Es increíble lo muchísimo que nos sigue sorprendiendo Navarra cada vez que vamos, pese a que es un destino al que viajamos a menudo. Y la mejor muestra es este artículo, en el que os hemos preparado una guía de fin de semana para el Parque Natural de Urbasa-Andía, un espacio protegido en el que encontraréis absolutamente de todo.
Seguid leyendo y descubriréis una escapada en la que os esperan impresionantes montañas, un tranquilo valle lleno de pueblos adorables, infinitas posibilidades para hacer senderismo e incluso un itinerario cultural que recorre queserías tradicionales en las que llorar del gusto.
Tabla de contenidos
Introducción: la Navarra más auténtica
Somos muchos los viajeros que descubrimos el Parque Natural de Urbasa-Andía a través de su elemento más popular, el Nacedero del Urederra. Sin embargo, a todos nos pasa lo mismo: cuando empezamos a preparar el viaje, nos damos cuenta de que la zona tiene muchísimo que ofrecer y que un fin de semana puede quedarse cortísimo ante tantas posibilidades.
Estamos seguros de que os pasará exactamente lo mismo si seguís leyendo hasta el final. Y es que en este espacio protegido vais a descubrir la Navarra más auténtica, en la que la vida tiene un carácter especial y las cosas sencillas se vuelven prodigiosas.
Hay tres espacios claramente diferenciados. En el centro está el Valle del Améscoa, en el que una decena de encantadores pueblos os esperan con los brazos abiertos. En ellos podréis visitar iglesias con casi mil años de antigüedad, casonas con escudos de piedra en la fachada y lavaderos en los que todavía se escucha constantemente el rumor del agua. Escoltando el valle, dos cadenas montañosas de incalculable valor natural: la Sierra de Urbasa y la Sierra de Lokiz, a norte y sur respectivamente.
Cómo llegar y cómo moverse por Urbasa-Andía
El Parque Natural de Urbasa-Andía está súper bien comunicado. Se encuentra a cuatro horas de Madrid y a cinco de Barcelona, además de súper cerca de otras capitales como Bilbao (hora y media) o San Sebastián (también hora y media). No digamos desde Pamplona, pues en menos de una hora podéis hacer el trayecto que separa la capital de Navarra con este Parque Natural.
Moverse por Urbasa-Andía es súper fácil, ya que hay una carretera que recorre el Valle del Améscoa de oeste a este (la NA-7130 y sus variantes) y otra que va de norte a sur uniendo ambas sierras (la NA-718). En poco más de media horita deberíais poder llegar desde uno de sus puntos a cualquier otro, por lo que en el mismo día se pueden hacer excursiones muy distintas.
Qué ver en el Parque Natural de Urbasa-Andía
Pueblos
Empezando por la cara más urbanita de Urbasa-Andía, allí encontraréis aproximadamente una decena de pueblos a los que ir. Más o menos hay tres cogollitos:
- Parte oeste: para nosotros, Larraona, Aranarache y Eulate fue nuestra puerta de entrada. Allí descubrimos la identidad común de los pueblos de Améscoa, el municipio que formaban estas tres localidades antes de separarse en 1846. Lugares tranquilos pero a la vez llenos de vida.
- Parte central: San Martín y Ecala son un pequeño oasis en medio de la carretera. Son quizá los pueblos menos turísticos de toda la zona.
- Parte este: agrupados bajo el municipio de Améscoa Baja, aquí os esperan un buen puñado de pueblos. Nos referimos a Baríndano, Artaza, Urra, Gollano, Zudaire y Baquedano. En ellos nunca falta una buena parroquia, un frontón o una fuente con lavadero, elementos indiscutiblemente definitorios del valle.
Para comer y alojaros, los dos pueblos más grandes son Eulate y Zudaire. Todos los demás merecen ser visitados, pero sin duda os recomendamos estos dos como lugar para estableceros y descubrir la zona.
Nacimiento del Urederra
Vamos ahora con los espacios naturales, que al fin y al cabo fueron el principal motivo por el que fuimos hasta allí. Entre ellos, brilla con luz propia el Nacedero del Urederra, el único acuífero de Urbasa-Andía. Lo primero que hay que decir es que planifiquéis la visita con mucha antelación, ya que hay que reservar entradas y se agotan semanas antes.
Eso sí, merece la pena cualquier esfuerzo que hagáis, ya que es uno de los espacios naturales más impresionantes de toda la Península Ibérica. En sus pozas y cascadas veréis el agua más azul que en ningún otro lugar, ofreciéndoos las típicas imágenes que luego son pasto de muchos likes en instagram.
Hayedo Encantado
Mucho menos conocido, pero el Hayedo Encantado no se queda atrás. Es uno de los bosques más bonitos que hemos visitado nunca, con una profundidad difícil de encontrar y unos colores especialmente llamativos en otoño.
La mejor manera de visitar el hayedo es haciendo la Senda de los Montañeros, un recorrido que os permitirá recorrerlo de punta a punta. Nosotros hicimos esa ruta, aunque la ampliamos con la subida hasta la Cruz de Urbasa.
Balcón de Pilatos
Hablando de subidas, entre el Nacedero del Urederra y el Hayedo Encantado se encuentra otra visita imprescindible: el Balcón de Pilatos. Se trata de un mirador genuino con vistas a los bosques del parque natural, en el cual hay muros con una caída de hasta trescientos metros.
Asomarse da vértigo, pero recorrer el balcón (o, al menos, parte de él) es una experiencia imprescindible estando por allí.
Gastronomía
Ruta del queso
Para nosotros, el Parque Natural de Urbasa-Andía es sinónimo de una propuesta gastronómica excelente. Y en ella, la punta de lanza es la Ruta del Queso del Valle de Améscoa, un itinerario en torno al cual se agrupan diferentes queserías tradicionales. En ellas, la experiencia suele ser la misma: se llama por teléfono, viene un paisano que te deja probar el producto y puedes adquirirlo a un precio excelente. ¡Mejor imposible!
Productos típicos
Sin embargo, no solo de queso vive la gente de la zona. De hecho, en su momento os preparamos un artículo con seis productos típicos del Parque Natural de Urbasa-Andía, ya que salimos realmente fascinados de allí.
Txistorra, nueces, mermelada, vino… A la vuelta del viaje tendréis que comer lechuguita y hacer mucho deporte, porque estando allí un finde seguro que volvéis con algún kilito de más.
Dónde comer
Antes os recomendamos Eulate y Zudaire como centros de operaciones. Os podéis imaginar que en esos dos pueblos hay bares y restaurantes, pero por suerte no son los únicos.
También podéis encontrar sitios para comer en Baríndano (la mítica Casa Faustina), en Artaza (el bar del camping ofrece comida casera y ecológica) y en Baquedano. Mención aparte merece Larraona, donde podéis comer pintxos en Urbasa Aventura o unas pizzas increíblemente buenas en El Molino, donde utilizan ingredientes de la zona como materia prima principal.