Ruta de senderismo a las Apreturas del Almonte desde Cabañas del Castillo

Las Apreturas del Almonte son uno de los espacios más representativos del Guía del Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Se trata de un desfiladero fluvial espectacular, con un paisaje más propio de la Tierra Media de El Señor de los Anillos que de Extremadura. Aunque la visita puede hacerse de manera breve (aparcando en un pequeño apeadero de la carretera CC-22.3), nosotros preferimos hacer una ruta de senderismo desde el pueblo de Cabañas del Castillo. Aquí os contamos cómo fue nuestra experiencia.

Lo importante es el camino, no el destino

¿Por qué hicimos una ruta de dos horas y media pudiendo ir directamente a ver las Apreturas? Básicamente, porque el sendero transcurre por un bosque precioso y que merece la pena al mismo nivel que el propio desfiladero.

Lo primero que tenemos que decir es que la ruta la arrancamos en Cabañas del Castillo, uno de los pueblos que más nos gustaron del geoparque. Os recomendamos su visita sin lugar a dudas, tanto por lo bonito que es como por las vistas que se obtienen desde sus calles.

De hecho, la ubicación del pueblo (en lo alto de una montañita) marca inequívocamente la ruta que os traemos, ya que hay que descender hasta el lecho del río y luego volver a subir hasta el casco urbano de Cabañas del Castillo.

El sendero sale desde la última casa del pueblo, que además es el Bar Ceres (cuyos arroces son lo más). Preparaos para un ratito largo yendo cuesta abajo, haciendo zig zag por el monte. La ruta no está señalizada, pero el trazado se hace evidente.

Esta parte de la senda puede ser incómoda, pero os aseguramos que es muy bonita. Si os gusta recolectar setas es un lugar a considerar, ya que vimos varios níscalos (y a gente recogiéndolos, obviamente).

Cuando se llega al nivel del agua, hay que cruzar dos puentes. El primero es el Puente de la Garganta de Santa Lucía, que tiene dos ojos no simétricos y que dejará unas fotos estupendas en vuestra cámara. Solo por esta visita ya merece la pena descender el monte.

A partir de ahí hay que caminar en paralelo al río, con el agua a mano izquierda, hasta llegar al Puente del Río Almonte. Este es aun más bonito que el anterior, una vez más nos hizo pensar que habíamos acertado haciendo esta ruta.

Según crucéis el puente hay que ir a mano izquierda, una vez más en paralelo al río. En un momento dado tendréis que volver a cruzar el agua, aunque esta vez sobre un paso mucho menos estable: un antiguo quitamiedos o guardarraíles de carretera que se ha convertido en improvisado puente.

Así es como, tras pasar junto a unas casas, llegaréis al tramo más complicado de la ruta: empinado y con ligero riesgo de caída, pero peaje imprescindible para llegar al punto clave del asunto. Y es que a partir de ahí estaréis junto a la Portilla o Apreturas del Almonte, el destino final del recorrido.

Este desfiladero fluvial no es otra cosa que el río Almonte aprovechando una fractura en el terreno, dejando atrás las Villuercas para ir a desembocar hacia el río Tajo. Es un paisaje brutal, en el que el buzamiento (la inclinación que tienen los estratos) es prácticamente vertical. Una pasada.

Podéis avanzar y subir por diferentes rocas para hacer esa foto óptima, pero siempre con mucho cuidado. Es un terreno resbaladizo, que no está señalizado ni tiene barandillas (ni nada que se le parezca). Por tanto, es mejor ir con prudencia.

No os vamos a negar que, una vez allí, nos dio una pereza terrible pensar en que teníamos que desandar el camino y volver a subir hasta Cabañas del Castillo. Sin embargo, fue una ruta tan interesante que pensamos que justifica el hecho de pasar dos horas largas caminando, en contraposición con el aparcamiento cercano.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: la ruta empieza en Cabañas del Castillo, justo frente al Bar Ceres. Es un camino que no está señalizado, pero que resulta obvio (justo ahí acaba el pueblo).

📏 Distancia / desnivel: 6,5 kilómetros en total, con un desnivel positivo de 270 metros.

💪 Dificultad: la ruta tiene una dificultad intermedia. Primero hay que bajar por la ladera de una montaña, con mucho desnivel y terreno que puede propiciar tropezones. Después, hay que cruzar el río utilizando un improvisado puente y caminar entre rocas. Por último, hay que deshacer el camino andado. Ninguna de estas cosas es difícil, pero tampoco es la ruta más sencilla del mundo.

⏲️ Duración: tardamos dos horas y media. Si vais justos de tiempo, recordad que podéis dejar el coche en un apeadero cercano y ver las Apreturas del Almonte tras andar escasos 500 metros.