Apenas tres cuartos de hora por carretera separan Malmö de la Reserva Natural de Häckeberga, lo cual convierte a esta última en una estupenda excursión desde esta la preciosa ciudad del sur de Suecia. Allí encontraréis paisajes súper diversos, podréis seguir las huellas de antiguos molinos y también de viejos reyes. Os dará la bienvenida la célebre ranita de San Antonio, que campa a sus anchas por este bonito espacio natural.
Un paisaje ondulado y lleno de vida
La Reserva Natural de Häckeberga se encuentra en las faltas de la Horsten Romeleasen, una antigua montaña que hoy ofrece un paisaje ondulado, con un desnivel de apenas 100 metros. En este terreno se puede encontrar una gran biodiversidad, en la que viejos bosques de hayas conviven con pastos llenos de flores.
Häckeberga tiene tanto paisajes húmedos (hay un enorme lago justo en el medio) como secos, haciendo que en muy poquito terreno se encuentren todo tipo de especies vegetales y animales. La mejor manera de aproximarse a ellas es haciendo senderismo, a través de las diferentes rutas que ofrece esta zona protegida:
- Fäladsrundan: de 3 kilómetros y señalizada con color morado.
- Skogsrundan: de 4,5 kilómetros, su color es el verde.
- Risenrundan: 5 kilómetros, color amarillo.
Además, hay una ruta gigante que va por todo el parque. También existen senderos específicamente señalizados para ir en bicicleta.
Pese a ser una zona remota y chiquitita, la Reserva Natural de Häckeberga tiene mucho patrimonio. Se pueden visitar los restos de un molino, las huellas de las tropas de Carlos XI (siglo XVII) o un enorme castillo, el cual merece una mención aparte.
También es un sitio estupendo para hacer una barbacoa, ya que existen varios puntos señalizados en los que es posible encender un fuego. De hecho, nosotros lo hicimos a modo de despedida, ya que esta fue nuestra última parada en la ruta de una semana que hicimos por el centro de Suecia.
El Castillo de Häckeberga, un sorprendente boutique hotel
Y es que el Castillo de Häckeberga (Häckeberga slott en sueco) es una auténtica pasada. Aunque hay constancia de mansiones desde el siglo XIV, el edificio actual data de finales del siglo XIX. Fue construido en un marcado estilo renacentista francés, siguiendo los planos del célebre arquitecto Helgo Zettervall.
En la actualidad no es visitable, al menos desde el punto de vista turístico. Sin embargo, ha sido reconvertido en forma de lujoso boutique hotel, con un restaurante que llegó a tener una estrella Michelin y con salas de reuniones. Vamos, que si os queréis rascar el bolsillo podréis hasta dormir como reyes, pero ya os adelantamos que no será barato.
