Si queréis ir a Parques Nacionales de Estados Unidos con perro, tenéis que tener en cuenta que disponen de una normativa bastante estricta en la materia. Vaya por delante que podréis acceder a todos y cada uno de los Parques Nacionales en compañía de vuestro adorado cuadrúpedo, pero probablemente no podáis hacer nueve de cada diez rutas. Seguid leyendo y os contaremos todo lo que tenéis que saber para que vuestro viaje perruno sea óptimo.
¿Se puede ir a Parques Nacionales de Estados Unidos con perro? Sí, pero no
La principal dificultad que vimos es que no existe una regulación única para el acceso de perros a los Parques Nacionales. Cada uno de los 63 organismos tiene una política independiente, claramente marcada por su realidad pero a la vez con un montón de decisiones que bien podrían unificarse.
Así, en líneas generales se puede decir que siempre se puede acceder a los centros de visitantes y a las zonas de acampada. Eso está claro, pero… ¿qué pasa con todo lo demás? ¿Se puede hacer senderismo? ¿Se puede subir a los shuttle bus? ¿Se puede ir por las carreteras? Pues no siempre, ahí está la dificultad.
En general, en la mayor parte de las rutas no se puede acceder con perro. La explicación oficial es que la presencia de perretes puede alterar la vida de la fauna autóctona, ya sea por sus olores, por sus ladridos o por el riesgo de que dejen una caca (con el festín en forma de bacterias que esos supone).
Misma cosa pasa con los autobuses: normalmente el acceso no está permitido. Aquí el motivo es que los perretes pueden dar alergia a otros viajeros. La complicación viene porque tampoco os dejarán caminar a pie por las carreteras junto a vuestros fieles compañeros, haciendo de facto que algunas zonas sean inaccesibles.
Existen Parques Nacionales más dog friendly que otros. Por ejemplo, el Parque Nacional de Yosemite o el Parque Nacional del Gran Cañón suelen tener fama de ofrecer muchas opciones en caso de viajar con perro. Sin embargo, no esperéis nada del otro mundo: casi todas las rutas os estarán prohibidas.
Nosotros fuimos a la costa oeste de Estados Unidos en 2023, justo un año antes de haber hecho una ruta entre España y el Cabo Norte. En este último viaje, fuimos con nuestro perro a Parques Nacionales de Finlandia o Suecia, y en todos ellos sentimos que se podía hacer prácticamente de todo. Por eso en el caso de EEUU nos llamó la atención tanta restricción.
B. A. R. K. Rangers, una idea bonita pero sesgada
Pese a todo, en los Parques Nacionales de Estados Unidos se ha puesto en marcha el programa B. A. R. K. Rangers (bark significa «ladrido» en inglés), con un código de conducta y recomendaciones para perretes. El acrónimo B. A. R. K. viene dado por:
- B de bag your pet’s waste: en resumen, que os llevéis las cacas de vuestros perros.
- A de always leash your pet: los perros siempre deberán ir con correa.
- R de respect wildlife: evitad que se acerquen a especies autóctonas.
- K de know where you go: no hagáis un trail sin saber si el acceso a perros está permitido.
Incluso, en muchos Parques Nacionales veréis que os proponen actividades para perros. Tras completarlas, podréis certificar a vuestro adorable cuadrúpedo como un auténtico B. A. R. K. Ranger.
En muchas tiendas venden, a modo de souvenir, placas de B. A. R. K. Ranger para poner en el arnés o la correa de vuestro perro. Aunque nuestro querido Tronco no viajó con nosotros a EEUU, no pudimos evitar comprarle una, la cual luce orgulloso a día de hoy.