Qué ver en Liri, el pueblo de las doce cascadas

No hay ruta por el Pirineo de Aragón que no tenga desvíos inesperados, de los cuales no habías oído hablar pero que acaban siendo de lo mejorcito del viaje. Liri es un ejemplo maravilloso de esto, pues simplemente se cruzó en nuestro camino y acabó dejándonos algunos de los mejores recuerdos de todo ese road trip por las montañas. Al fin y al cabo, no siempre aparecen de la nada un pueblecito lleno de encanto y una docena de increíbles cascadas.

Arte románico entre montañas y cascadas

Lire (o Llire, tal y como se le llama en el dialecto local patués) es un pequeño pueblo a 1325 metros de altitud. Su casco urbano está en las faldas del Gallinero, un pequeño monte con unos paisajes increíbles.

Aunque en su momento fue una localidad próspera, el siglo XX se las hizo pasar canutas. La despoblación se cebó especialmente con Liri, pues al fin y al cabo era un municipio dedicado a la montaña, a la agricultura de pura subsistencia y al ganado trashumante. Sin embargo, con el cambio de siglo ha sabido encontrar su lugar y hoy en día es toda una potencia en lo que se refiere a turismo activo y deportes de aventura.

La visita a Liri tiene dos caras diferentes, aunque complementarias entre sí. Por un lado hay que ver el propio pueblo, pero, por otro, no os podéis ir de allí sin conocer también su famosa sucesión de 12 increíbles cascadas.

Turismo en Liri

Iglesia de San Martín de Liri

El edificio más destacado es la Iglesia de San Martín de Liri, un templo construido originalmente en estilo románico. Su aspecto actual está debido fundamentalmente a una reforma ocurrida entre los siglos XVI y XVII.

La silueta de esta bonita iglesia parroquial es espectacular, ya que se alza sobre un montículo rocoso y tiene más aspecto de fortaleza que de templo.

En Liri encontraréis unas treinta casas que, tanto individualmente como en conjunto, son una muestra sensacional de la arquitectura popular pirenaica. No os podéis perder algunos edificios concretos, como la Casa Caseta, aunque en cualquier caso lo bonito es que se haya conservado toda la estructura urbana en tan buen estado pese a lo dura que fue la despoblación aquí.

Casa «La Plana»

En las afueras os espera la Casa La Plana, uno de los grandes representantes del esplendor medieval de Liri. Está a los pies de la carretera que atraviesa el pueblo, así que es imposible que no os crucéis antes o después con este bonito caserón. Su principal seña de identidad es un torreón, el cual viene a constatar el poder de la familia que auspició su construcción.

Ermita de la Virgen de Puy

También en las afueras, aunque alejada del casco urbano, está la Ermita de la Virgen del Puy, un pequeño templo construido entre los siglos XVI y XVII.

12 Cascadas de Liri

Por último, es imprescindible que vayáis hasta la zona de las 12 Cascadas de Liri. El aparcamiento está a 5 minutos en coche desde el centro, que a su vez os sitúa a un par de minutos andando de la segunda cascada del conjunto.

Si queréis ver las 12 hay que hacer un poquito de barranquismo, pero como ya hemos dicho la zona está repleta de empresas que ofrecen este tipo de rutas. Hacerla supone apoyar a la economía local, además de ser la última manera de ver todas las cascadas.

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