Pioneertown es, en apariencia, un pueblo arquetípico del lejano oeste. Responde a la típica imagen que todos tenemos en la cabeza de esos lugares: una amplia avenida de tierra, abrevaderos para los caballos, pequeños edificios en los que nunca faltan ni un saloon ni una barbería… Sin embargo, esta imagen de postal tiene truco, ya que se trata de un sitio creado de manera artificial para evocar al Far West. En este artículo os contamos su curiosa historia y también os vamos a mostrar cómo fue nuestra experiencia recorriéndolo.
Un pueblo del Fake West
Hasta 1946, en la ubicación de Pioneertown no había absolutamente nada. Era un pedacito del desierto de California a dos horas de Los Ángeles, en el cual lo único que pasaba era el lento pero inexorable discurrir del tiempo. Fue en ese año cuando un consorcio de empresarios, entre los que destacaban grandes figuras de la industria del cine hollywoodiense, se liaron la manta a la cabeza y decidieron crear allí una ciudad de la nada.
¿Qué les llevó a hacer eso? Pues el business, como no podía ser de otro modo. Y es que la idea de crear un lugar perfecto para el rodaje de películas y series de indios y vaqueros, temática imperante en ese momento, resultaba del todo atrayente. Situarse a 200 kilómetros de LA hacía que fuese un lugar de fácil acceso y a la vez tirando a económico, por lo que la jugada era redonda.
No solo se creó un lugar pintiparado para los rodajes, sino que también pasó a ser un reclamo turístico de manera inmediata. Prácticamente desde su puesta en marcha, las visitas a Pioneertown se convirtieron en algo habitual para los amantes del cine que recorrían la costa oeste de Estados Unidos.
A lo largo de los años se rodaron entre 50 y 100 producciones, con algunas de las películas, series, videoclips y anuncios musicales más destacados del género. Poco a poco Pioneertown se fue dando por amortizado y su fama fue bajando, aunque a día de hoy se siguen realizando grabaciones. No obstante, en nuestro tiempo tiene más peso su faceta como destino viajero que como estudio de cine al aire libre.
Cómo es la excursión a Pioneertown
Nosotros fuimos a Pioneertown justo después de visitar el Joshua Tree National Park, ya que pillaba de camino entre ese estupendo Parque Nacional y la ciudad de Los Ángeles. Fuimos buscando un pueblo del lejano oeste y eso fue lo que encontramos. ¿Con sensación de que todo es de cartón-piedra? No lo negamos, pero aun así fue una excursión súper divertida.
La visita a Pioneertown básicamente consiste en recorrer su calle principal, Mane Street. La zona de interés está acotada con unas vallas de madera para que no pasen los coches, pero se puede aparcar justo al lado y recorrerla a pie. Como ya hemos dicho, es la típica avenida enorme sin asfaltar, con una arena que os trasladará al duro periodo entre finales del XIX y principios del XX en el que ocurren ese tipo de películas.
A ambos lados, casitas de madera con un montón de comercios interesantes. En uno de los lados hay una especie de centro de interpretación, en el que no os recibirá personal humano pero sí un vídeo explicando la historia de Pioneertown.
En el otro extremo, por contra, hay un bar. Es el único que vimos abierto: sus precios eran exagerados, pero la verdad es que tenía todo su encanto y disfrutamos como niños del refresco que nos tomamos. Era como estar en una cantina del lejano oeste.
¿Qué hay entre ambos puntos? Pues un montón de comercios, tan interesantes como sorprendentes. No esperábamos encontrar una galería de arte, una tienda de ropa usada o una fábrica de jabones artesanales, por poner tres ejemplos.
Merece la pena ir a Pioneertown, sin lugar a duda. Con una horita tendréis tiempo más que suficiente de recorrer el pueblo y seguro que salís de allí con un recuerdo imborrable.