Mestizaje es lo que puede palparse en El Pueblo de Los Ángeles, el Monumento Histórico o Distrito Histórico en el cual se asientan las calles más antiguas de la ciudad de Los Ángeles. Es un lugar en el que se habla español, se comen los mejores tacos y la música latina nunca deja de sonar. Acompañadnos en esta visita a una zona tan interesante como desconocida de LA.
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El lugar en el que comenzó todo en Los Ángeles
El Pueblo resiste a duras penas en una zona periférica del Downtown, siendo empujada con fuerza desde el norte por Chinatown y desde el sur por Little Tokyo. Aun así, pese a sus pujantes vecinos, a día de hoy la cultura latina sigue teniendo un lugar de reunión y celebración en Los Ángeles.
El origen y epicentro del barrio es una plaza que estaba en el corazón del destacamento que crearon los españoles en el año 1781, siendo el origen de la colonización europea de LA. Hablamos de una zona de poco más de 17 hectáreas que estuvo bajo dominio español hasta 1821 y hasta 1847 controlada por los mexicanos. A partir de ahí ya se integró definitivamente en la soberanía estadounidense.
El Pueblo de Los Ángeles no suele estar en las primeras posiciones de sitios recomendados para ver en Los Ángeles. De hecho, nosotros llegamos allí de casualidad, sin saber prácticamente que existía. Sin embargo, lo que encontramos nos pareció tan fascinante que no hemos podido evitar hacer este artículo.
Contad con un mínimo de una o dos horas para recorrer las principales localizaciones de El Pueblo. Con ese tiempo tendréis más que suficiente para visitar sus edificios más destacados y disfrutar de su cultura, ya sea comiendo algo o simplemente escuchando a los músicos callejeros que suelen darse cita allí.
Turismo en El Pueblo de Los Ángeles
Olvera Street
El punto más conocido de El Pueblo de Los Ángeles es Olvera Street, una calle que tiene el honor de ser la más antigua de todo Los Ángeles. Está repleta de puestos regentados mayormente por mexicanos, donde venden muchas cosas relacionadas con su cultura (como las típicas calaveras de colores). Por supuesto, también hay varios puestos de comida e incluso restaurantes con más empaque, en los cuales podréis comeros unos buenos tacos a cualquier hora del día.
Es una referencia que quizá solo conozcan los madrileños, pero la Olvera Street tiene ciertas vibes de los «hippies de Goya». Entendáis el significado de esta frase o no, lo cierto es que es un sitio muy interesante y que está a la sombra, algo que agradeceréis en días soleados.
La Plaza, el epicentro de El Pueblo
Aunque Olvera Street sea lo más conocido desde el punto de vista turístico, para la población latina de Los Ángeles sin duda el espacio más destacado es La Plaza. Lo que antaño era el centro comercial y social de españoles y mexicanos hoy ha tornado en un agradable parque, en el cual siempre veréis a gente de un lado para otro. Músicos callejeros, gente vendiendo cosas y turistas haciendo fotos se dan cita allí, creando una estampa tan colorida como interesante.
Iglesia de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles
En un extremo de la plaza está la Iglesia de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles, un templo construido en 1861 (que reemplazaba a otro medio siglo más antiguo). Tiene la categoría de Monumento Histórico del Estado de California.
Pico House
Otro edificio súper reconocible en el barrio es Pico House, un edificio construido por Pío Pico en la segunda mitad del siglo XIX. Aparte de ser un exitoso empresario, también fue el último gobernador mexicano de Alta California. Sea como fuere, construyó en uno de los laterales de La Plaza un enorme hotel de inspiración italiana, el cual llegó a tener casi 80 habitaciones.
Es una construcción súper reconocible para los estadounidenses, ya que es una de las localizaciones principales de The Mentalist (la serie de CBS) y también protagonizó un capítulo del Ghost Adventures del Travel Channel.
Old Plaza Firehouse
Y no podéis iros de El Pueblo de Los Ángeles sin antes visitar la Old Plaza Firehouse, una antigua estación de bomberos construida en 1884. Solo prestó servicio durante 13 años, pasando desde entonces por un sinfín de usos: estanco, billar, farmacia, mercado chino y uno de los hoteles más sórdidos de todo Los Ángeles. En el año 1950 fue adquirido por la ciudad y puesto en valor, abriendo al público una década más tarde como museo del cuerpo de bomberos. La visita es gratuita y realmente es muy interesante, os la recomendamos muchísimo.