Hablar del Valle de Aguas Tuertas es hacerlo de uno de los espacios naturales más impresionantes de Europa. Lo tenemos clarísimo, pese a no ser uno de los sitios más famosos de España (ni siquiera del Pirineo). Sin embargo, lo que nos encontramos al hacer esta ruta ha quedado grabado a fuego en nuestra mente, ya que ni con las mejores previsiones esperábamos disfrutar de un paraje tan espectacular como este. Seguid leyendo y os enseñaremos cómo visitar Aguas Tuertas: dónde está, qué es, cómo se hace la ruta…
La ruta más bonita por el Pirineo de Huesca
El Valle de Aguas Tuertas es una enorme pradera en el norte de la Jacetania (es decir, en la parte occidental del Pirineo oscense). En ella encontraréis una imagen difícil de olvidar, con el Río Aragón Subordán zigzagueando por un campo escoltado por preciosísimas montañas.
Llegar hasta allí requiere una hora de camino, que no es difícil pero que tiene un cierto desnivel. En nuestra opinión es una ruta sencilla y para casi todos los públicos, pero los menos acostumbrados a caminar seguro que llegan más cansados de lo que desearían.
Para comenzar la ruta, tenéis que ir hasta el Parking de Guarrinza, al que llegaréis tras varios minutos recorriendo una sinuosa carretera de tierra. Si el aparcamiento está completo no os preocupéis, ya que la gente deja su vehículo en el lateral de la carretera. Eso sí, en cualquier caso os recomendamos madrugar para evitar aglomeraciones. Nosotros llegamos a una hora relativamente mala (13:00), pero como era entre semana no tuvimos problema para aparcar.
El primer tramo de la ruta es bastante sencillo, ya que básicamente consiste en seguir caminando por la pista forestal en la que se deja el coche e ir siguiendo las indicaciones. Transitaréis por un paisaje muy bonito y tirando a llano, pero ojito en días de mucha temperatura: durante la primera media hora no hay sombra, así que os torraréis un poco si el tiempo no acompaña. Eso sí, ya solo por las vistas de las montañas este tramo merece muchísimo la pena.
Tras esos treinta primeros minutos, comienza la parte más exigente del recorrido: el camino tiene que subir por la montaña y la ruta se convierte en un inclinado zigzag. Se puede hacer siguiendo el camino (más cómodo, pero más lento) o campo a través (más rápido, pero más exigente para las piernas).
Ese tramo de subida dura una hora más o menos, tras la cual se llega al famoso Refugio de Aguas Tuertas. Dicho de otro modo: tras una horita andando desde el aparcamiento, habréis llegado al Valle de Aguas Tuertas.
Si vais justos de fuerzas, con llegar hasta allí sería más que suficiente para obtener unas buenas vistas del entorno. Como veis en las fotos, la belleza del lugar justifica cualquier esfuerzo.
Sin embargo, nosotros os recomendamos adentraros en él. Recorrer el valle de punta a punta llevaría otra horita (solo de ida, por lo que luego hay que sumar otra hasta volver al refugio), pero realmente merece la pena.
El sitio es sencillamente mágico, os cruzaréis con vacas y caballos en libertad (mucho ojo: si vais con perro, siempre atado) y podréis cruzar varias veces el río. Aguas Tuertas es sencillamente impresionante, puede competir de tú a tú con otros gigantes de Europa como el Valle de Glencoe en Escocia o el Parque Nacional de Soomaa en Estonia.
Por cierto, un pequeño consejo para adictos a internet: caminar hasta el final del valle tiene premio, pues es el único punto de toda la ruta en el que podréis tener acceso a internet desde el móvil.
Desde el final del valle se pueden hacer otras rutas. Quizá la más típica sea hasta el Ibón de Estanes, ya en la frontera con Francia, pero no es la única. Nosotros estábamos ya molidos (llevábamos varios días pateándonos los Pirineos de Huesca) y lo dejamos para otra ocasión.
De hecho, desde el final del valle teníamos dos horas hasta el coche, que fueron algo más por las constantes e inevitables paradas para hacer fotos. Como ya hemos dicho, estábamos abrumados ante la belleza del lugar y no pudimos evitar llenar la tarjeta de la cámara.
Hagáis la versión corta (subir hasta el refugio y bajar), la media (llegar hasta el final del valle) o la larga (continuar hacia rutas más largas), estáis ante una de las rutas más bonitas que se pueden hacer en toda Europa. Por si misma hace que merezca la pena hacer un viaje a los Pirineos, pero es que no podría ser mejor. Eso sí, todavía nos preguntamos cómo es posible que un sitio tan increíble sea tan desconocido.
Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos
📍 Punto de inicio: se empieza desde el Parking de Guarrinza. Se suele llenar, pero está más o menos aceptado que se puede dejar el coche en la carretera de tierra que va hacia el aparcamiento.
📏 Distancia / desnivel: más o menos 7 kilómetros entre ir y volver, con un desnivel de unos 400 metros.
💪 Dificultad: la ruta es bastante sencilla, pero quizá se haga dura si nunca vas a caminar por el desnivel y por la distancia a recorrer. Por tanto, digamos que dificultad media-baja.
⏲️ Duración: nosotros estuvimos unas cinco horas, aunque se puede hacer en una menos. Al fin y al cabo, estuvimos mucho tiempo recorriendo el valle, pero vimos que la mayor parte de la gente se quedaba al principio.