Es imposible hablar de los cementerios de Edimburgo y no hacer una referencia a Old Calton, el cementerio ubicado en la mítica colina de Calton Hill. Un lugar al que se puede acceder tras caminar apenas cinco minutos desde Princes Street y en el que encontraréis esculturas, historias y leyendas de una variedad y cantidad inimaginables.
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Érase una vez un cementerio sin iglesia
Tradicionalmente, los cementerios surgen al amparo de una iglesia. Al fin y al cabo, en algún sitio hay que rezar por los muertos. Sin embargo, ese no es el caso del Cementerio de Old Calton, que surgió auspiciado por la Incorporated Trades of Calton, una asociación de artesanos que era muy poderosa a comienzos del siglo XVIII.
De hecho, por doquier veréis tumbas con elementos que hacen referencia a la profesión de la persona que está allí enterrada. Artesanos y masones solían ir de la mano, por lo que también encontraréis un montón de símbolos masónicos.
El cementerio se puso en marcha en 1718 y actualmente es uno de los más turísticos de Edimburgo: por su arquitectura, por sus esculturas, por sus leyendas y por los personajes destacados que descansan entre sus tumbas.
La verdad, la lista de cosas para ver y hacer en este cementerio es infinita. Nosotros vamos a partir de la base de que tenéis un tiempo limitado en la ciudad, por lo que iremos a los básicos. Sin embargo, os recomendamos ampliar información si vivís en Edimburgo o simplemente os flipan los cementerios, porque este es un sitio que da mucho de sí.
Ladrones de cadáveres y muertos que tocan una campana
El Cementerio de Old Calton es absolutamente evocador. Las historias surgidas a su alrededor ofrecen lo mejor de la especie humana, pero también lo peor. Por ejemplo, durante el siglo XIX fue un cementerio asolado por el robo de cadáveres, por lo que todavía se pueden encontrar algunas tumbas metidas en jaulas.
En ese mismo siglo hubo que mover parte del cementerio a raíz de la construcción de una carretera. Fue así como, de casualidad, se descubrió que muchos ataúdes tenían golpes y arañazos en su interior, porque en ocasiones enterraban a gente que estaba en coma o sufriendo catalepsia, que al despertar intentaba escapar. Para que eso no ocurriese, se instalaron campanitas atadas a los cadáveres, para que pudiesen avisar al exterior en caso de despertar. De ahí la expresión «salvado por la campana».
En Old Calton veréis mausoleos sin techo, tumbas abandonadas y vegetación que crece a sus anchas, así como un montón de enterramientos anónimos que parecen estar perdiendo la partida al paso del tiempo. Como no podía ser de otro modo, en algunas lápidas están surgiendo humedades que los más temerosos identifican como siniestras caras.
Arquitectura de la muerte high class
Sin embargo, también veréis un montón de mausoleos enormes, monumentos que son de lo mejorcito de Edimburgo y tumbas de personajes muy destacados. Es el caso del Mausoleo de David Hume, el típico filósofo que os atormentaba cuando estabais en el instituto. Pues sí, uno de los pensadores más importantes de occidente está enterrado en Old Calton.
No es el único lugar destacado. Por ejemplo, el Monumento a los Mártires Políticos, que conmemora el asesinato de cinco reformistas del siglo XVIII, es un obelisco de casi 30 metros de alto que no puede pasar desapercibido. Mismo interés tiene el Monumento a los Soldados Escoceses y Americanos, rematado por una estatua de Abraham Lincoln. Conmemora a los combatientes procedentes de Escocia que cayeron en la Guerra Civil de Estados Unidos.
Algunas tumbas brillan por encima del resto, como la de John Gray (con su enorme galeón de piedra) o el enorme Mausoleo de Robert Burns, una de las tumbas más grandes que hemos visto nunca.
Teniendo en cuenta todo lo dicho y la excelente ubicación del Cementerio de Old Calton, bien haríais en dejaros caer por allí y ver todo lo que este sitio tiene que ofreceros.