Qué ver en Ze Binne, el pueblecito pegado al lago del Valle de Binn

Ze Binne es un pequeñísimo pueblo ubicado en el corazón del Valle de Binn, justo al ladito del túnel que da acceso al mismo. Se trata de una localidad compuesta por unas poquitas casas a orillas de un pequeño lago, la cual ofrece una estampa absolutamente inolvidable. Sin embargo, tenemos que decir que se trata de una visita complicada, en la que el turismo no es precisamente su fuerte. Seguid leyendo y os contamos qué ver y qué hacer en este curioso lugar.

Un pueblo de cuento… ¿privado?

Pese a sus reducidas dimensiones, Ze Binne es un sitio antiguo. De hecho, hay menciones al lugar ya en un documento de 1395. Al fin y al cabo, estaba junto al paso que comunicaba al Valle de Binn con el resto de Suiza, por lo que el trasiego de viajeros era constante (aunque no especialmente numeroso).

La aldea forma un conjunto único, con unas cuantas casitas de madera acompañadas de una pequeña ermita. Las montañas al fondo dan buena cuenta de que se está en uno de los espacios más bonitos de Suiza, mientras que el pequeño lago de la parte baja termina de redondear el cuadro.

¿Por qué se trata entonces de una visita complicada? Pues porque, lamentablemente, no es un lugar preparado para recibir turistas. Empecemos por lo más básico: no hay sitio en el que dejar el coche. Como está en un lugar recóndito, pusimos la furgoneta donde menos molestaba (en la carretera que lleva hasta el pueblo) y nos fuimos a recorrerlo, pero no estaba en una plaza ni nada parecido. Aparcar en Suiza siempre es complicado, pero Ze Binne se lleva la palma.

Además, cuando nos dispusimos a acercarnos a la ermita, salió un paisano y nos dijo que no podíamos, que todo eso era privado. Incluso nos indicó que si queríamos bajar hasta el lago teníamos que dar un rodeo sin pisar su propiedad. No quisimos discutir, así que le hicimos caso y nos limitamos a ver el pueblo desde los alrededores. De vuelta a casa vimos que es posible alquilar habitaciones en Airbnb, así que quizá sea la única manera de entrar a Ze Binne.

Turismo en Ze Binne

Pese a que no fue un lugar especialmente hospitalario, lo cierto es que nos pareció bastante bonito. Por un lado, podríamos destacar su arquitectura popular: cuatro o cinco casas de madera oscura rematadas por tejados de piedra. Todas en perfecto estado y formando una estampa fabulosa.

En el centro del pueblo está la Capilla de San Sebastián, construida en 1725 (tal y como indica una piedra tallada sobre su puerta). Es muy fácil de reconocer, ya que resulta ser el único con fachada blanca.

Por último, en la parte baja está el pequeño lago que da color azul a Ze Binne. Se formó por la represa de las aguas del río que atraviesa la zona y, al parecer, tiene el baño prohibido. Junto a él hay un pequeño restaurante, pero únicamente abre sus puertas en verano.

En resumen, en estas condiciones quizá Ze Binne no sea un destino que justifique un viaje por sí solo, pero es una excelente parada si se está haciendo una ruta por el Valle de Binn.

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