La costa oeste de Estados Unidos muestra su versión más surfera, diversa y vibrante en el Big Sur. Delimitarlo tiene muchos matices, pero básicamente se trata de la zona que hay entre las ciudades de Los Ángeles y San Francisco. Recorrerlo sin duda es recomendable, pues allí podréis visitar pueblos únicos, disfrutar de la naturaleza más salvaje y tener algunas de las mejores experiencias gastronómicas de vuestro viaje. Hay casi tantos recorridos por el Big Sur como viajeros, siendo siempre el tiempo un factor que jugará en vuestra contra. Nosotros os hemos preparado aquí una guía para hacer una ruta de dos días.
Tabla de contenidos
Un recorrido histórico e infinito
Es cierto que, técnicamente, nuestro post no es preciso al 100%. Si nos ponemos estrictos, el Big Sur se correspondería con la zona que hay entre la península de Monterey y Morro Bay. Sin embargo, en términos turísticos se suele ampliar el espacio y se considera todo lo que se contiene entre LA y SF.
Moverse por el Big Sur no es complicado, aunque las distancias son largas. Pensad que la manera más corta y eficiente de salvar la distancia entre ambas ciudades ya ocupa 6 horas, pues son más de 600 kilómetros. Sin embargo, todo lo turístico está pegado a la costa, haciendo que únicamente de tiempo de conducción haya que considerar un mínimo de 8 horas. En el trayecto pasaréis por varias vías, aunque sin duda la más vistosa es la legendaria Highway 1.
En nuestra opinión, dos días es el tiempo mínimo para el Big Sur, siendo deseable incluso contar con una tercera jornada. Nosotros no tuvimos esa suerte y tuvimos que conformarnos con dos días, así que tuvimos que hacer algunos sacrificios. Sin embargo, humildemente pensamos que jugamos bien nuestras cartas y que vivimos una experiencia perfecta para exprimir las múltiples realidades de esta zona de la costa oeste.
Qué ver en el Big Sur
Organización de la ruta
Lo primero que tenéis que tener claro es si vais de sur a norte o al revés. Nosotros lo hicimos de la primera manera, empezando en Los Ángeles y terminando en San Francisco. Comenzamos con una jornada nos quedó muy urbana y en la segunda predominaron los espacios naturales. Así, el primer día tuvo pocas paradas largas y el siguiente muchas breves.
Tenéis que tener en consideración el lugar en el que hacer noche, ya que eso marcará vuestra ruta. El tema de la comida es más sencillo, ya que es una ruta muy transitada y por doquier tendréis opciones para disfrutar de la comida americana más excesiva que podáis imaginar.
Sea como fuere, nosotros os vamos a mostrar todo lo que vimos. La selección es fruto de un arduo proceso, en el cual exploramos todas las opciones y finalmente nos decantamos por los destinos que más se adaptaban a nuestros gustos. Pensamos que es una ruta muy estándar, ya que nos centramos en lo más top, pero probablemente haya cosas que echéis en falta (u otras que no encajen en vuestros intereses).
Día 1: de Los Ángeles a San Luis Obispo
Santa Bárbara
Yendo de sur a norte, la primera parada es prácticamente obligada. Santa Bárbara es un auténtico must, siendo uno de los destinos costeros más populares de California. Su enorme muelle (el mítico Stearns Wharf) es icónico a más no poder.
Más allá de su imagen playera, Santa Bárbara tiene un Downtown alucinante, en el que conviven largas avenidas comerciales con los restos de una antigua fortaleza española. Es un casco urbano diverso y en el que nunca faltan cosas por hacer.
Por último, nadie se puede ir de allí sin pasarse por la zona alta de la ciudad y visitar la Old Mission Santa Bárbara, una de las 21 misiones franciscanas que hay repartidas por toda California.
Solvang
La segunda parada del día fue en Solvang, uno de los puntos más pintorescos del Big Sur y de toda California. Se trata de un pequeño pueblo construido por inmigrantes daneses, que dedicaron buena parte del siglo XX a construirlo. Lo hicieron a imagen y semejanza de cualquier urbe de Dinamarca, con elementos tan reconocibles como molinos o casitas con tejados de colores.
