Ruta al Ojo de Aitzulo: el camino más rápido desde Araotz

El Ojo de Aitzulo es uno de los espacios naturales más impactantes de Euskadi. Imaginad una mezcla entre la bóveda de una catedral y una pupila gigante, esculpida en piedra en medio de unas montañas preciosas. Eso es justo lo que fuimos a buscar, haciendo la ruta de senderismo más corta hacia ese accidente geográfico. En este artículo os contamos cómo fue y qué podéis esperar de este espectacular recorrido.

En busca de la perfección hecha en piedra

Lo primero que tenemos que decir es que esta ruta forma parte de un recorrido mayor, el PR-GI 3003. Ese es un itinerario circular de 8 kilómetros, pero nosotros llegamos ya por la tarde y no teníamos mucho tiempo. Optamos entonces por hacer una opción mucho más corta: saliendo desde Araotz, hicimos un recorrido de ida y vuelta hasta el Ojo de Aitzulo. Eso dejó la ruta en un poquito menos de 5 kilómetros, los cuales completamos en dos horas y media. ¡Pero no nos adelantemos!

Nuestro punto de partida es un pequeño barrio perteneciente a Oñati, una ciudad que bien haríais en visitar. Una vez llegamos hasta él (tras superar una carretera empinada y con muchas curvas), dejamos el coche en el único aparcamiento que hay. A modo de referencia, está al lado de Araozko Ostatua, un alojamiento rural y restaurante que se encuentra junto a la iglesia. De hecho, allí comimos justo antes de hacer la ruta, algo que os recomendamos. Es un lugar auténtico y en el que dimos cuenta de unas croquetas y unas albóndigas que estaban estupendas.

Dicho esto, comenzamos la ruta. El sendero sale justo detrás de la iglesia: la señalización no es que sea la mejor del mundo, pero si prestáis atención encontraréis las marcas blancas y amarillas propias de un itinerario de Pequeño Recorrido.

El primer tramo básicamente consiste en bajar de Araotz: primero por unas escaleritas un poco resbaladizas y luego por una pista asfaltada. Tras él, llegó una segunda etapa, en la que básicamente atravesamos un pueblo yendo por la carretera. De primeras nos quedamos un poco fríos, ya que esperábamos una ruta de naturaleza y no ir al lado de coches.

Sin embargo, la cosa cambió en cuanto el camino se desvió a mano izquierda (ahí sí que se ven claramente las balizas blancas y amarillas). En ese punto se empieza a ganar altura, atravesando otro pequeño barrio con mucho encanto. En cuanto ascendáis un poco, disfrutaréis de unas tremendas vistas del valle y de las montañas. Con un poquito de suerte, también os cruzaréis con ovejas y caballos en libertad.

Precisamente, tras pasar por la típica puerta para que no se escapen los animales (no olvidéis cerrarla), en ese punto es cuando la ruta se puso bonita de verdad. Es cierto que el ascenso es constante y que en algunos tramos el terreno está embarrado, pero os aseguramos que merece la pena.

El tramo más resbaladizo está junto a un edificio tradicional, que hace las veces de txabola o refugio, pero también de ermita rural y de establo. Por suerte, desde ahí ya no os quedará mucho hasta llegar al punto álgido de la ruta.

Cuando tengáis ante vosotros el Ojo de Aitzulo, os daréis cuenta de que todo el esfuerzo os estará siendo devuelto con creces. Más o menos el camino desde Araotz hasta allí lleva una hora y diez minutos, pero como veis en las fotos es impresionante.

De hecho, aprovechamos para decir que las fotos no le hacen justicia. Obviamente es un sitio impresionante, tanto por sí mismo como por las vistas del valle que ofrece, pero la sensación de estar allí es indescriptible. Su tamaño, la fuerza del viento, las aves rapaces que anidan allí yendo de un lado para otro… ¡es brutal!

Os recomendamos llevar algo de picnic y echar allí un rato largo. Es uno de esos sitios de los que da pena irse, porque no es habitual estar delante de semejante belleza.

La bajada la hicimos básicamente por el mismo camino. Como ya hemos dicho, es una ruta circular y se podía haber continuado hacia delante, pero nosotros en esta ocasión buscábamos el camino más corto. Así, la vuelta fue un constante descenso, disfrutando de las buenas vistas del valle, y un último tramo de subida hasta Araotz. Allí llegamos unas dos horas y media después, con la sensación de haber visitado algo realmente único.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: comenzamos la ruta en Araotz, un barrio de Oñati. Aparcamos junto al alojamiento rural Araozko Ostatua, que está a su vez al ladito de la iglesia. Desde ahí sale el recorrido, por un caminito al lado del templo.

📏 Distancia / desnivel: entre ir y volver fueron escasos 5 kilómetros, con un desnivel acumulado de 400 metros.

💪 Dificultad: la ruta se nos hizo un poco dura. Es cierto que acabábamos de comernos unas croquetas y unas albóndigas, algo que no ayudó, pero el desnivel está muy concentrado en algunos puntos y eso hizo que el camino se nos hiciese pesado. Por lo demás, no tiene grandes dificultades, aunque probablemente sea mejor evitar la ruta en días de lluvia (porque las piedras se vuelven muy resbaladizas).

⏲️ Duración: estuvimos casi dos horas y media entre ir y volver. Eso sí, nos pasamos un rato larguísimo en la zona del Ojo de Aitzulo, flipando con semejante lugar. Si solo subís y bajáis, probablemente se pueda hacer la ruta en la mitad de tiempo.

Powered by Wikiloc

¿Qué te ha parecido?
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *