Qué ver y qué hacer en el Chinatown de Los Ángeles

Se dice que no hay gran ciudad en Estados Unidos que no tenga su propia Chinatown. Como no podía ser de otro modo, en Los Ángeles también cuentan con un barrio chino, siendo una de las zonas más interesantes de la ciudad. En este artículo os vamos a contar su sorprendente historia, qué podéis ver en ella y qué sensaciones tuvimos recorriéndola.

Un nuevo Chinatown para Los Ángeles

El Chinatown original de Los Ángeles surgió a finales del siglo XIX en la zona en la que hoy en día está Union Station. De hecho, el barrio se demolió por completo para hacer hueco a la estación de tren más grande de la costa oeste de Estados Unidos.

Para aquel entonces ya vivían en la ciudad miles de personas de origen chino, que tuvieron que trasladarse forzosamente a una segunda Chinatown. Fue así, en 1938, cuando se creó este barrio que actualmente limita al norte con Stadium Way, al oeste con el vecindario de Echo Park, al este con el Los Ángeles State Historic Park y al sur con El Pueblo de Los Ángeles.

Los límites son, en cualquier caso, un poquito difusos. A modo de referencia, el Chinese American Museum, que por pura lógica habría que situar en Chinatown, se encuentra más allá de Olvera St.

En Chinatown encontraréis arquitectura de inspiración china, la cual tiene reflejo en casas, templos, comercios y parques. Por supuesto, no faltan los restaurantes asiáticos, las tiendas con un montón de productos de importación y también galerías de arte. Con un par de horas tendréis tiempo más que suficiente para exprimir un barrio cuya visita es imprescindible en LA.

Turismo en Chinatown

Central Plaza

La visita a Chinatown ha de empezar, necesariamente, en su Central Plaza. Es el auténtico epicentro del barrio, tanto a nivel patrimonial como cultural. Y es que allí encontraréis muchos de sus edificios más emblemáticos, pero también es donde se reúne la comunidad china para hacer vida social, compras o celebrar eventos.

Os recomendamos visitar no solo todos los rincones de la plaza, sino también explorar las calles adyacentes. Sentiréis que estáis dando un paseo por China y no por Los Ángeles.

Chung King Road

La principal arteria del barrio chino es la Chung King Road. En origen estaba repleta de restaurantes y tiendas, pero en las últimas décadas ha reorientado su actividad y hoy en día está fundamentalmente protagonizada por galerías de arte.

Estatua de Bruce Lee

Uno de los puntos de interés más fotografiados del Chinatown de Los Ángeles es la Estatua de Bruce Lee. Fue tallada en China y transportada a Los Ángeles en el año 2013. En ella se puede ver al legendario actor con un nunchaku en la mano, en una posición que todo el mundo intenta imitar. Eso sí, lamentablemente el típico vandalismo friki de los viajeros más irrespetuosos ha hecho que el monumento tenga que estar vallado.

Por cierto, un dato interesante: Bruce Lee nació en el Chinatown de San Francisco, aunque tuvo una escuela de artes marciales en su homólogo de Los Ángeles.

Iglesia Metodista China

Como no podía ser de otro modo, en el Chinatown de Los Ángeles hay varios espacios reservados para la fe. El primero con el que nos topamos fue con la Iglesia Metodista China, que parece ser el templo que utilizan los que viven en el barrio.

Templo Thien Hau

Sin embargo, claramente el que se lleva todos los focos es el Templo Thien Hau. El edificio era originalmente una iglesia italiana, pero en los años 80 del siglo XX fue reformado y orientado a la cultura china. Es una visita imprescindible en el barrio.

Calle Broadway

¿Recordáis cuando os decíamos que las tiendas y los restaurantes han dejado de lado en su mayoría a la Chung King Road? Eso es porque se han trasladado a la Calle Broadway, que en su tramo que atraviesa Chinatown está repleta de comercios y espacios gastronómicos.

Far East Plaza

Precisamente, en ella misma encontraréis el Far East Plaza, una especie de centro comercial en la que casi todos los establecimientos tienen algo que ver con China. Tenemos que reconocer que nosotros entramos allí para tomarnos un helado, pero es que hacía muchísimo calor y en el barrio chino no abundan las sombras. Sea como fuere, se trató de una manera dulce y fresquita para poner el broche de oro a la visita a Chinatown.

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