Más allá de que a nivel arquitectónico es una auténtica pasada, lo mejor de Solvang es el amplio abanico de experiencias que pondrá a vuestra disposición. Siempre con una tremenda influencia danesa, podréis visitar tiendas de chocolate, jugueterías o librerías absolutamente increíbles.
Y hablando de cosas difíciles de comprender, en las afueras de Solvang está Ostrichland USA, una suerte de parque temático de las avestruces. Aunque no lo creáis, se trata de una parada obligada.
San Luis Obispo
Concluimos la primera jornada yendo a recorrer San Luis Obispo, quizá la versión más cosmopolita y diversa del Big Sur. En SLO encontraréis una animada vida cultura, tiendas de artesanía en las que querríais comprarlo todo y gente procedente de todo el mundo.
No queremos hacer de menos su patrimonio, pues en la urbe está la Misión de San Luis Obispo de Tolosa (una de las más destacadas de California) y un montón de puntos de interés únicos, como un árbol cuyas semillas estuvieron en la luna o un callejón con miles de chicles pegados en sus paredes.
Por cierto, en San Luis Obispo es donde hicimos noche. Es uno de los sitios más típicos para dormir de todo el Big Sur, lo cual se traduce en una amplia oferta y unas tarifas muy competitivas.
Día 2: de San Luis Obispo a San Francisco
Desayuno de campeones
Comenzamos la segunda jornada también en San Luis Obispo, pero en este caso yendo a Louisa’s Place. Se trata de un típico diner americano, cuya fama traspasa fronteras. Incluso se dice que es el mejor lugar de toda la costa oeste para desayunar, algo que quisimos comprobar y que, efectivamente, corroboramos. No solemos recomendar sitios concretos para desayunar, pero os aseguramos que la excepción está más que justificada.
Morro Rock
Una vez llenamos nuestros estómagos, volvimos al coche y recorrimos unos cuantos kilómetros hasta llegar a Morro Rock. Junto a esta enorme formación geológica (un tapón volcánico, para ser precisos) pudimos disfrutar de la imagen de surferos enfrentándose a las olas, de una enorme colonia de aves migratorias y también de la experiencia de contemplar nutrias marinas. Es un sitio más que recomendable y que se ve en poquito tiempo.
Piedras Blancas
Uno de los musts de este segundo día es Piedras Blancas, un santuario en el que vive una de las colonias de elefantes marinos más numerosas del mundo. Nunca habíamos visto a estos animales en libertad, por lo que disfrutamos de la experiencia completa yendo a su centro de visitantes, acercándonos a su punto de observación más típico y haciendo una rutita por los alrededores. De aquí saldrán unas de las fotos más pintorescas de todo vuestro viaje.
Ragged Point
Para hacer un alto en el camino, nada como Ragged Point. Es una parada obligada para abastecerse en medio de la ruta, pues en un mismo espacio encontraréis tiendas, restaurantes, gasolinera y alojamiento, así como unos bonitos acantilados y la posibilidad de hacer unas cuantas rutas de senderismo.
17 Mile Drive
Puede que estéis hartos de conducir, pero no deberíais perderos la 17 Mile Drive. Viene a ser la carretera más bonita de todo el trayecto, hasta el punto de que hay que pagar por acceder a ella (siendo uno de los pocos peajes que hay en EEUU). Pasar por caja os dará derecho a visitar sus miradores, playas, bosques y puntos de observación, en otra experiencia destacada y que no deberíais dejar pasar.
Bixby Creek Bridge
El Bixby Creek Bridge es uno de los grandes emblemas del Big Sur, para bien… y para mal. Se trata de un bonito puente con unas de las mejores vistas de la costa, pero que a la vez está súper masificado y dispone de menos aparcamiento del necesario. Vamos, que os quedarán unas fotos estupendas, pero no esperéis una visita agradable. Y es que el Big Sur está siendo devorado por su propio éxito, al menos en sus espacios más concurridos.
