La Iglesia de los Clérigos, el templo con la torre más emblemática de Oporto

La Iglesia de los Clérigos (Igreja dos Clérigos) es uno de los principales puntos de interés de Oporto. Se trata de un templo de estilo barroco que destaca fundamentalmente por su enorme torre, que cuenta con hasta 76 metros de altura. Os podéis imaginar que hacer el esfuerzo de subir hasta arriba os pondrá ante una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. En este artículo os contamos su historia y os mostramos cómo fue nuestra visita.

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Iglesia barroca, mirador universal

Hicieron falta más de 30 años para construir la Iglesia de los Clérigos, ya que se pusieron en marcha las obras en 1732 y no terminaron hasta 1763. La Hermandad de los Clérigos Pobres fue su principal impulsora, pero no os dejéis llevar por el nombre: se construyó un edificio lujoso y profundamente ornamentado, posiblemente uno de los más bonitos de estilo barroco de todo Portugal.

La obra, eso sí, fue evolucionando sobre la marcha. De hecho, en origen se planteó con dos pequeñas torres, pero en 1753 decidieron cambiar de planes y erigir una única torre. Fue así como surgió su elemento más reconocible: 76 metros de altura, 49 campanas en su gran carrillón y más de 200 escalones hasta llegar a la cima. Desde lo alto disfrutaréis de una panorámica inolvidable.

Desde que surgió el turismo moderno, la Iglesia de los Clérigos ha sido uno de los puntos más visitados de Oporto. Está explotada al extremo: visitas que van siguiendo un recorrido prefijado, conciertos, accesos nocturnos mediante visita previa… ¿Está un pelín masificada? Pudiera ser. ¿Merece la pena? ¡Sin duda alguna!

Cómo es la visita a la Iglesia y Torre de los Clérigos

La entrada a la Iglesia de los Clérigos se hace desde la Rua de São Filipe de Nery. Justo antes de llegar a la taquilla veréis la pequeña Capela de Nossa Senhora da Lapa, reservada únicamente al culto.

Tras rascaros el bolsillo (8€ por persona), lo primero será visitar el pequeño Museo. No es que sea el más interesante del mundo, pero en él se exponen diferentes piezas litúrgicas y una enorme colección de tallas de Cristo. Además, muestra varios paneles informativos sobre la historia del edificio y de la ciudad de Oporto en general.

A partir de ahí, iréis siguiendo un recorrido marcado con flechas en el suelo, el cual va pasando por diferentes lugares del edificio. Por ejemplo, bordea la Iglesia desde las alturas, pudiendo contemplar su única nave a vista de pájaro. Eso os pondrá también en disposición de poder rozar con la punta de los dedos su enorme órgano.

Aunque por fuera el templo es sencillo, por dentro está decorado al milímetro. Busca el equilibrio entre diferentes materiales nobles, como granito, mármol o tallas doradas. Por supuesto, cuenta con los elementos más reconocibles del estilo barroco, del cual es un magnífico representante.

El plato fuerte de la visita, sin lugar a dudas, es la subida a lo alto de la Torre. Un total de 225 peldaños que hay que subir por una escalera tirando a estrecha, en la que tendréis que arrimaros más de los deseable a la gente que esté haciendo el recorrido en dirección inversa a la vuestra (se sube y se baja por el mismo sitio).

En cualquier caso, todo esfuerzo está más que justificado. Desde lo alto disfrutaréis de la mejor panorámica de Oporto: un mirador 360º que os permitirá hacer unas fotografías increíbles. Quizá antes de la visita pesen los 8€ por persona y los dos centenares de escalones, pero una vez arriba os daréis cuenta de que valió la pena.

Abajo os espera una pequeña tienda y la salida. No olvidéis después volver a entrar a la iglesia, esta vez por el lado opuesto. Es gratuito y os permitirá contemplar el templo desde el suelo, en una perspectiva que también es abrumadora.