Una obra de arte permanente. Así es como se podría definir hoy en día a la pequeña y coqueta Via Balzaretti, una calle de Milán que ha pasado del anonimato a la absoluta viralidad gracias a un proyecto de transformación efectuado en el año 2022. Quizá esté un poco alejada de los principales atractivos turísticos de la capital de la moda, pero sin duda es una visita imprescindible si lo vuestro es el street art.
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De calle desconocida a calle viral
Via Giuseppe Balzaretti. Ese es el nombre completo de la protagonista de este artículo, que en cuestión de unos pocos meses pasó de ser una calle cualquiera a uno de los puntos más instagrameados de Milán. Todo ocurrió en el año 2022, con motivo de la Design Week y con el impulso absolutamente protagonista de Toiletpaper. Este irreverente magazine del artista Maurizio Cattelan y del fotógrafo Pierpaolo Ferrari tiene su sede en Via Balzaretti, por lo que aprovechó el evento para darle un alucinante toque de color. Contaron que el apoyo de Organics by Red Bull, que se sumó a la fiesta con un objetivo clarísimo: crear imágenes oníricas y épicamente surrealistas.
Básicamente la idea consistía en proyectar en las diferentes construcciones de Via Balzaretti algunos de los elementos más reconocibles del lore de Toiletpaper. Si bien la joya de la corona es la abitazione dei rossetti (la casa con pintalabios pintados), lo cierto es que allá donde se mire hay pinturas estupendas.
El proyecto en su lanzamiento fue acompañado de desfiles y fiestas, por lo que parecía que iba a ser flor de un día. Sin embargo, la enorme acogida popular que tuvo hizo que las pinturas perdurasen y pasasen a ser parte del imaginario colectivo milanés.
Qué hay en la Via Balzaretti
Esta obra de arte permanente apenas tiene 200 metros de largo. De hecho, no ocupa toda la Via Balzaretti, sino más o menos la mitad de ella: desde el cruce con Via Punturicchio hasta la rotonda de Largo Celestino Usuelli.
Casa tras casa disfrutaréis de una de las mejores muestras de arte urbano de la ciudad. Es cierto que Milán no se caracteriza precisamente por ser uno de los puntos calientes del street art europeo, lo cual le da incluso más valor a este proyecto.
La visita no dura mucho en realidad. Nosotros aparcamos allí, curioseamos todos los edificios con calma y nos fuimos por donde habíamos venido. En total, 15 o 20 minutos que sirvieron para llenar el carrete de nuestra cámara de innumerables fotos perfectas para dar envidia en redes sociales.
Aprovechamos para romper una lanza en favor de la calle en general. De hecho, aunque todo el mundo fotografía únicamente la acera con las casas de colores, al otro lado hay un edificio de viviendas que también es bastante curioso. Si os gusta la arquitectura vanguardista también os dará motivos para ir hasta Via Balzaretti.
Milán, una ciudad viva
Sin lugar a dudas, este proyecto es la mejor muestra de que Milán es una ciudad viva y tremendamente cambiante. Hay sitios que permanecen prácticamente iguales década tras década, pero la capital de la Lombardía es capaz de sorprender al viajero incluso de un año para otro. Teniendo en cuenta que es uno de los grandes hubs de las aerolíneas europeas, bien haríais en dedicarle unas horitas siempre que tengáis ocasión. Si sois repetidores, sin duda la Via Balzaretti os recibirá con los brazos abiertos.