Si queréis ver el Bixby Creek con un poquito de perspectiva, haced una paradita en el cercano Hurricane Point. Allí podréis disfrutar a tope de los acantilados, pero también del propio puente.
Rocky Creek Bridge
No muy lejos de allí está el Rocky Creek Bridge, otra de las postales de referencia del Big Sur. Es quizá un pelín menos pintoresco, pero también merece la pena parar a verlo.
Justo al ladito del puente hay un caminito que os permitirá adentraros un poquito en la ladera, desde donde obtendréis la mejor foto posible del Rocky Creek Bridge. También podréis mirar hacia las idílicas playas que hay justo debajo, aunque lo normal es que no tengáis tiempo para acceder a ellas.
Garrapata Point
En donde si podréis tocar arena de playa y mojaros el culete con el agua del océano Pacífico es en Garrapata Point. Se aparca fácil y tras caminar un poquito estaréis ante la versión más idílica del Big Sur. Raro sería que no os cruzaseis con unas cuantas sesiones de fotos de recién casados.
Point Lobos
Y, con todo el dolor de nuestro corazón, llegó el momento de concluir la ruta. En este caso lo hacemos en Point Lobos, ya relativamente cerca de Los Ángeles. Es un sitio especialmente popular por su biodiversidad, pues en él viven cientos de especies de plantas y de animales diferentes. Hay una carretera circular que lo recorre y que os permitirá acceder a sus principales puntos de interés, previo pago de 10$ por persona.
Dónde dormir en el Big Sur
Aunque en la costa oeste de Estados Unidos hay zonas en las que encontrar alojamiento es un calvario, en el caso del Big Sur la cosa no podría ser más sencilla. Hablamos de un área que lleva dedicándose décadas al turismo, por lo que hay una grandísima oferta hotelera. Prácticamente en cualquiera de los destinos que hemos mencionado anteriormente encontraréis todo tipo de alojamientos, a un precio más que razonable y normalmente con la posibilidad de ir reservando sobre la marcha.
Nosotros somos más de ir con el plan cerrado, así que lo que hicimos fue elegir un alojamiento en un punto más o menos central del recorrido. Eso nos llevó a dormir en San Luis Obispo, una ciudad con unos alrededores repletos de hoteles. La oferta es tan grande que los precios tienden a ser bajos, por lo que sin duda esa es nuestra recomendación para hacer noche en medio de la ruta.
Consejos para recorrer el Big Sur
Aparte de todo lo dicho, no queremos dejar de daros unos cuantos consejos para recorrer el Big Sur. Son consideraciones generales que bien haríais en tener en cuenta, ya que así podréis exprimir al máximo vuestra experiencia allí:
- Conviene llevar la ruta muy bien preparada. Es cierto que en el Big Sur siempre apetece improvisar, pero hay muchísimas cosas que ver y solo teniendo una imagen panorámica del sitio estaréis en disposición de tomar buenas decisiones.
- En el Big Sur siempre falta el tiempo. Dicho de otro modo: madrugad al máximo y alargad cada jornada hasta que se vaya el último rayo de sol. Si no, se os quedarán muchas cosas en el tintero.
- Es una zona amplia y muy variada, por lo que os recomendamos ver un poquito de todo. Tendréis que sacrificar algunas ciudades y algunos espacios naturales, pero a cambio de no profundizar podréis hacer una ruta súper completa.
- No hay mucha cobertura telefónica en el Big Sur, por lo que una vez más insistimos en que llevéis vuestro recorrido bien preparado.
- Hay que considerar que la gastronomía es una parte clave de la experiencia en el Big Sur. A lo largo de esta larguísima ruta os encontraréis con muchos de los establecimientos más emblemáticos de la costa californiana.
- Por último, tenéis que saber que el Big Sur está muy masificado. En algunos puntos habrá muchísima gente, por lo que sería interesante que adaptéis la ruta y que vayáis a esos lugares a primera o última hora.
Mapa turístico del Big Sur
Hemos mencionado muchísimas cosas, así que lo mínimo era prepararos un mapa turístico del Big Sur. En él podéis ver todas las paradas imprescindibles de la ruta: