¿Sabíais que Milán también tiene su propio barrio chino? Puede que no sea el más famoso de Europa, pero os aseguramos que el chinatown milanés bien merece una visita. Y es que en este rinconcito de la capital de Lombardía, estructurado fundamentalmente alrededor de la Via Paolo Sarpi, encontraréis algunos de los establecimientos más insólitos de la ciudad. Todo tiene cabida en un lugar por el que los jóvenes de la urbe sienten especial predilección, el cual poco a poco se ha ido integrando en la propuesta turística de Milán.
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El barrio chino que no sabíais que necesitabais
La comunidad china de Milán llegó a la ciudad en los años 20 del siglo XX. Es cierto que la inmigración ya era una realidad desde mucho antes, pero fue en ese momento cuando se trasladó a la urbe un pequeño grupo procedente de la provincia de Zhejiang. Fundamentalmente llegaron artesanos y albañiles, que en un primer momento se dedicaron casi en exclusiva a realizar artículos con seda. Instalaron sus talleres en los patios de sus casas y vendían la mercancía a pie de calle.
Poco a poco fueron diversificando sus actividades, dedicándose también al cuero y a la elaboración de ropa en general. El boom llegó en los años 90 de esa centuria, pues en ese momento se abrieron decenas de establecimientos por todo el barrio: restaurantes, cafeterías, tiendas de productos orientales… Vamos, que se creó una economía diversa y próspera, haciendo que la comunidad china llegase hasta los casi 30.000 habitantes.
Aunque ha pasado ya más de un siglo desde que se estableciese el chinatown de Milán, hay algo que no ha cambiado. Y es que a día de hoy el 90% de la comunidad china procede de la susodicha provincia de Zhejiang, gracias a un flujo de población que no se ha interrumpido en ningún momento.
Es cierto que al principio el punto de mayor dinamismo era la Via Luigi Canonica, pero poco a poco los negocios se fueron desbordando por las paralelas. Así hasta que entró en la ecuación la Via Paolo Sarpi, que en la actualidad es la principal arteria del barrio chino. En los alrededores encontraréis todo tipo de comercios, pero Paolo Sarpi y Chinatown son prácticamente sinónimos en Milán.
Qué ver y qué hacer en Paolo Sarpi
A estas alturas, ya hemos visitado chinatowns de todo el mundo. Los hay de todos los tamaños y colores, pero suelen compartir unas características que no son ajenas al barrio chino de Milán. Así, en Via Paolo Sarpi y alrededores os sentiréis como si estuvieseis en cualquier calle del gigante asiático: letreros en chino, restaurantes de comida china, bazares chinos en los que comprar productos chinos… ¿Entendéis por dónde vamos?
Hay que decir que el Chinatown milanés no es el que más atractivos tenga de Europa. No podríamos recomendaros monumentos, museos u otros puntos de interés, básicamente porque no los tiene. Lo fían todo a su ambientazo, el cual tenemos que decir que es impresionante.
Así, nuestra recomendación es que os hagáis la Via Paolo Sarpi de punta a punta, yendo siempre con los ojos bien abiertos. Fijaos en la gente, entrad en cada establecimiento, dejaos llevar por los olores de las especialidades chinas que se están cocinando en cada rincón. Esa es la auténtica experiencia del Chinatown milanés: dejarse abrazar por las pequeñas cosas.
Pensad que Milán es una ciudad con una propuesta turística bastante uniforme. Italia se siente muy Italia en sus calles, por lo que Via Paolo Sarpi supone una vía de escape exótica a lo que se puede encontrar en el resto de la urbe. Solo por eso ya es interesante ir hasta allí.
¿Merece la pena comer en el chinatown de Milán?
Vamos ahora a meternos en un tema complicado. ¿Ir a Milán para alimentarse con comida china en vez de con pasta o pizza? ¿Realmente merece la pena? Pues sorprendentemente sí. De hecho, Via Paolo Sarpi siempre está entre las recomendaciones que damos cuando nos preguntan por sitios para comer en la capital de Lombardía.
Obviamente no haríamos todas las comidas allí, porque la comida italiana nos fascina. Sin embargo, sí que tenemos que decir que es un sitio espectacular para probar sabores orientales a un precio más que razonable. Nuestro favorito es Mo Sarpi, un sitio en el que podréis baozi, mo y rollos de primavera frescos de una calidad superior.
Sin embargo, hay que reconocer que el barrio cuenta con una propuesta amplísima y súper diverso: puestos en los que hacerse brochetas de todo tipo, locales especializados en ramen, freidurías de pollo que dejan en nada al KFC… Vamos, que os recomendamos ir con hambre hasta allí.
Mención aparte merecen los postres, dulces en general y puestos de té. Si queréis probar cosas exóticas de verdad, pasaos por el MochiMochi, haced la cola (está asegurada) y dejaos asesorar por el no-simpático personal de la barra. No hay manera más local de integrarse en el Chinatown de Milán que recorrer la Via Paolo Sarpi con un extraño té en la mano.