Isaba (Izaba en euskera) es el municipio de mayor entidad que ver en el Valle de Roncal. Se podría decir que tiene prácticamente de todo: una ubicación absolutamente privilegiada, un casco urbano alucinante, la mayor población (con sus correspondientes tiendas, restaurantes y servicios), rutas de senderismo de categoría, una historia fascinante… Vamos, que no se puede presumir de conocer el valle en profundidad si no se han exprimido a fondo las calles isabarresas.

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La capital de facto del Valle de Roncal
Isaba se encuentra en una ubicación relativamente norteña del Valle de Roncal, cuando poco a poco se va uniendo al Valle de Belagua. De hecho, de uniones va la cosa, ya que en esta localidad confluyen los ríos Uztárroz, Belagua y Belabarce para formar el río Esca.

Con aproximadamente 500 habitantes, se trata del núcleo urbano más poblado de todo el valle. De este modo, seguro que no os sorprende que sea también el que más alojamientos, restaurantes o tiendas ofrece. Toda una capital oficiosa, pese a no ser la que da nombre a la zona.
La Historia de Isaba es alucinante. En sus calles y en sus inmediaciones ha pasado de todo: poblamiento neolítico que ha dejado dólmenes, batallas con los musulmanes que más al norte llegaron en el siglo VIII, enfrentamientos con los franceses… De todo ello ha quedado poso en el casco histórico de la localidad.

Entre todo lo que hay que ver en Isaba y sus interesantes posibilidades en materia de senderismo, contad con dedicarle al menos medio jornada o incluso más. Eso es mucho decir en el contexto de un viaje de fin de semana, que es lo que se suele dedicar al Valle de Roncal. Pero os aseguramos que cada minuto allí será tiempo de calidad.

Por cierto, un dato curioso. Isaba es una localidad estrechamente vinculada con el mundo del cine. El mítico Montxo Armendáriz ha grabado aquí dos de sus películas más conocidas, Secretos del Corazón y Obaba. Además, todavía sigue en funcionamiento el único cine de todo el Pirineo navarro, gestionado directamente por un grupo de vecinos.
Turismo en Isaba
Casco urbano
Como en todos los municipios del Valle de Roncal, lo mejor que ver en Isaba es el casco urbano en su conjunto. Es cierto que hablamos de un pueblo que ha crecido mucho (llegó a tener 1000 habitantes a comienzos del siglo XX) y que no todas sus calles son igual de bonitas, pero en términos generales es un lugar magnífico para perderse.

Viniendo desde Urzainqui, os recomendamos aparcar en cuanto podáis. Hay una zona de pisos nuevos que suele tener aparcamiento y desde la cual os podréis encaminar a las partes más jugosas del pueblo. A ambos lados de la NA-137 (que atraviesa Isaba de oeste a este) os encontraréis todo tipo de rincones por encanto.
Casonas de piedra con sus correspondientes blasones, fuentes de piedra, plazas, comercios con encanto, improvisados miradores a los alrededores, panaderías que desprenden un aroma único: todo eso y mucho más os espera en las calles de Isaba.

Fuente de Uturriótz y Casino
Al margen del conjunto, hay algunos elementos que queremos destacar. Por ejemplo, la bonita Fuente de Uturriótz, una construcción de piedra con tres caños. Fue inaugurada en 1910 y desde entonces no ha dejado de prestar servicio a los habitantes del pueblo.

La fuente se encuentra a los pies del antiguo Hotel y Casino de Isaba, uno de los edificios más monumentales. Actualmente está en un estado mejorable, pero su fachada todavía evoca al esplendor de antaño.

Parroquia de San Cipriano
En la parte alta del pueblo está el principal edificio religioso que ver en Isaba: la Parroquia de San Cipriano. Construida en el siglo XV, tiene la típica estructura de templo-fortaleza que tanto se estila en el Valle de Roncal. Su torre es absolutamente impresionante.

El edificio desde lejos es una pasada, pero merece la pena que os acerquéis hasta él. Por su disposición, integrada de pleno en las calles aledañas, podréis incluso pasar bajo sus entrañas.

Casa de la Memoria
En pleno corazón de Isaba encontraréis la Casa de la Memoria, un museo etnográfico de reducidas dimensiones. En su interior hay una pequeña Oficina de Turismo, así como una colección permanente que cuenta cómo ha sido la vida en el Valle de Roncal desde tiempos inmemoriales. Lo malo es que cierra durante los meses fríos del año, por lo que solo puede visitarse desde mediados de primavera hasta mitad de otoño.

Ayuntamiento
El Ayuntamiento de Isaba tampoco debería faltar en la lista de cosas que ver allí. Es una casa consistorial enorme, con los típicos soportales en los que refugiarse del mal tiempo pero también con balcones que sirven de punto de encuentro durante las fiestas populares.

Frontón
A diferencia de lo que suele ser habitual, el ayuntamiento no da a una plaza. En el caso de Isaba, su fachada principal está orientada… ¡hacia el Frontón del pueblo! La pelota es sin duda el deporte mayoritario en estos lares.

Basílica de Nuestra Señora de Idoya
Por último, en las afueras del pueblo, más o menos a un kilómetro andando, está la Basílica de Nuestra Señora de Idoya. Si tenéis tiempo, puede ser una buena rutita.

Senderismo en Isaba
Eso sí, cuidado con Isaba, que es toda una potencia en materia de senderismo. Desde su propio casco urbano salen varias rutas, algunas de las cuales son las más populares del Valle de Roncal. Nosotros sin lugar a dudas os recomendamos un itinerario conjunto para ver la Cascada de Belabarce, la Cueva del Ibón y varios puentes de época medieval. Os llevará unas tres horas y os permitirá pasar por algunos de los parajes más espectaculares del valle.
