Qué ver en Valdeprados, el pueblo en el que las ovejas no pierden el tren

Valdeprados es un pequeño pueblo de Segovia con mucho que ver y hacer. Pese a contar con unas decenas de habitantes y ser un lugar relativamente pequeño, en su casco histórico encontraréis una de las iglesias más bonitas de la provincia, un impresionante torreón y muchas casas tradicionales de gran belleza. Por si eso fuera poco, en las inmediaciones se encuentra la Risca del Río Moros, perfecta para hacer un poco de senderismo en familia.

En este artículos os vamos a enseñar qué ver y qué hacer en Valdeprados, para que le saquéis tanto partido a la visita como nosotros.

Un pueblo con encanto que creció al calor de un castillo

La ubicación de Valdeprados no podría ser mejor. Bien comunicado con grandes ciudades (a una hora de Madrid y menos de media hora de Segovia), pero alejado del mundanal ruido y enmarcado en un entorno natural privilegiado.

Los orígenes de la localidad son inciertos. Se sabe que originariamente era conocida como Valseca, pero en el siglo XV pasó a llamarse Valdeprados. El responsable de este rebranding fue Diego Arias Dávila, una de las figuras clave de la corte de Enrique IV. El monarca concedió al noble amplias tierras al sur de Segovia, entre las cuales estaba este municipio, y lo transformó por completo. De hecho, impulsó la construcción de una imponente fortaleza que cambió para siempre el trazado del pueblo, llegando hasta nuestros días la torre.

Valdeprados vivió un momento de gloria en fechas recientes, ya que fue utilizada como escenario principal para la película Las ovejas no pierden el tren. La comedia, en la que aparecen sospechosos habituales del cine español como Inma Cuesta, Raúl Arévalo o Candela Peña, hizo que en 2015 el pueblo se situase como uno de los destinos de moda del turismo rural.

Visitar Valdeprados es una buena idea. Es un pueblo muy tranquilo, con mucho que ofrecer, con unos alrededores de lo más bonitos y encima no está especialmente masificado. Si estás leyendo estas líneas suponemos que te estás planteando ir, así que todo lo que podemos hacer es pedirte que continúes en el post y termines de descubrir este precioso pueblo. Te aseguramos que no te va a defraudar.

Turismo en Valdeprados

Iglesia de Santa Eulalia de Mérida

Según os vayáis aproximando al pueblo, veréis que destacan dos edificios. El primero de ellos es la Iglesia de Santa Eulalia de Mérida, un templo de estilo herreriano. Está lleno de elementos interesantes, como su torre del siglo XVI, el porchecito con artesonado de madera que le da acceso o un retablo mayor de finales del XVIII a medio camino entre el barroco y el neoclásico.

Más allá de detalles artísticos o arquitectónicos, lo cierto es que se trata de uno de esos edificios que transmiten. No sabemos qué tiene exactamente, pero lo cierto es que nos encantó. Os recomendamos encarecidamente que lo contempléis desde todos los ángulos posibles y de que lo bordeéis, ya que vais a descubrir detalles únicos.

Plaza Mayor

Precisamente, si bordeáis la iglesia llegaréis a la Plaza Mayor de Valdeprados. Se podría decir exactamente lo mismo de este espacio que del edificio anterior: no sabemos explicar el motivo, pero lo cierto es que transmite algo.

Nos gustó mucho el simpático bar Al salir de misa, amén, cuyas mesitas están dispuestas por toda la plaza. Es el lugar idóneo para hacer una paradita si se está visitando Valdeprados.

Torreón de los Condes de Puñonrostro

Decíamos que hay dos edificios que destacan por encima del resto. Si uno de ellos era la iglesia, el otro es el Torreón de los Condes de Puñonrostro. Esta torre-fortaleza fue construida a mitad del siglo XV por Diego Arias Dávila, y desde el siglo XX pertenece al popular escultor Luis Sanguino y su familia. De hecho, su interior no es visitable (pese a ser Bien de Interés Cultural) por pertenecer a manos privadas.

La torre es conocida también como el Castillo del Caballo Moreno, pues la leyenda dice que el rey Enrique IV le dio a Árias Dávila tanta tierra como pudiese recorrer a galope con su caballo. El noble salió de la ciudad de Segovia y fue hasta donde está la torre, donde el pobre animal se derrumbó agotado. Si os fijáis en lo alto del edificio, junto a un montón de nidos de cigüeña veréis una veleta con la silueta del jinete sobre un corcel.

Aunque no se pueda visitar la torre, lo cierto es que se puede ver bastante bien desde el exterior. Aprovechad para contemplarla tan cerca como podáis, porque es una auténtica maravilla.

Plaza del Escultor Luis Sanguino

En uno de los laterales se encuentra la Plaza del Escultor Luis Sanguino, dedicada al famoso artista residente en la torre. En ella podéis ver una de sus esculturas, que como no podía ser de otro modo está protagonizada por el caballo moreno.

En cualquier caso, si paseáis por el pueblo veréis varias obras del escultor catalán. Merece especial mención la Estatua de San Pedro que está en uno de los jardines de la torre (se puede ver desde la calle).

Más allá de la iglesia, de la Plaza Mayor y de la torre, Valdeprados es un pueblo que se encuentra en un estado de conservación excelente. Merece la pena recorrer sus calles en busca de estas muestras de arquitectura popular, pues os aseguramos que encontraréis casas de piedra preciosas. La verdad, da gusto cuando un lugar es capaz de conservar su patrimonio y de hacer que las construcciones modernas se integren a la perfección en el conjunto.

Consultorio

No solemos hablar de este tipo de edificios, pero la verdad es que nos llamó mucho la atención el Consultorio Médico de Valdeprados. No vamos a decir que ir al médico da gusto en un sitio así, ya que somos los típicos que no disfrutan especialmente cuando les toca ir a consulta, pero el edificio es impresionante.

Potro de Herrar

Puede pasar desapercibido, pero en Valdeprados también hay un estupendo Potro de Herrar. Esta estructura, utilizada desde antaño para que el herrero pudiese hacer su trabajo, es frecuente en los pueblos de toda España.

Risca del Río Moros

Y no hay visita a Valdeprados que esté completa si no se aprovecha para hacer la ruta a la Risca del Río Moros, uno de los enclaves naturales más interesantes del sur de Segovia. Es un paseíto que completaréis en apenas una hora y que os permitirá contemplar la garganta de tres metros de ancho que ha excavado el río. Es un sitio único que ha recibido la calificación de Lugar de Interés Geológico.

La ruta os permitirá además visitar dos puentes de gran belleza. Primero veréis uno moderno de cinco ojos, desde el cual tendréis el Río Moros al alcance la mano.

El segundo es conocido como el Puente de los Enamorados. Realmente solo se conserva el inicio y el final, pues la mayor parte fue destruido en una crecida del siglo XIX. Sin embargo, se ha instalado una pasarela para poder cruzarlo.

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