Guía para un día en Ljubljana: qué ver y dónde comer

Ljubljana es, sin lugar dudas, una de las ciudades más bonitas de Europa. Su pequeño casco histórico ofrece al viajero absolutamente de todo, pero hay algo que destaca por encima del resto: bienestar. Pasar un día en la capital de Eslovenia es sinónimo de pasar un día siendo feliz, pues es imposible no serlo entre edificios tan bonitos, tiendas llenas de encanto y un ambiente tan animado como relajante. En este post os vamos a contar cómo hacer una ruta de un día en Ljubljana, para que no os perdáis nada de nada.

Qué ver en Ljubljana en un día

El punto de partida para nosotros fue la Plaza Presernov, que está más o menos en el centro del casco histórico. En ella está la colorida Iglesia de la Anunciación de María, un templo franciscano de color rosado que merece la pena visitar por dentro (es gratis). Al otro lado de la plaza están los Tres Puentes o Puente Triple (Tromostovje en esloveno), uno de los puentes más famosos de toda Europa. Es una de las obras más famosas de Joze Plecnik, el arquitecto que renovó la ciudad en la primera mitad del siglo XX: sus tres pasarelas sirven para cruzar el río Ljubljanica y a su vez le han dado un auténtico icono a la ciudad.

Iglesia de la Anunciación de María
Puente Triple

Lo interesante de Ljubljana es que prácticamente en cada rincón encuentras una sorpresa, y la propia Plaza Presernov es muestra de ello: ¿sabíais que hay una rotonda en la que «llueve» todo el día? Se trata de una obra del artista local Zmago Modic, que se ha convertido en uno de los rincones más queridos de la ciudad para turistas y locales. Cruzarla en un día de verano es una experiencia tan agradable como refrescante.

Desde esta plaza lo que hay que hacer es bordear el río en ambas direcciones, y dejarse sorprender por todo lo que irá surgiendo ante nuestros ojos. Nosotros empezamos yendo hacia la Catedral de San Nicolás, pues vimos que justo detrás de ella estaba el Mercado de Ljubljana. Se trata de un mercadito súper mono en el que venden de todo: souvenirs, comida recién hecha en sus food trucks, verduras de la zona… Abre todos los días por la mañana y a primera hora de la tarde, y realmente merece la pena. En los soportales del mercado veréis también un montón de puestos en los que comprar souvenirs o un rico helado.

Al final de esta plaza está el famoso Puente de los Dragones, uno de los emblemas de la ciudad. En él hay cuatro impresionantes estatuas de dragones, que se basan en la leyenda del nacimiento de Ljubljana (según la cual el griego Jasón se enfrentó a un dragón que vivía justo ahí) y que hoy resulta el lugar más fotografiado de la ciudad.

Al llegar ahí se acaba el centro histórico, pero todavía queda mucho que ver. Volvimos sobre nuestros propios pasos, llegamos de nuevo a la Plaza de Preseren y seguimos caminando en la otra dirección.

A partir de aquí no encontramos edificios tan destacados (si acaso nos llamó la atención el bonito Puente de los Zapateros), pero posiblemente fue la parte que más nos gustó de la ciudad. Pequeñas casas de estilo europeo se entrelazan con estilo para crear una de las calles más bonitas que hemos visto, en las cuales hay un montón de restaurantes y tiendas que merecen la pena.

No esperéis las típicas cadenas, pues no es lo que encontraréis. En su lugar podréis comprar artesanía, ropa hecha en la región, pasteles para perros o incluso un vinilo de algún grupo de Ljubljana en una coqueta tienda de música. De verdad, merece la pena ir bordeando el río y volver por la paralela (Gosporska ulica).

Misma operación que antes: hay que llegar hasta el final y dar la vuelta por la paralela. El recorrido es precioso, cada edificio es más mono que el anterior y si vais con los ojos bien abiertos encontraréis cosas súper guays.

De vuelta a la Plaza de Preseren, en esta ocasión lo que hicimos fue ir siguiendo los carteles en busca del Funicular, pues solo nos quedaba por ver la parte alta (en la que está el Castillo de Ljubljana).

Tienen varias tarifas, aunque las más típicas son dos: ida y vuelta del funicular (4€ por persona) o lo mismo incluyendo el castillo (13€ por persona). Sin duda os recomendamos la primera opción, pues podéis ver las partes más destacadas del castillo por mucho menos dinero. Solo os quedaréis sin subir a una torre (pero las vistas son mejor desde el otro lado, que son gratis) y una exposición sobre la historia del castillo (a la cual no hubiéramos podido entrar por ir con perro). Dicho sea de paso, el perro puede subir en el funicular si va con bozal.

Funicular de Ljubljana

Ir a la parte de arriba merece mucho la pena, pues las vistas son excelentes. Es una excelente conclusión a una ciudad espectacular, de lo mejorcito que hemos visto en mucho tiempo.

Y si os quedáis con ganas de más os recomendamos terminar el día dando un paseo por el agradable parque Tívoli, un enorme jardín público que está al ladito del centro.

Dónde comer en Ljubljana

La verdad es que está bastante fácil, pues la oferta gastronómica de la ciudad es excelente. De más barato a más caro:

Puestos callejeros en el Mercado: nosotros nos comimos unos fish & chips en un food truck (6€ por persona) y más rico no pudo estar. Opción 100% recomendable, aunque en días muy concurridos igual os toca esperar un poco de cola.

Calles pegadas al río entre los tres puentes y el Museo de la Ciudad de Ljubljana: hay decenas de opciones, en general con buena relación calidad / precio y con mucha comida local.

En el Castillo: si os queréis dar un capricho, en lo alto de la ciudad está uno de los restaurantes más lujosos de la misma. Merece la pena solo por lo especial que es el lugar. 

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