Bajo el sugerente nombre de Liepaja se esconde una de las ciudades más vibrantes de Letonia. Hablamos de la tercera ciudad del país, cuyo puerto es el segundo más grande de todo el Mar Báltico (solo superado por el de Kaliningrado, en territorio ruso). Sin embargo, no esperéis una urbe llena de enormes edificios y sucias fábricas, pues nada más lejos de la realidad: Liepaja es un lugar acogedor, con una increíble actividad cultural y en la que ser feliz se antoja realmente fácil para el viajero. Seguid leyendo y os enseñaremos todo lo que ver y hacer en Liepaja.
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Música, ámbar y tilos a orillas del Báltico
La historia de Liepaja es casi tan fascinante como la propia ciudad. Fundada por un pescador curonio en 1253, cuya tribu no ha llegado hasta nuestros días, su excelente ubicación ha hecho que polacos, letones y rusos se hayan disputado su control durante generaciones.
La importancia de su puerto se acredita en diferentes momentos históricos, como cuando en el siglo XIX era el principal punto de salida de inmigrantes rusos hacia Estados Unidos. Misma cosa en el siglo XX, cuando la URSS tuvo planes para crear un puerto militar secreto anexo al que ya existía. Entre ambos hitos, los terribles estragos de la II Guerra Mundial, que dejaron hasta 7000 judíos muertos en una matanza ocurrida en 1941.
Hoy en día, Liepaja se abre al mundo como punta de lanza del progreso en Letonia. Su moderno aeropuerto, su pujante economía o su interesante propuesta turística son la mejor prueba de ello.
De hecho, más allá de datos históricos, lo que nos fascinó de Liepaja es su presente. Se trata de una ciudad llena de vida, en la que todos sus edificios presentan un perfecto estado de revista y en la que se respira alegría en las calles. No sabemos si será por esa estrecha vinculación con la música, pero lo cierto es que se vive un ambiente más propio de latitudes mucho más meridionales. Solo el ámbar nos recuerda una y otra vez que estamos frente a las orillas del Mar Báltico.
Visitar Liepaja no podría ser más fácil. Utilizando la música como hilo conductor, se ha creado la ruta “Liepaja – Follow the notes!”, un itinerario que recorre los principales elementos arquitectónicos, históricos y culturales del centro de la ciudad. Seguir este recorrido es la mar de sencillo, ya que está señalizado en todo momento con notas musicales de metal incrustadas en el suelo. Flanqueándolos, los omnipresentes tilos dispuestos por las diferentes avenidas de Liepaja.
El paseo se puede hacer en dos modalidades: una de 3,5 kilómetros, que recorre la zona más céntrica; y otra con 2,6 kilómetros adicionales, en la cual se amplia hacia el Seaside Park (Jurmalas Parks). Las diferentes paradas de la ruta están marcadas con notas musicales (do, re, mi…) y también con instrumentos (violín, trompeta, saxofón…).
Turismo en Liepaja
Plaza de las Rosas
El punto de partida de la ruta, señalizado con una clave de sol, es la Plaza de las Rosas (Rose Square / Rozu Laukums). El lugar lleva siendo el epicentro de Liepaja desde que el mundo es mundo. Ya en el siglo XVII se estableció aquí el mercado, fijando una actividad comercial que, aunque modernizada, perdura hasta nuestros días. El nombre actual de la plaza se debe a una reforma de comienzos del siglo XX, cuando se plantaron un montón de rosas en la misma.
Sobre esta plaza hay mucho que decir, aunque por ser breves lo vamos a concretar en tres pinceladas. La primera es la más obvia: allí está la Oficina de Turismo, de donde os recomendamos obtener el folleto con toda la información sobre la ruta a realizar.
La segunda es que justo en la plaza hay un mercado de artesanía. No es el típico sitio en el que se venden pulseritas cutres, sino todo lo contrario: artistas de la ciudad venden sus creaciones y hablan de ellas con todo su amor. Nosotros nos llevamos a un zorrito de peluche que habréis visto mil veces en las fotos de nuestra furgoneta que subimos a instagram, ya que desde entonces nos acompaña en todos los viajes.
En tercer y último lugar, saliendo de la Oficina de Turismo, yendo a mano izquierda, encontraréis la Calle Zivju (Zivju Iela). Allí se encuentra el Walk of Fame de músicos de Letonia, con referencias a la flor y nata de los artistas de pop-rock del país. Nosotros no conocíamos a ninguno, pero la gente local parecía entusiasmada.
Hotel de Madame Hoyer
La primera parada de la ruta, correspondiente a la nota do, es en el Hotel de Madame Hoyer. Aunque el edificio es por sí mismo una pasada, ya que se trata de una de las casas residenciales más antiguas de Liepaja, lo cierto es que solo es una excusa para hablar de la excelente arquitectura popular de la ciudad. Aquí y allá encontraréis casas de madera, construcciones de piedra del siglo XIX e incluso ejemplos de arquitectura fachwerk (típica con vigas de madera entrelazadas en la fachada).
Atravesad la cercana Calle Palmu (Palmu Iela), donde encontraréis notables ejemplos de lo que estábamos diciendo en el párrafo anterior.
Iglesia de Santa Ana
En seguida aparecerá frente a vosotros la Iglesia de Santa Ana, un templo luterano que tiene el honor de ser el edificio más alto del centro de la ciudad. Su enorme torre llega ni más ni menos que a los 60 metros de altura, todo un logro para un edificio que fue consagrado a finales del siglo XVI.
