No hay un lugar tan emblemático y característico en Oporto como el barrio de la Ribeira. Se trata de una larga sucesión de casitas de colores, encaramadas al río Duero y junto a las cuales siempre hay algo que hacer. Restaurantes, artesanos y músicos callejeros se esfuerzan por ofrecer al viajero un escenario único, por el cual merece la pena transitar a cualquier hora del día.
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La postal de Oporto por excelencia
Cuando el centro histórico de Oporto fue declarado Patrimonio de la Humanidad, sin lugar a dudas el barrio de la Ribeira tuvo mucho que ver. Es la zona más emblemática, turística y pintoresca de la ciudad, de esas que son capaces de atraer a viajeros a un destino por sí mismas.
La Ribeira vendría a ser el paseo junto al río Duero que hay entre el Puente de Luis I y la Casa del Infante. Técnicamente se alarga mucho más, pero la zona turística sin lugar a dudas es esa.
¿Cuánto tiempo hace falta para recorrer la Ribeira? Realmente poco, ya que es un espacio de reducidas dimensiones. Sin embargo, hay quien se queda allí un día entero. No es complicado sentir fascinación por su maravillosa arquitectura, que se alargue una sobremesa en uno de sus restaurantes o necesitar recorrerla varias veces disfrutando de su ambiente bohemio.
Por cierto, una pequeña recomendación. Además de disfrutar la Ribeira a pie de calle, os recomendamos cruzar el puente e ir hasta Vilanova de Gaia. Desde la ciudad vecina es desde donde disfrutaréis de la mejor panorámica de este excepcional barrio.
Turismo en la Ribeira de Oporto: ¿Qué ver en el barrio?
Vamos a enseñaros ahora cómo es el recorrido típico por la Ribeira de Oporto. Nosotros veníamos de ver el Palacio de la Bolsa, por lo que encaramos el barrio por el punto más alejado al puente y poco a poco nos fuimos acercando a él.
Casa del Infante y Museo de la Ciudad
Así, empezamos por la zona más cultureta de la Ribeira. Y es que en la Casa del Infante (Casa do Infante), un precioso edificio del siglo XIV. En él se encuentra el Museo de la Ciudad (Museu da Cidade), una exposición imprescindible para entender la historia de Oporto, la cual hace especial hincapié en el pasado comercial de la ciudad.
El museo tiene continuidad en un almacén del siglo XVIII que está al ladito. En ese caso, ese espacio está centrado en la importancia de la industria vitivinícola en la desembocadura del Duero.
Cais da Estiva, el paseo junto al Duero
La gran protagonista de la Ribeira es Cais de Estiva, la calle que va en paralelo al agua y que sirve para recorrer el barrio de punta a punta. No exageramos si decimos que es uno de los sitios más bonitos y con mejor ambiente por los que hemos paseado nunca.
No dejéis de prestar atención a las estupendas fachadas de colores de las casitas que hay junto a Cais de Estiva. A veces destartaladas y otras impecables, pero en cualquier caso son construcciones llenas de romanticismo y en las que el sol se refleja con una belleza fuera de lo común.
Tanto en esta calle como en las adyacentes, la oferta gastronómica y comercial es excepcional. Por doquier veréis restaurantes en los que probar especialidades típicas portuguesas o tiendecitas en las que haceros con algo de artesanía. Además, esa misma propuesta se traslada a la zona más pegada al agua, en este caso con improvisados puestos que se ponen y se quitan cada día.
También hay una gran presencia de músicos y artistas callejeros. Si os gustan las sorpresas, sin duda es un lugar por el que deberíais pasear en diferentes momentos, ya que cambia mucho en función de la gente que esté actuando.
Postigo do Carvão
Entre las casitas veréis un pequeño hueco abovedado. Se trata del Postigo do Carvão, que tiene el honor de ser el único superviviente de los 18 accesos que tuvo la antigua muralla de la ciudad de Oporto.
Praça da Ribeira, el punto de encuentro
El auténtico epicentro del barrio es la Praça da Ribeira, un enorme espacio abierto que también está repleto de restaurantes y tiendas. Es una de las plazas más antiguas de Oporto, pues al parecer en el siglo XIV ya existía. Eso sí, no ha dejado de evolucionar: la mejor muestra es el Cubo da Ribeira, una obra de arte instalada sobre una antigua fuente.
Puente Don Luis I
El barrio acaba en el Puente Don Luis I (Ponte Dom Luis I), la enorme estructura de acero construida en el siglo XIX por Théophile Syrig, uno de los más estrechos colaboradores de Gustave Eiffel. Conviene que lo crucéis, ya que desde el otro lado disfrutaréis de una perspectiva maravillosa de la Ribeira.
¿Cómo llegar a la Ribeira?
Más allá de no tener pérdida, ya que está junto al río, lo cierto es que hay varias maneras de llegar hasta el barrio de la Ribeira. La primera es la más obvia: a patita. Simplemente ir descendiendo por la ciudad, hasta que lleguéis a orillas del Duero.
Eso sí, hay un gran desnivel entre esta parte de Oporto y la de más altura, la cual la podréis salvar de dos maneras: con el Funicular dos Guindais o con el Ascensor da Ribeira. En ambos casos, es la manera más habitual de ganar algo de altura y así quitarse algunas cuestas.