Ruta de senderismo a Ryten, el mirador a la increíble Playa de Kvalvika

En este artículo os vamos a enseñar cómo es la ruta de senderismo a Ryten, uno de los itinerarios a pie más famosos de las islas Lofoten. Si completáis este recorrido accederéis a un asombroso mirador sobre la Playa de Kvalvika, desde donde podréis disfrutar de uno de los paisajes más espectaculares de toda Europa. Vaya por delante que no es una ruta sencilla, ya que como mínimo tendréis que dedicar 4 horas para completarla, pero cada paso será recompensado con creces. Acompañadnos y os mostraremos uno de esos destinos que marcan la diferencia.

La ruta de senderismo más bonita de las islas Lofoten

La ruta hasta la cima de Ryten es una de las más conocidas de las islas Lofoten. Dicho de otro modo: está concurrida prácticamente todos los días del año. Por eso, existen diferentes puntos desde los que empezar a andar. Después de evaluar las diferentes opciones, sin duda lo mejor nos pareció ir hasta el Peat Museum (ubicado en el pequeño pueblo de Fredvang) y utilizar su enorme aparcamiento como punto de partida. La mayor parte de los viajeros acuden allí para hacer esta ruta, por lo que el museo tiene habilitado un aparcamiento gigante. Dicho sea de paso, si pagáis 10€ más tendréis derecho a pernoctar allí (algo muy interesante en caso de ir con furgoneta).

A modo de toma de contacto, os diremos que es una ruta durita. Es de ida y vuelta (es decir, se va y se vuelve por el mismo sitio), en total son 8 kilómetros y como muy rápido se completan en cuatro horas. Pensad que tiene un desnivel positivo de 575 metros, una cantidad a considerar. Si no tenéis una buena forma física lo pasaréis realmente mal.

Eso sí, quien tenga miedo a morir que no nazca. Si nuestras advertencias no os han asustado, os invitamos a seguir leyendo y a que afrontéis la ruta con nosotros. Lo primero es recordaros que preparéis una buena mochilita, con agua y algo de picoteo, ya que por el camino no tendréis ningún sitio en el que abasteceros. Además, pensad que las vistas de arriba son propicias para hacer un pequeño picnic y de paso tomar un poquito de aire.

Desde el aparcamiento del museo, el primer tramo consiste básicamente en una larga sucesión de pasarelas de madera (bastante rústicas) que sirven para superar una zona que suele estar encharcada. Ojito con esto, porque la primera parte del camino tiene mucho barro, por lo que si no vais con unas buenas botas lo pasaréis regular. Por cierto, también pasaréis por varias puertas que sirven para que no se escape el ganado, presente en todo momento. Cuidado con esto si vais con perro, que como vaya suelto se liará parda.

Aunque la señalización no sea excesiva, lo cierto es que el recorrido no tiene pérdida. Simplemente tenéis que ir siguiendo los carteles que indican Tursti-Trail, con toda la paciencia del mundo. La subida es constante, así que id midiendo vuestras fuerzas o acabaréis extenuados.

A diferencia de otras rutas, en la ascensión a Ryten tendréis buenas vistas desde prácticamente el comienzo. En cuanto ganéis un poquito de altura empezaréis a disfrutar de uno de los mejores paisajes de las Lofoten, lo cual es mucho decir.

Pese a la dureza, la ruta está bien acondicionada. De hecho, por el camino iréis viendo zonas que han sido puestas en valor, con cadenas ancladas a las paredes que os serán de vital ayuda para subir y bajar.

En un momento dado veréis un desvío: Hytta a un lado y Ryten a otro. No merece la pena dejar el camino, ya que iréis hacia una cabaña que no aporta gran cosa y que solo servirá para que os canséis. ¡Continuad hacia Ryten!

Es una ruta muy transitada y en la que en algunos momentos, sobre todo en las horas centrales del día, es posible que veáis aglomeraciones. Pensad que estáis en el Parque Nacional de Lofotodden, la zona de mayor protección de las Islas Lofoten, algo que viene dado por la fragilidad del ecosistema. No os salgáis del camino y vayáis pisoteando plantas, porque el daño sería irreparable.

Antes de hacer la última subida, la ruta se bifurca. Es el momento de tomar una decisión importante: podéis ir hacia la playa o subir hacia Ryten. Nosotros optamos por esta última opción, ya que queríamos disfrutar de Kvalvika desde las alturas, pero vimos a mucha gente yendo directamente a pie de agua.

A partir de ahí es cuando la cosa se pone realmente dura. La última media hora de subida es muy empinada, vimos a mucha gente pasándolo súper mal. Nosotros sufrimos de lo lindo, pero conseguimos continuar con la ascensión.

Al final, un paisaje inolvidable. De esos de los que se quedan grabados en la memoria durante toda la vida. Sobran las palabras.

Hay un sitio súper interesante que, con un poco de creatividad, os dejará unas fotos asombrosas. Se trata de un pequeño saliente desde el cual, con la perspectiva adecuada, parecerá que estáis al borde del precipicio. Puede que os encontréis un poco de cola, pero os aseguramos que la sensación de encaramarse a este mini Trolltunga no podría ser más reconfortante.

Por cierto, un dato curioso. Aunque el 90% de la gente se para en este sitio, lo cierto es que la cima de Ryten está a unos metros más adelante. Tendréis que caminar cinco minutos más, lo cual no os dará unas vistas mejores de Kvalvika (ya que se va hacia el otro lado) pero sí de la otra cara de la montaña.

La subida nos llevó unas dos horas y cuarto. Estuvimos como media horita arriba, haciendo un pequeño picnic, disfrutando del entorno y también tomando aire. Por el contrario, la bajada la hicimos en una hora y veinte más o menos.

Por cierto, la bajada es una maravilla también. Se hace muy bonito ir deshaciendo el camino y disfrutando desde un punto de vista diferente del paisaje.

Al final, tras unas cuatro horas, llegamos a la furgoneta absolutamente reventados. Cada centímetro recorrido mereció la pena, de eso no hay duda: habíamos oído hablar de ella como la mejor ruta de las Lofoten y la verdad es que las expectativas fueron superadísimas. Absolutamente recomendable, posiblemente esté en el top 3 de cosas que hacer en las Lofoten.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: hay varios lugares desde los que se puede empezar esta ruta. Nosotros os recomendamos el aparcamiento del Peat Museum de Fredvang. Cuesta 10€, pero a cambio es enorme y no tendréis problema en dejar vuestro vehículo. Por lo que vimos, en otros aparcamientos de la zona no suele haber sitio desde bien temprano.

📏 Distancia / desnivel: fueron ocho kilómetros de ruta entre subir y bajar, con un desnivel positivo de 575 metros. Es constante y está especialmente concentrado en algunos tramos.

💪 Dificultad: la ruta es dura, no lo vamos a negar. El desnivel es grande, la distancia puede hacerse complicada si no soléis ir al campo y la última subidita tiene su miga. Por tanto, avisados quedáis: hace falta buena forma física para llegar hasta el final del recorrido.

⏲️ Duración: en total tardamos cuatro horas. Es cierto que arriba estuvimos mucho rato, ya que aprovechamos para merendar e hicimos muchas fotos, pero tenemos que reconocer que lo hicimos fundamentalmente porque el ascenso nos dejó cansadísimos.

¿Qué te ha parecido?
+1
2
+1
1
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *