moras que se pueden recolectar en la época del año adecuada, cuando hay agua hay pequeñas playas en las que vuestro perro se podrá mojar las patas… Es sin duda la mejor parte del recorrido, sobre todo por ser la más diferente.

A lo largo del recorrido veréis algunos elementos singulares, como una casa en la colina que os recordará (salvando enormes distancias) con las típicas villas de la Toscana. Justo después hay una hípica, así que no sería raro que haciendo la ruta os cruzáseis con personas montando a caballo.

Pasada la hípica hay un camino a la izquierda que hay que tomar. No sigáis hacia adelante, pues llegaréis al aparcamiento del restaurante El Filandón y por ahí no se puede continuar.

El resto de la ruta consiste en volver también bordeando el arroyo, aunque ahora por la otra orilla. Mismas sensaciones que antes: arbolitos, sombra, algún que otro pajarillo… Súper guay, la verdad. Insistimos en que no se trata de un espacio natural que vaya a ser Patrimonio de la Humanidad, pero siempre es agradable poder darse un paseo por el campito.

Siguiendo el río y mirando a mano derecha veréis dos o tres túneles por los que volver a Montecarmelo. Nosotros os recomendamos volver por el mismo por el que vinisteis, pero realmente cualquiera os serviría para dar por finiquitado este pequeño recorrido «urbano-rural».

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

  • Punto de inicio: la ruta empieza en el Parque de Santiago de Compostela (calle de Monasterio de Oseira). Es un recorrido circular que realmente podría empezar desde cualquier punto del barrio, incluyendo la parada de Metro de Montecarmelo.
  • Distancia / desnivel: son unos 7 kilómetros y medio. El desnivel es muy escaso (100 metros en todo el recorrido), pero está súper concentrado en una cuesta al principio.
  • Dificultad: cero dificultad, es una ruta facilísima. Eso si, no es para cualquier época del año: evitad hacerla en verano porque os moriréis del calor en muchos tramos.
  • Duración: dos horitas paseando por las afueras de las afueras de Madrid 🙂

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