Hay que ir siempre a ver Garde, pese a que no sea precisamente el pueblo más céntrico del Valle de Roncal. Sin embargo, en sus calles encontraréis la versión más pura de este precioso rincón navarro: casas blasonadas, una iglesia fortaleza, el correspondiente frontón… Aquí os contamos todo lo que vimos e hicimos durante nuestro recorrido por esta joya pirenaica.

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La pura esencia del Pirineo navarro
Garde se encuentra en el extremo oriental del Valle de Roncal. De hecho, no dista demasiado de la estupenda localidad de Ansó, ya en el Pirineo aragonés. Eso sí, insistimos en que Garde es lo más roncalés que vimos en todo el valle. Si tuviésemos que recomendar un pueblo que resumiese lo que esperar de allí, sin duda sería este.
La localidad está bajo diferentes sierras (San Miguel, Calveira, Punta Barrena), pero a su vez a orillas de un río. Esto es una constante en el Roncal, pues pese a ser pueblos de montaña todos viven volcados hacia su correspondiente río.

Junto con Vidángoz, quizá sea el pueblo menos turístico de la zona. Eso tiene algunas ventajas, como que aparcar es muy fácil o que sus restaurantes no suelen estar demasiado concurridos.
Con una horita larga tendréis tiempo más que suficiente para recorrer todo lo que hay que ver en Garde. Nosotros aparcamos justo al inicio del pueblo, al lado de un parquecito que daba al río. Todo esto estaba a los pies de la NA-176, la carretera que (como hemos dicho) comunica con la parte aragonesa del Pirineo.
Seguid leyendo y veréis cómo hemos llenado este post de argumentos para ir a conocer todo lo que se puede ver y hacer en Garde.
Turismo en Garde
Escultura de Pedro Navarro
Tal y como hemos dicho, nada más llegar al pueblo viniendo desde Roncal o desde Burgui hay un pequeño apeadero. Allí mismo veréis un parque, en cuyo interior hay una magnífica Escultura de Pedro Navarro. Aunque no está 100% claro que naciese en Garde, todo apunta a que así fue. Hablamos de una figura de mucho peso a finales de la Edad Media: marino, militar, ingeniero e incluso inventor. Luchó en las Grandes Guerras Italianas y también en diferentes campañas en el norte del continente africano. Tristemente es uno de los creadores de la mina terrestre, uno de los inventos más mortíferos de la humanidad.

Casco urbano
Desde ese parquecito, os recomendamos cruzar la NA-176 y meteros de lleno en el casco urbano del pueblo. Hay mucho que ver en Garde, pese a sus reducidas dimensiones. Nosotros básicamente empezamos yendo a la parte alta, en busca de la iglesia, y luego poco a poco fuimos descendiendo. Así, lo atravesamos de arriba a abajo y de oeste a este.
Tenemos que decir que Garde es uno de los pueblos más auténticos del Valle de Roncal. De hecho, probablemente fue el que nos pareció más llamativo en cuanto a arquitectura y a la disposición de todo el conjunto. La mejor representante de ello es la Calle de Iriburia, la cual no deberíais perderos. Un auténtico monumento en piedra en el que hasta el último edificio resulta impresionante.

Garde destaca por sus casa blasonadas, en las que no suelen faltar ni las chimeneas cilíndricas ni balcones de madera. Algunos de los ejemplos más destacados son Casa Beltrán, Casa de Martín Txipi o Casa Gayarre (en la que vivió el abuelo del tenor Julián Gayarre).
Iglesia de Santiago
El edificio religioso de mayor importancia que ver en Garde es la Iglesia de Santiago Apóstol, del siglo XVI. Vista desde lo lejos más parece una fortaleza que un templo, debido a sus robustos contrafuertes y a su magnífica torre. En su interior se encuentra la momia de un San Bonifacio, pero no se sabe si Bonifacio de Tarso o Bonifacio de Mainz.

Ayuntamiento
En la preciosa Plaza de la Villa, más o menos en el centro del pueblo, se encuentra el Ayuntamiento de Garde. Si habéis leído el resto de post que hemos hecho sobre el Valle de Roncal ya sabréis que nos han flipado las casas consistoriales de la zona, así que no os sorprenderá que os recomendemos visitar esta.

Lavadero
También queremos hablaros del Lavadero, otra de las cosas que ver en Garde. No se sabe exactamente cuándo fue construido, pero todo apunta a que el edificio actual es del siglo XVIII. Hasta dos siglos más tarde era uno de los grandes puntos para hacer vida social en el pueblo, ya que allí se congregaban todas las mujeres para hacer labores que en ese momento estaban reservadas a ellas. Obviamente también aprovechaban para charlar y ponerse al día de lo que ocurría en cada casa.

Frontón
El lavadero está junto a la carretera, al igual que el frontón. No hay pueblo en el Valle de Roncal que no tenga uno, siendo todos más o menos parecidos (aunque con sus particularidades). En el caso de Garde, está totalmente cubierto.

Puente de madera
Por último, de camino al camping hay un puente de madera sobre el río Gardalar. Puede parecer un paso más, pero es especialmente querido por los habitantes del pueblo. A lo largo de los siglos ha visto cómo las diferentes crecidas del río han ido deteriorándolo, pero sigue en perfecto estado. Por cierto, no os recomendamos cruzar el puente. Nosotros intentamos comer en el camping, pero las sensaciones fueron malísimas y nos acabamos yendo.

Ermitas
Por último, en los alrededores de Garde tenéis que ver dos ermitas chulísimas: la Ermita de Zuberoa y la Ermita de Nabarzato. Si tenéis tiempo, podéis hacer las rutas de senderismo que llevan hasta ellas.