Ruta por Los Quebraones y la Atalaya de El Vellón

¿Queréis hacer senderismo por la Sierra de Madrid sin sufrir aglomeraciones y en un sitio bonito pero relativamente desconocido? En ese caso, seguid leyendo, pues la ruta que os proponemos en este post cumple sobradamente con esos requisitos. Y es que la ruta por Los Quebraones y la Atalaya de El Vellón es una de la que más nos ha sorprendido en los últimos tiempos. Es un recorrido largo (15 kilómetros) y denso (no esperéis completarla en menos de cinco horas), pero ofrece una variedad y belleza paisajística que justifica cualquier esfuerzo.

Senderismo en El Vellón

Antes de entrar a hablar sobre la ruta en sí, dos consideraciones sobre la zona. La primera es que os recomendamos que hagáis un poquito de turismo en El Vellón, ya que es un pueblo que guarda muchos rincones con encanto y que es posiblemente uno de los menos visitados de la Sierra Norte.

La segunda es que toméis buena nota del sitio, pues son muchos los itinerarios que se pueden hacer desde El Vellón. Si os gusta hacer senderismo, este pueblo (el más meridional de la Sierra Norte de Madrid) puede ser un excelente campamento base.

Por daros algunas ideas:

  • Se puede ir caminando hasta El Molar, en un recorrido circular de casi 10 kilómetros que os permitirá conocer los campos de cultivo y las dehesas existentes entre ambos pueblos.
  • Si os gustan las construcciones militares medievales, podéis bordear una estupenda dehesa boyal e ir a visitar la Atalaya de Venturada.
  • También podéis hacer el recorrido que comunica El Vellón con El Espartal, los dos núcleos urbanos que conforman el municipio.

Os hemos puesto las opciones más típicas, pero por supuesto existen muchas más. Eso sí, entre todas ellas brilla con luz propia la opción que os proponemos: un recorrido que sigue los pasos del Arroyo del Monte, atraviesa el popular paraje de Los Quebraones y os llevará hasta la Atalaya de El Vellón.

Los Quebraones y la Atalaya: una ruta larga pero interesantísima

Como ya hemos dicho, se trata de una ruta que dura unas cinco horas. A cambio de esa larga caminata podréis disfrutar de algunos de los espacios naturales más destacados de la Sierra Norte, así como de construcciones históricas a las que solo se puede llegar caminando.

Empezamos el recorrido en El Vellón, un pueblo en el que destacan la Iglesia de la Asunción, el Ayuntamiento y la Picota. Os recomendamos un paseíto por su casco urbano para ir calentando motores.

Salimos por la parte alta del pueblo y empezamos a recorrer las innumerables dehesas que se agolpan en sus inmediaciones. Aunque ya no sea nada frecuente ver ganado, podréis disfrutar de la vegetación típica de este tipo de espacios naturales.

Poco a poco todo se va volviendo más verde, lo cual indica que se está llegando al Arroyo del Monte, junto al cual caminaremos durante un buen rato. Es un sitio perfecto para ir con perro, ya que se lo pasará en grande bajando a refrescarse todo el tiempo.

En un momento dado empezaréis a ver restos de árboles calcinados, fruto de un incendio que asoló la zona en 2012. Se perdieron cientos de hectáreas por una quema de rastrojos no controlada, aunque por suerte la zona se está recuperando a un ritmo asombroso. Actualmente conviven los árboles que se perdieron en el incendio (y de los cuales solo quedan sus troncos secos) con pequeños arbustos que se van abriendo paso.

El camino se va volviendo estrecho, pero caminar por él es muy cómodo. De hecho, es una ruta que se hace muy fácil ya que está muy poquito transitada. Nosotros la hicimos en sábado y apenas nos cruzamos con cuatro o cinco personas, algo impensable en otras localizaciones de la Sierra Norte.

Casi sin darnos cuenta llegamos a dos de los hits de la ruta. El primero es la Cueva de la Mora, una gruta de acceso casi imposible (tendréis que conformaros con verla desde abajo) que es muy querida por los lugareños. Hay una leyenda asociada a la misma que narra el encuentro entre una bella musulmana y un pastor.

El otro enclave destacado es el paraje de Los Quebraones, un conjunto de afloramientos líticos con formas imposibles. Se cree que pudo formarse por un corrimiento de tierra que hundió el terreno, haciendo que surgiesen estas enormes formaciones de piedra.

La parte más interesante de la ruta precede, lamentablemente, a la más aburrida. Y es que, según salgáis de Los Quebraones, os tocará recorrer durante unos tres kilómetros unas pistas pertenecientes al Canal de Isabel II. En ellas no hay sombra de ningún tipo y el paisaje es menos agradable, pero a cambio podréis contemplar los acueductos que comunican el Embalse de Pedrezuela y el de El Atazar.

Una vez crucéis dos carreteras (primero la M-129 y luego la M-122) empezaréis a ver en lo alto la Atalaya de El Vellón. Llegar a ella no es fácil, ya que tendréis que subir una cuesta súper exigente, pero os aseguramos que merece la pena.

En lo alto no solo podréis disfrutar de esta estructura defensiva del siglo X, construida por los musulmanes en un intento por defender la ciudad de Toledo, sino también disfrutar de unas maravillosas vistas del entorno. Al fin y al cabo, este tipo de edificios se hacían para controlar el entorno, por lo que suelen ofrecer unas panorámicas sensacionales.

Tras una bajada bastante pronunciada, llegamos a la Fuente del Cercón, un antiguo abrevadero en el que nuestro perro se pudo refrescar a duras penas, ya que solo caía un hilillo de agua. Fuimos en primavera, en plena época de deshielos, y ya estaba así, por lo que suponemos que en verano estará sequísima.

Tras varias subidas y bajadas (en ningún caso equiparables a la de la atalaya) volvimos a El Vellón. Fueron cinco horas largas (incluyendo una parada para comer) y la verdad es que llegamos cansadísimos, pero la ruta nos encantó. ¡Os la recomendamos sin dudar!

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: empezamos en la Iglesia de El Vellón, pues encontramos aparcamiento justo en la puerta. Se sale del pueblo por la parte alta (zona de la Picota) y es una ruta circular, así que realmente podéis aparcar en cualquier calle de El Vellón y empezar a subir.

📏 Distancia / desnivel: la ruta fue de unos 15 kilómetros, aunque entre cotillear por el pueblo, hacer fotos y buscar sombras el GPS marcaba uno más. El desnivel positivo es de 240 metros, concentrados en su mayoría en el tramo final (subida y bajada de la atalaya árabe).

💪 Dificultad: la ruta no tiene dificultad en cuanto al trazado, pero tiene un cierto nivel de exigencia. Tened en cuenta que son muchos kilómetros, que hay zonas en las que no hay sombra y que en la parte final las cuestas son duras, por lo que solo os la recomendamos si hacéis senderismo con regularidad.

⏲️ Duración: fueron algo más de cinco horas, aunque tenemos que reconocer que pasamos un buen rato curioseando en el pueblo, que hicimos una parada para picotear y otra para comer unas ensaladitas. En cualquier caso, si solo vais a caminar, os esperan un mínimo de cuatro horas y media.

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