Mercado de San Pedro / Mercado Central
A pocos pasos de allí, ya en la parada de la nota re, se encuentra el Mercado de San Pedro o Mercado Central (Peter’s Market). Se trata de un enorme mercado (el segundo más grande de Letonia) dividido en dos zonas claramente diferenciadas. Por un lado está el espacio indoor, ubicado en un edificio construido en 1910 siguiendo los diseños del arquitecto Ludwig Melville.
Por otro lado, en la zona outdoor podréis encontrar productos típicos, ropa y artesanía al mejor precio. Nosotros aprovechamos para comprar un poco de fruta e ir picoteando el resto de la ruta.
Catedral de San José
La siguiente parada (nota mi) fue en la Catedral de San José, cuyas impresionantes dimensiones son fruto de la unión de dos iglesias distintas. Se trata del templo católico más grande de la región de Kurzeme, en cuya decoración interior no han reparado en gastos. Haced lo posible por conocerlo, ya que es uno de los más bonitos que hayamos visto nunca.
Edificios de Art-Nouveau
La parada relativa a la nota fa pone en valor los muchísimos edificios de Art-Nouveau que hay en Liepaja. De hecho, pese a que durante la II Guerra Mundial las pérdidas fueron desastrosas, a día de hoy es una de las ciudades europeas con más ejemplos de este movimiento artístico.
Nos llamó muchísimo la atención ver Art-Nouveau “de verdad”. Normalmente hay dos o tres edificios así en una misma ciudad, por lo que los cuidan al máximo y siempre parecen de estreno. En este caso, vimos decenas de casas: unas en perfecto estado, otras tirando a la ruina, muchas en un punto intermedio. Nos encantó ver la vida que tenían los edificios y cómo se han integrado en el día adía de la gente.
State Gymnasium
Llegamos a la parada correspondiente a la nota sol, que sigue explorando el Art-Nouveau en la ciudad de Liepaja. En este caso, nos sitúa frente al Gymnasium Estatal de Liepaja, un edificio construido en 1912 por el arquitecto Ludwig Melville (el mismo que se encargó del Mercado Central). Se trataba de una de las instituciones educativas más punteras de Letonia.
Justo al ladito está antigua la sede de la Steamship Company Russian-East, uno de los proyectos responsables de que Liepaja fuese el principal punto de unión entre esta parte de Europa y los Estados Unidos. De hecho, en sus momentos de mayor rendimiento, hasta 40.000 personas salían de aquí cada año.
Por cierto, no os perdáis la estatua del marinero que hay enfrente de ambos edificios.
Julianna Courtyard
De camino al puerto paramos en un lugar súper chulo, el Patio de Julianna (Julianna Courtyard). En esta zona industrial, antaño degradada, los vecinos del barrio han creado un pequeño espacio para el encuentro y la realización de actividades culturales. Nos morimos de envidia al ver que iniciativas populares como esta son aplaudidas por las instituciones locales, ya que estamos acostumbrados a lo contrario.
Trade Canal
Detrás del Julianna Courtyardtrade está el Canal de Comercio (Trade Canal), una lámina de agua construida en 1703 para comunicar el Lago Liepaja con el Mar Báltico. Fue el punto de partida para el puerto de la ciudad, ya que gracias a este canal se ha podido establecer un flujo regular de barcos pesqueros e incluso yates.
Sala de Conciertos «Gran Ámbar»
Y de una construcción con más de tres siglos de antigüedad a una de las más modernas, correspondiente con la nota la. A pocos pasos del canal está la Sala de Conciertos «Gran Ámbar» (Concert Hall «Great Amber»), uno de los grandes símbolos de la excitante vida cultural de Liepaja. Se trata de un moderno auditorio construido por el prestigioso arquitecto Volker Giencke e inaugurado en 2015, inspirado en el ámbar, uno de los elementos más característicos del Báltico. Tiene la particularidad de ser uno de los pocos edificios a nivel mundial que no tienen ángulos rectos.
Catedral de la Santa Trinidad
A pocos pasos de allí está la nota si, la última parada de la ruta. Es la referente a la Catedral de la Santa Trinidad, un templo consagrado en 1758. Cuenta con el honor de tener el órgano mecánico más largo del mundo, con más de 7000 tubos que requieren hasta cuatro teclados manuales para ser operados. Podéis subir a lo alto de su torre, previo pago de 3€.
Plaza Janis Cakste
Si todavía os quedan fuerzas después de haber hecho la ruta de las notas musicales, podéis ampliarla con el tramo en el que las paradas tienen instrumentos como símbolos.
Hacer esto os llevará a recorrer otras zonas destacadas de Liepaja, como la Plaza Janis Cakste. En ella se encuentra una de las banderas de Letonia más grandes del país. Como curiosidad, ha sido establecida en el punto más alto de la ciudad… a escasos 11 metros sobre el nivel del mar.
Jurmalas Parks / Seaside Park
Podréis también ir al Jurmalas Park / Seaside Park, uno de los parques más grandes del país. Es una pasada desde el punto de vista biológico, pues podréis conocer a tope la flora de la región gracias a sus más de 170 especies autóctonas de árboles.
Fuente del Cisne
No puede faltar la visita a la Fuente del Cisne (Swan Pond), construida en 1902 a exactamente 100 metros de distancia del mar. En sus alrededores se encuentran algunas de las mansiones más lujosas de Liepaja.
Avenida Kurmajas
Y, hablando de mansiones, en la Avenida Kurmajas también veréis edificios de clase alta. Aunque nos gustaron más las casitas de madera y los edificios de Art Noueveau, esta zona de Liepaja también merece la pena. Es un buen punto y final al recorrido por una de las ciudades más bonitas de Letonia.