El Meandro del Melero, la increíble frontera entre Extremadura y Castilla y León

El Meandro del Melero es uno de esos espacios naturales que justifican por sí mismos un viaje. Se trata de un paraje único, en el cual el río Alagón se presenta al viajero con una belleza excepcional. En este artículo os contamos dónde está esta joya y cómo realizar la visita.

¿Qué es el Meandro del Melero?

Quizá habría que empezar diciendo qué es un meandro en general, ya que el del Melero es un representante de manual. La palabra se refiere a un punto en el que un río se vuelve sinuoso, describiendo curvas de manera casi artística.

En concreto, este meandro se forma en el río Alagón, justo en una zona en la que ejerce de límite territorial entre las provincias de Cáceres y Salamanca (Extremadura y Castilla y León, respectivamente). Los viajeros normalmente van allí desde dos destinos distintos:

  • Las Hurdes: una comarca histórica al norte de la provincia de Cáceres. Es un auténtico paraíso natural, en el que se pueden encontrar otros muchos meandros, una piscina natural de trescientos metros de largo y algunas de las cascadas más bonitas del país.
  • Parque Natural de Las Batuecas – Sierra de Francia: ubicado en el extremo sur de este reducto de naturaleza salmantina, sería un crimen irse de allí sin asomarse al Meandro del Melero. Eso sí, ya que estáis por la zona, es igual de imprescindible la visita a La Alberca, al Valle de Las Batuecas o al Santuario de la Peña Francia.

Aunque es un lugar que resulta impresionante en fotografías, lo cierto es que las imágenes no le hacen ninguna justicia. En vivo y en directo es aun más espectacular: posiblemente se trata de uno de los espacios naturales más imponentes en los que hemos estado nunca.

Cómo visitar el Meandro del Melero

La opción más típica (aunque no la única) consiste en ir al Mirador de la Antigua, el mirador más famoso hacia el Meandro. Es muy fácil llegar hasta él, ya que tan solo hay que ir hasta la pequeña localidad de Riomalo de Abajo y seguir las indicaciones.

Se puede llegar hasta allí de tres maneras:

  • Andando desde el pueblo: no tiene complicación, aunque id con cuidado ya que caminaréis por el arcén de una carretera estrecha y con poca visibilidad.
  • Yendo hasta un aparcamiento a mitad de camino: es la mejor opción en horas punta, ya que os quitaréis el tramo más estrecho y complicado. Merece la pena también en días de lluvia, ya que el firme de ahí en adelante es de lo más irregular.
  • Subir en coche hasta el propio mirador: allí hay un aparcamiento. Sin problemas entre semana e incluso findes que no sean de verano ni puentes.

Una vez allí, se baja por un caminito hasta un espectacular mirador, de esos en los que todas las fotos quedan bonitas. También se puede hacer senderismo por la zona, pensando en conocerla mejor y obtener una panorámica distinta a la habitual. Pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Cuándo hacer la visita al Meandro del Melero

Puede que en la mayor parte de las guías de viajes se recomiende la primavera, ya que es la época en la que el Meandro brilla con luz propia: el caudal del río es enorme, todo está verde y la estampa es increíble. Sí, sin duda es el mejor momento para ir, pero no el único.

De hecho, nosotros lo hemos visto fuera de esa época (en concreto a mitad del invierno, cuando apenas llevaba agua) y aun así nos pareció un sitio increíble. No es una foto tan típica, pero igualmente merece la pena.

Vamos, que podéis ir en cualquier época del año y encontraréis uno de los paisajes más bonitos de Extremadura y de Castilla y León.

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